1. Relatoría No 2. Noviembre 6 de 2010
I PARTE: Redactada por Nestor David Correa, estudiante del diplomado.
En primer lugar se pretendía proceder a la lectura de la
actividad pendiente, a saber, la elaboración de un ensayo
corto acerca de las conclusiones obtenidas de la sesión
anterior. Tal actividad no fue posible, debido a que tan sólo
tres personas la elaboraron, lo que puso de manifiesto
dificultades generalizadas en el entendimiento de la actividad
y/o en la claridad de la comunicación a la hora de sugerir la
misma. Por lo tanto se pospuso.
Sumado a esto, ingresaron nuevos estudiantes, los cuales
obviamente no estaban al corriente de lo pactado en la
sesión anterior.
Por todos estos motivos, la profesora habló entonces, de la
importancia que tiene el fluir con las circunstancias que nos
rodean. La rigurosidad no es práctica cuando ocurren este
tipo de contingencias y por lo tanto siempre hay que saber
amoldarse a las eventualidades y la manera más exitosa de
hacerlo es precisamente fluyendo, como el agua del río, el
ave en el firmamento o la serpiente que repta sinuosa; tal y
como se desprende de ciertos conocimientos orientales,
como los consignados en el milenario Tao te Ching, atribuído
a Lao-Tsé (600 a. C.).
También se hizo referencia a que el consenso no es de
ninguna manera, un proceso que se realice a través de la
votación y la adherencia a una mayoría simple, sino una
actividad dialogada en la que todos logran encontrar un
punto de equilibrio en el que se sientan incluídos y partícipes.
Posteriormente se pasó a la lectura de la relatoría referente a
la sesión anterior. Esta se llevó a cabo de manera
2. mancomunada. Varias personas diferentes participaron
leyendo los diferentes párrafos. Adicionalmente se realizaron
ciertas glosas o comentarios complementarios a lo allí
consignado, suscitándose la participación activa del grupo.
Particular interés causaron las reflexiones en torno al a
definición de pedagogía, la cual es bastante problemática y
se mantiene como un debate permanente en las agendas de
la comunidad intelectual estudiosa del tema. Sin embargo,
podría decirse que ésta es una suerte de “metateoría”, en el
sentido que se hace evidente en ella su condición de
aprendizaje del aprendizaje, es decir un “metaaprendizaje”.
Se anuncia que se envía por correo el ANEXO A LA
ARELATORÍA No 1 QUE CONTIENE NOTAS, REFLEXIONES Y
RECOMENDACIONES REFERENTES A LA PRIMERA SESIÓN,
Posteriormente se trató el tema de las falsas creencias
respecto a lo que es un trabajo colaborativo. En ese sentido,
se dijo que no bastaba con integrar a las personas, pues
puede ocurrir que se suscite un trabajo en grupo, pero que
de ninguna manera sea un trabajo en equipo. Nociones estas
bastante diferentes, entre las cuales media una brecha
marcada por la presencia o no de la verdadera interactividad
y también del concepto de transdisciplinariedad con saberes
integrados, procedentes de otras disciplinas, en
contraposición –cree quien esto escribe- al de la mera
interdisciplinariedad, en la cual los integrantes del grupo
simplemente hablan desde su óptica, sin la apropiación de
los conceptos del otro.
Igualmente se hizo un pequeño contraste con las corrientes
pedagógicas en boga antaño, concretamente a mediados del
3. siglo XX, las cuales obedecían a la tendencia behaviorista o
conductista, de la psicología de la época, en la cual, los
individuos responden de manera automatizada a estímulos y
por ende son pasivos frente al medio exterior. De ello se
desprendía un énfasis en el profesor y no en el estudiante,
desconociéndose de manera arbitraría, y por supuesto
errónea, el papel activo del alumno y su carga conceptual
previa, la cual también ha de enriquecer el aprendizaje y los
procesos comunicativos. Esa tendencia pedagógica parece
haber sido superada, debido a los posteriores avances en el
estudio de la etología y de otras tantas disciplinas, las cuales
han desembocado en la elaboración de una pedagogía más
incluyente, con un enfoque sociocultural e interactivo.
Consecuentemente a esa dinámica, se suscitó un nuevo
debate entre los asistentes, con relación a la relevancia,
efectividad y viabilidad de la clase magistral, en la que el
docente, de manera más o menos impersonal se dirige a un
auditorio, generalmente numeroso e imparte sus
conocimientos. Allí hubo varias posiciones encontradas y se
concluyó que ese tipo de método era importante, aunque se
debe saber administrar dependiendo de la clase de
conocimientos a socializar, el tipo de auditorio y hasta el
carisma o capacidad del profesor para orientar su cátedra
con elocuencia y concreción.
La clase magistral es una práctica pedagógica expositiva que
no podemos descalificar ya que también tiene su componente
didáctico. Busscar el artículo sobre “Práctricas Pedagógicas
para la Universidad para la construcción de Ambientes de
Aprendizaje Significativo” de Huga Mondragón en Internet.
4. II Parte.
Con la colaboración de Edgar Enrique Vergara, estudiante del
diplomado.
Se presentaron los nuevos integrantes del curso quienes
dieron una información general de si mismos y
compartiendo sus hobbies, pasiones o talentos. Se
relacionan estos con el término “Misión” tomado del autor
humanista Gerardo Schemdling quien se refiere a la misión
como todo lo que al ser humano se le facilita, le fluye y
puede enseñar a otros. Se hizo alusión al término “Función”
definido por el mismo autor, como el lugar de trabajo o
labor que cada uno desempeña, siendo esta la fuente de
nuestros recursos. Finalmente se habló de las oportunidades
de aprendizaje, que son todas aquellas situaciones que nos
causan molestia, lo cual nos está mostrando que algo no
sabemos hacer y que necesitamos aprender cambiando
ciertas hipótesis solo a través de la verificación en lo
cotidiano..
Se conforman grupos para trabajar la lectura del capítulo 3
“¿Cómo preparan las clases”, tomada del libro “Lo que
hacen los mejores profesores de Universidad” de Ken Bain.
A continuación, las preguntas trabajadas y las conclusiones
generales:
Pregunta No 1. ¿Qué preguntas importantes ayudará mi
curso a responder a los estudiantes, o qué destrezas,
capacidades o cualidades les ayudará a desarrollar, y cómo
podré alentar el interés de mis estudiantes por ellas?
• Es importante destacar aquí que los mejores profesores
planean “de atrás para adelante”: se preguntan qué es
lo que quieren que sus estudiantes sepan y hagan.
5. • Tienen en cuenta los diferentes niveles de conocimiento
y sobre todo, se plantean preguntas partiendo de sus
estudiantes.
Pregunta No 4. ¿Qué información necesitarán entender mis
estudiantes para responder a las principales preguntas del
curso y desafiar sus presunciones? ¿Cómo podrán obtener
esa información de la mejor manera posible?
• Los mejores docentes exploran las estrategias que sus
estudiantes han tenido para aprender y complementan
con otras.
• Los estudiantes deben buscar, explorar, leer
previamente lecturas que deben de tener una guía para
luego socializarla. Hacer ensayos, resúmenes, trabajos
en grupo donde todos participen “todos contra todos”
Surge la pregunta de ¿Cómo hacer que el estudiante
estudie fuera de clase? Pregunta que podemos discutir
en la siguiente sesión.
Pregunta No 8: ¿Cómo ayudaré a los estudiantes a
aprender a aprender, a examinar y valorar su propia
aprendizaje y capacidad de razonamiento, y a leer de forma
más efectiva, analítica y vigorosa?
Los mejores profesores asumen la responsabilidad de
ayudar a que sus estudiantes a:
• Ser aprendices concientes,
• Aprender a leer en su disciplina, buscando siempre que
la lectura tenga notas, comentarios y vínculos con la
realidad del estudiante, explicando para qué sirve,
buscando asociaciones, reflexiones y preguntas.
6. • Comprender para qué sirve lo que se va a aprender.
• Realizar asociaciones con lo cotidiano.
• Fijar la información con el uso de estrategias como los
mapas conceptuales, ilustraciones, resúmenes, la
corporalidad, etc.
En general el grupo quedó impactado con la idea del profesor
como “inspirador” que suscita la curiosidad y el espíritu
crítico.
Un miembro del grupo recomienda la lectura del libro:
Desarrollo de una mente prodigiosa” De R. Campayo.
Pregunta No 9. ¿Cómo averiguaré la forma como están
aprendiendo mis estudiantes antes de calificarlos, y cómo los
retroalimentaré antes – e independientemente- de cualquier
calificación que se les dé?
• Si los estudiantes tienen conocimientos previos a la clase
los estudiantes hacen buenas preguntas, están
motivados y correlacionan más fácilmente los
conocimientos con otras experiencias e información.
• Los docentes deben de estar actualizados, realizar
acompañamientos.
Surgen otras preguntas: ¿Cómo hacer para que todos los
alumnos lleven el hilo de la clase y estén atentos?
¿Cómo aprovechar a los estudiantes más avanzados
para que todo el grupo “se pegue”?
.
Conclusiones generales al cierre de la sesión:
1. Se resalta la presencia, en todas las participaciones de
los grupos, de la formulación de preguntas; destreza que
7. todo docente debe de desarrollar, desde preguntarse a sí
mismo cuando inicia su planeamiento, como preguntar a sus
estudiantes.
Destacamos a continuación algunos tipos de preguntas, entre
otras, que pueden ir al principio de la clase, intercaladas
durante la clase, o al final de la clase:
• Provocadoras
• Indagadoras
• Anticipatorias
• Motivadoras
• De opinión
• Cuestionadotas
• Evaluadoras formativas
• Correlacionadoras
Es conveniente tener en cuenta que no toda pregunta
generará una respuesta inmediata, puede “quedar en el
tintero” y resolverse posteriormente.
2. Los docentes no debemos asumir que los estudiantes
“ya saben” Somos seres inacabados y siempre estaremos en
formación aprendiendo a pensar, a leer a escribir, a ser más
críticos, etc. Tampoco asumir que” no saben nada”. Solo a
través de una buena intervención con preguntas inteligentes
obtendremos un diagnóstico razonable de nuestros
estudiantes.
3. Los docentes debemos de asumir un compromiso con
el aprendizaje de nuestros estudiantes.