Desde las diversas aproximaciones del paisaje de la innovación, aquellos enfoques centrados en las personas –o impulsados por el diseño– se instalan como una oportunidad para el desarrollo y multiplicación de esfuerzos de innovación con métodos y procesos accesibles. En este contexto, el design thinking –a la par de múltiples otros enfoques de innovación centrada en las personas– es una mecánica que ayuda al desarrollo de proyectos de cambio, desde procesos divergencia y convergencia, la empatización a un usuario y contexto, además de etapas de prototipado, testeo y evaluación.