Este documento trata sobre la importancia de la higiene en la manipulación y preparación de alimentos para prevenir intoxicaciones alimenticias. Se enfatiza la necesidad de limpiar regularmente superficies, utensilios y manos, y de cocinar los alimentos a temperaturas seguras para matar bacterias. También se brindan consejos para viajeros sobre cómo evitar riesgos a la seguridad alimentaria cuando se está lejos de casa.
Mantener una higiene adecuada en la cocina para prevenir intoxicaciones alimentarias
1. Numerosos casos de intoxicación alimenticia brotan de un pequeño incidente: un manipulador de alimentos se
olvida de lavarse las manos, no se devuelve la comida a la nevera tras la preparación o se utiliza un paño sucio
para adecentar el borde de un plato. En ocasiones son las cosas simples las que debemos tener más en cuenta
cuando preparamos la comida. Uno de los principales requisitos para una cocina profesional es asegurarse de que
todos los manipuladores de alimentos hayan recibido suficiente formación a fin de que entiendan los principios
del control del tiempo y la temperatura, la higiene personal y los peligros que entraña la preparación de los
comestibles.
Se denomina higiene ambiental al hecho de sostener limpio el espacio de trabajo. Esta higiene del sitio de trabajo
ayudará a sostener los alimentos seguros para su consumo. Hay dos procesos primordiales que se utilizan para
mantener limpio el sitio de trabajo y el equipo: la limpieza y la desinfección.
Deben lavarse las manos y las superficies con cierta frecuencia. Las bacterias dañinas pueden extenderse por toda
la cocina y penetrar en las tablas de cortar, los utensilios y las encimeras. Lávese las manos con agua caliente y
jabón leer esto antes y después de manipular comestibles y después de emplear el baño, cambiar pañales o
manipular mascotas. Use agua caliente jabonosa y toallas de papel o paños limpios para limpiar las superficies de
la cocina o los derrames. Lave los paños a menudo en el ciclo caliente de su lavadora. Lave las tablas para cortar,
los platos y la encimera con agua caliente y jabón tras preparar cada comestible y antes de pasar al siguiente.
Debe procurar cocinar a temperaturas seguras. Use el termómetro consistentemente para asegurarse de que los
alimentos alcancen una temperatura que mate a las bacterias perjudiciales que pueden ocasionar enfermedades.
Para prevenir la intoxicación tras consumir comestibles calientes, es recomendable seguir ciertas prácticas.
Sostener a 60ºC o más hasta el momento en que se sirva la comida.
Refrigerar o congelar los alimentos que deben prepararse con cierta antelación y volver a calentar al vapor ya
antes de servirlos.
Poner los alimentos calientes en el frigorífico en el momento en que no estén calientes.
Dividir grandes cantidades de alimentos en recipientes pequeños y poco profundos para un enfriamiento más
rápido.
Recalentar lo más rápido posible hasta que se caliente el alimento.
Cocinar o recalentar los comestibles precocinados de acuerdo con las instrucciones del envase.
La quemadura por congelación es un problema de calidad de los comestibles, no de seguridad alimentaria.
Aparece como máculas marrón-grisáceas y correosas en los alimentos congelados. Ocurre cuando el aire alcanza
la superficie del comestible y seca el producto. Esto puede acontecer cuando los productos alimenticios no están
envueltos con seguridad en un envase hermético. Los cambios de color son el resultado de cambios químicos en
el pigmento del comestible. Simplemente causa manchas secas en los alimentos. Corte estas áreas antes o
después de cocinar los comestibles. Cuando congele alimentos en bolsas de plástico, empuje todo el aire cara
afuera ya antes de sellar.
Es interesante conocer ciertas sugerencias útiles para aquellos que vayan a viajar a otra área distinta a la de su
vivienda habitual, de esta manera se evitarán peligros relacionados con la seguridad alimentaria y se minimizarán
los riesgos para la salud de estos viajeros.
2. Es muy importante tomar agua envasada para evitar inconvenientes estomacales que pueden llegar a ser severos.
Evitar el hielo en las bebidas y emplear agua segura para enjuagar los alimentos y cepillarse los cientes.
No comprar alimentos de vendedores ambulantes u otros puntos de venta de comestibles donde haya evidencia
de mala higiene.
Pelar todas las frutas y verduras crudas y eludir las frutas con la piel dañada.
Eludir los mariscos crudos y los platos que contengan huevos, aves o carne crudos o poco cocinados.
El consumo de bacterias peligrosas trasmitidas por los comestibles por norma general causa enfermedad de uno a
tres días después de haber ingerido el comestible contaminado. No obstante, la enfermedad asimismo puede
acontecer dentro de los veinte minutos o hasta seis semanas después. Si bien la mayoría de las personas se
recuperarán de una enfermedad transmitida por los alimentos en un corto período temporal, algunas personas
pueden desarrollar problemas de salud crónicos, graves o aun potencialmente mortales. Las enfermedades
trasmitidas por los alimentos a veces se pueden confundir con otras enfermedades que tienen síntomas similares.
Los síntomas de las enfermedades trasmitidas por los comestibles pueden incluir: vómitos, diarrea y dolor
abdominal; síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolor de cabeza y dolor anatómico. Si piensas que o
un miembro de tu familia tiene una enfermedad transmitida por alimentos, dirígete a tu centro de atención
médica de forma inmediata.