2. Los primeros trazos generalmente no tienen sentido y el niño
no se da cuenta de que puede hacer lo que él quiere con ellos.
A menudo el niño mira para otro lado mientras hace estos
trazos. Es importante observar que el tamaño de los
movimientos que se observan en el papel guarda relación con el
tamaño del niño. Los garabateos tienen como base el
desarrollo físico y psicológico del niño; es muy importante que
el niño tenga oportunidad de garabatear. Algunos padres tratan
de reconocerse o intentar que copie el dibujo, y esta actividad
resultaría imposible ya que no tiene la capacidad de hacerlo.
Los niños a esta edad no tienen control visual sobre sus
garabatos y hay que tener en cuenta que no está en
condiciones de realizar tareas que requieran control motor
preciso de sus movimientos. Generalmente en un niño de 2
años el garabateo ha comenzado a ser un medio real de
expresión.
3.
4. El niño va a descubrir que hay una relación entre sus movimientos y los
trazos que no ejecuta en el papel. Esto puede suceder unos 6 meses
aproximadamente después de que ha comenzado a garabatear. Es un paso
muy importante porque el niño ha descubierto el control visual sobre los
trazos que ejecuta. Aunque aparentemente no haya gran diferencia ente
unos dibujos y otros el haber logrado controlar los movimientos es una
experiencia vital para el niño.
Ahora el niño puede repetir las líneas de forma vertical, horizontal o en
círculos. Muy rara vez encontramos puntos o pequeños trazos repetidos,
porque esto requiere que el niño levante el lápiz del papel.
Los trazos serán más largos y se tratara de usar diferentes colores; en
esta etapa les gusta llenar toda la página y es recién a partir de los 3 años
que el niño ya agarra como un adulto el lápiz. Este control en el garabato
del niño también se va a ver reflejado en el dominio que el niño adquiere
sobre otras partes del ambiente. Podrá abrochar su chaqueta ya que
insiste en hacerlo solo. La velocidad del desarrollo físico es muy rápida
entre el año y los tres años de edad.
El papel del adulto es mucho más importante ahora ya que el niño acudirá
a él con sus garabatos, deseosos por hacerlo participe de su entusiasmo.
5.
6. Este momento es de mucha trascendencia en el desarrollo del niño. En este
momento el niño comienza a dar nombre a sus garabatos aunque en el dibujo
no se pueda reconocer ningún objeto en si. Esta etapa es un indicio de que el
pensamiento del niño ha cambiado: antes de esta etapa el niño estaba
satisfecho con los movimientos que ejecutaba, pero ahora ha empezado a
conectar dichos movimientos con el mundo que lo rodea. Esta etapa tiene
lugar alrededor de los tres años y medio y es aquí cuando el niño desarrolla
una base para la retención visual. Se le pueden dar nuevos elementos para
que dibuje, aumentara la cantidad de tiempo que le dedica al dibujo y los
garabatos serán mucho más diferenciados. Los trazos van a estar distribuidos
por toda la página y a veces estarán acompañados por una descripción verbal
de lo que se está haciendo. Esta conversación no va dirigida a ningún adulto
en particular, sino que a menudo parece como una comunicación con el
propio yo. El dibujo es una clara constancia de cómo se siente el niño acerca
de ciertas cosas de su ambiente y la manera como dibuja convierte al
garabato en un importante medio de comunicación. Lo importante es que los
garabatos o líneas que los adultos pueden considerar sin sentido alguno,
tienen en cambio un significado real para el niño que los está dibujando.
7.
8. La experiencia del garabato es una actividad motriz. El
color desempeña un papel decididamente secundario en
la etapa del garabateo. Algunas veces la elección del
color puede apartar la atención del niño en los garabatos
en si y concentrarla en la actividad de jugar con los
colores.
Cuando el niño entra en la etapa de darle nombre a los
garabatos desea realmente emplear diferentes colores
para distintos significados. Una de las primeras etapas en
el proceso de la percepción del color es la de distinguir
ente colores diferentes. Los niños expresan en las
pinturas sus experiencias y adaptaciones emocionales.
Los cambios de colores pueden ser significativos para la
asignación de nombres a los dibujos, pues los colores
pueden tener alguna significación para los libros.