SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
19 MADUREZ VOCACIONAL
1. TUTORÍA, TOMA DE DECISIÓN VOCACIONAL
17.- La tutoría como elemento de la función docente. Funciones del tutor en Primaria y en Secundaria. Aportaciones de
la Psicología y de las Ciencias de la Educación: desarrollo de estas funciones. TUTORÍA
18.- El proceso de tomar decisiones: cómo se aprende y cómo se enseña. TD (CONC. BÁSICOS OR VOCACIONAL)
19.- La madurez vocacionaly el proyecto de vida. Aportación de la Psicología y Pedagogía a esta madurez y proyecto,
principalmente en la adolescencia. MV PV (CONC. BÁSICOS OR. VOCACIONAL)
20.- Aspectos de la diversidad de condiciones personales de los alumnos relevantes para la educación y el aprendizaje:
aptitudes, motivación, estilos cognitivos, otras diferencias individuales. AUTOCONOC (CONC. BÁSICOS OR
VOCACIONAL)
19.- La madurez vocacional y el proyecto de vida. Aportación de la Psicología y
Pedagogía a esta madurez y proyecto, principalmente en la adolescencia.
INTRODUCCIÓN
Frente a la consideración del alumno como objeto de nuestra intervención, al que van
dirigidas nuestras intenciones y nuestros esfuerzos, los conceptos en torno a la
decisión vocacional (la madurez vocacional, el autoconocimiento, los procesos de
toma de decisiones, el proyecto de vida…) giran en torno a un alumno considerado
como sujeto. Un alumno que es el único protagonista de su propia orientación pero
que tiene que ser asesorado por el sistema de orientación.
La responsabilidad del orientador en estas actuaciones es notable, ya que una
importante causa de fracaso es la incorrecta escolarización de los alumnos, ya sea por
falta de autoconocimiento como por falta de conocimiento de las verdaderas
características de las opciones académicas y laborales.
La complejidad y el cambio que se produce en dichas áreas académicas y laborales
hacen de estas actuaciones unos momentos laboriosos y delicados, pero en los que
es obligatorio estar a la altura de las circunstancias, para no producir fracaso en el
alumno y resultados negativos en el sistema.
LA MADUREZ VOCACIONAL Y EL PROYECTO DE VIDA
Para que se alcance la madurez vocacional, que iremos definiendo a continuación,
entran en juego tres factores: el primero, el autoconocimiento, conocimiento de sí
mismo y de los aspectos relevantes que tiene el sujeto. El segundo, el conocimiento
del entorno académico o laboral. El tercero, el desarrollo adecuado de la capacidad de
tomar decisiones, y además esta toma de decisiones debe estar vinculada a valores.
Cuando todos estos factores entran en juego, se puede producir la decisión vocacional
madura.
Además, hay que comprender que la madurez vocacional es resultado del desarrollo
vocacional. Para comprender lo que es el desarrollo vocacional, vamos a definir el
desarrollo en general, del que el desarrollo vocacional es parte.
El desarrollo es un proceso de equilibración mayorante que se realiza en sucesivas
etapas y cuya finalidad es la madurez, que supone la adaptación del individuo al medio
que le rodea, pasando del egocentrismo y la rigidez a la descentración y la flexibilidad.
2. Analizando esta definición de desarrollo, vemos que el desarrollo es un proceso, es
decir, se produce a lo largo del tiempo. Además, es un proceso de equilibración
mayorante, es decir, las nuevas adquisiciones se incorporan y se relacionan con las
anteriores formando un conjunto mayor que es más adaptativo que el conjunto anterior
de adquisiciones. Así pues, el desarrollo da lugar a etapas, momentos en los que las
adquisiciones están incorporadas y estables, de manera que cada etapa es más
adaptativa que la anterior. La finalidad del desarrollo es la madurez, y vemos que cada
etapa supone una mayor madurez. Cada estadio de madurez incluye al anterior y es
más adaptativo.
Hay que insistir en que el desarrollo global y el desarrollo vocacional transcurren con
mucha frecuencia, de forma paralela, de manera que los sujetos que son maduros a
nivel global suelen ser maduros vocacionalmente. Tendremos en cuenta este dato al
orientar a los alumnos, ya que la decisión de los alumnos inmaduros puede no ser
fiable.
Hay una serie de etapas por las que transcurre nuestro desarrollo vocacional, etapas
cuyo orden es fijo y que se repiten en todos los sujetos. Son las siguientes: una
primera etapa de fantasía, en la que el niño fantasea sobre su profesión futura, sin
considerar limitaciones en él mismo ni en la realidad. Progresivamente, se van
incorporando datos de autoconocimiento y conocimiento de la realidad, hay ensayos
en los que intervienen los adultos que aconsejan, etc. En una fase posterior, se
empiezan a realizar algunos trabajos esporádicos que dan, de forma realista, datos
sobre el mundo laboral. Por último, el conocimiento es profundo y la toma de
decisiones realista, hay una madurez vocacional que lleva a una decisión vocacional
responsable, adecuada, madura.
Hasta aquí hemos hablado de la madurez vocacional. El proyecto de vida está muy
vinculado a dicha madurez. No hay proyecto de vida sin madurez vocacional, del
mismo modo que no hay madurez sin proyecto. El proyecto aglutina metas, deseos,
valores y herramientas. Es toda una construcción que el sujeto realiza desde su
pasado hacia su futuro. La vida si proyecto va unida a falta de motivación, falta de
esfuerzo y de sentido. La vida con un proyecto da a los alumnos motivación,
capacidad de esfuerzo y un sentido por el que luchar. Por tanto, es necesario que, en
la orientación profesional, dediquemos tiempo a dialogar con el alumno sobre su futuro
de forma abierta, para que aflore su proyecto –si lo tienen- o la falta de éste –si
carecen de él.
APORTACIÓN DE LA PSICOLOGÍA Y PEDAGOGÍA A ESTA MADUREZ Y
PROYECTO, PRINCIPALMENTE EN LA ADOLESCENCIA.
Los conceptos que manejamos en este tema nacen en la propia psicología. En la
orientación vocacional, hay numerosas prácticas y herramientas que proceden de la
psicología y la pedagogía.
El orientador, desde la psicología y la pedagogía, realiza una importante aportación a
este proceso vocacional. Su intervención se intensifica al término de las etapas, pero
se realiza desde, aproximadamente, tercero de la ESO. Hay que orientar también en
3. primero de bachillerato, que es momento de algunos abandonos y rectificaciones, y en
los CFGM, porque suele haber un gran desajuste entre el nivel previo del alumno y el
nivel que se exige en el ciclo.
Las tareas que puede desarrollar, desde la perspectiva de la psicología y la
pedagogía, son:
Para el conocimiento del entorno, recopilar la información anual (porque la del curso
anterior puede haber caducado) y presentarla de forma que sea asequible y atractiva
en un mural, en un archivo, repartida en expositores o mesas. Bajar información de
internet, encuadernarla y, en suma, organizarla, dándole un formato panel, expositor,
digital si hacemos un blog para que la consulten…
Disponer todo para que sea comprensible. En segundo y tercero de la ESO, las
optativas y los itinerarios. En cuarto, las modalidades de bachillerato y los estudios
posteriores. También las características de las pruebas de acceso, y los CFGM. En
bachillerato, la PAU, los estudios superiores, los ciclos de grado superior. Tampoco
podemos olvidar estudios instrumentales que son importantes, como los idiomas o la
informática. Para los alumnos que quieran aprender un idioma yendo a trabajar al
extranjero, los estudios en el extranjero. Los estudios de arte dramático o artes
plásticas, de música, las convalidaciones… hasta estudios poco usuales y para los
que no hay oferta pública, como el doblaje o los estudios de auxiliar de veterinaria hay
que considerar; en fin, un número enorme de opciones y un trabajo de búsqueda
laboriosa.
Para el conocimiento de sí mismos, podemos usar alguna forma colectiva de recoger
información, para saber cuál es el nivel académico de los alumnos. Algún cuestionario
corto de personalidad. Cuestionarios de intereses o de valores. Cuestionarios
vocacionales, cuando no tienen preferencias definidas.
Para la toma de decisiones, los programas de toma de decisiones, como el del
Proyecto Harvard o el de Decide en la ESO.
La elaboración del Proyecto de Vida es misión de todo el profesorado desde la
adolescencia, porque desde diferentes áreas (lengua, historia, etc.) se puede facilitar
el que el alumno piense en esos términos. El orientador puede mantener entrevistas
individuales con los alumnos cuya madurez sea dudosa.
Organizarse para recoger rápidamente la información es básico para ser eficaz. Y la
devolución puede hacerse con un informe vocacional, en el que aparecen los
resultados de un cuestionario, la opinión del alumno y las opciones dentro de la
elección realizada.
CONCLUSIÓN
La orientación vocacional bien hecha es muy compleja pero muy eficaz. Al menos la
recogida de información, es una tarea que se va mecanizando a medida que la
hacemos curso tras curso. El éxito escolar depende, en buena medida, de que los
itinerarios que adopten los alumnos sean los adecuados a ellos. La ayuda técnica que
prestamos es esencial para el desarrollo del alumno y para una escuela de calidad.