La lectura y la escritura de la música en el contexto de la escuela primaria: Lo verdaderamente importante, desde el punto de vista musical, es sensibilizar a los alumnos, darles herramientas básicas y provocar en ellos la curiosidad y el interés que les permita seguir formándose a través de actividades extraescolares
Criterios ESG: fundamentos, aplicaciones y beneficios
La lectura y la escritura de la música en el contexto de la escuela primaria
1. LA LECTURA Y LA ESCRITURA DE LA MÚSICA EN EL CONTEXTO DE LA
ESCUELA PRIMARIA
Hemos visto que la grafía musical adquiere una gran complejidad debido a la cantidad
de variables que se dan al mismo tiempo y que hay que tener presentes para la
correcta lectura, o para realizar una escritura simultánea a la audición (dictado). Si a
ello añadimos la gran diferencia en cuanto a las horas que se dedican a la
lectoescritura del lenguaje oral y las que se dedican a la del lenguaje musical, veremos
que es una tarea difícil lograr un nivel de dominio aceptable en los alumnos de
Primaria.
Ayats (2000) considera que el aprendizaje de la lectura y la escritura musical no debe
nunca convertirse en un objetivo en el ámbito escolar, sin dejar de valorar el interés y
la eficacia que puede llegar a tener en dicho contexto. Apunta que, si bien es cierto
que el aprendizaje de estas habilidades ayuda a adquirir disciplina, control, lógica y
capacidad de abstracción, la música en la etapa escolar ha de estar planteada, sobre
todo, en forma de contacto directo y vivo, a través del canto. Estoy de acuerdo en que
un exceso de teoría y de ejercitación de la lectura y escritura en el aula de música
puede provocar rechazo hacia la música, debido a su dificultad y a la falta de tiempo
para lograr un dominio que compense la aridez del aprendizaje. Pero, como siempre,
la virtud está en conseguir un equilibrio y en no pretender unos resultados
equiparables a los de los alumnos que asisten a clases en escuelas de Música, con
una dedicación más intensa. Hay que proporcionar unos conocimientos básicos sobre
la grafía musical, en la línea de la alfabetización musical, pero sin pretender un
dominio ni una profundización imposible y exenta de sentido. No hay que olvidar que la
práctica de la lectura y escritura musical desarrolla habilidades cognitivas efectivas en
distintas áreas del conocimiento. Cualquier avance en el dominio de la lectura musical
comporta un avance en otras áreas.
El aspecto de la lectura y escritura, por ser el más teórico, es el que requiere de una
mayor elaboración metodológica a fin de no caer en el error de explicar “teoría de la
música”. Para ello podemos usar juegos, como el dominó de equivalencia de figuras,
cartas rítmicas, programas informáticos destinados al reconocimiento de ritmos y
sonidos, etc.
Lo verdaderamente importante, desde el punto de vista musical, es sensibilizar a los
alumnos, darles herramientas básicas y provocar en ellos la curiosidad y el interés que
les permita seguir formándose a través de actividades extraescolares.
Evitaremos las clases basadas exclusivamente en la elaboración de “fichas”, en las
que el alumno se limita a escribir sobre el papel ritmos, notas, divisorias, compases o
frases que no sabe cómo suenan. Tampoco invertiremos la hora semanal de música
en hacerles pintar un dibujo de un instrumento, por ejemplo, lo cual es una actividad
propia de la clase de plástica y no de la de música. Igualmente, no les explicaremos
conceptos teóricos sobre el papel sin que haya una previa práctica activa y
participativa, por parte de los alumnos, de los conocimientos teóricos que queremos
transmitirles. La música debe primero “hacerse” y sólo luego, escribirse.