1. EL CIRUJANO PSIQUICO
En ocasiones anteriores ha tratado
nuestra revista el tema de los «ciruja-
nos psíquicos» de Filipinas, que realizan
prodigiosas operaciones quirúrgicas con
la ayuda de tan sólo sus manos, sin ins-
trumento alguno, y sin atender a las mí-
nimas normas de asepsia y antisepsia ni
utilizar anestesia preoperatoria. Agpaoa
y los demás «cirujanos psíquicos» fili-
pinos consideran sus intervenciones co-
mo manifestaciones de entidades de di-
funtos representando cirujanos real-
mente existentes en épocas pasadas,
que lograrían actuar en el mundo mate-
rial a través de los médiums filipinos,
demostrando la habilidad quirúrgica
que tenían en vida.
Notables analogías encontramos en
otro «cirujano psíquico», fallecido hace
pocos años, llamado José Arigó, quien
llevaba a cabo su actividad en el Brasil,
en Congonhas do Campo. También aquí
encontramos la misma interpretación de
fondo espiritista of reckia por el propio
operador: sus intervenciones serían
efectuadas, en realidad, por médicos di-
funtos, dirigidas y controladas por un
famoso cirujano alemán desencarna-
do, el doctor Adolfo von Fritz.
José Arigó (a la izquierda), al cabo
de 16 meses de prisión, puesto en li-
bertad, abraza a su padre. La conde-
na fue anulada por el Tribunal Fede-
ral Supremo del Brasil.
Tenemos también aquí, como en el
caso de los «cirujanos psíquicos>) fili-
pinos, las mismas modalidades de mani-
festación del fenómeno: intervenciones
quirúrgicas sin ninguna anestesia, sin
hemorragia destacable, y con una du-
ración muy breve de pocos minutos,
inobservancia de las más elementales
normas de asepsia y antisepsia; única
diferencia: Arigó se servía de un corta-
plumas corriente para efectuar sus ope-
raciones quirúrgicas.
De la numerosísima casuística relati-
va a las operaciones referidas no se ha
observado ningún caso de fallecimiento
imputable a la intervención misma.
Veamos ahora de definir la figura de
José Arigó, el gran médium sanador
muerto hace unos años a consecuencia
de un accidente automovilístico.
Nacido el 18 de octubre de 1918 en
Congonhas do Campo, en el Brasil, su
verdadero nombre era José Pedro de
Freitas. Su mediumnidad se manifestó
desde la infancia bajo la forma de fenó-
menos de psicocinesis: en su presencia
ocurrían desplazamientos de objetos sin
contacto. Seguidamente presentó el es-
tado de trance mediúmnico, durante el
cual tenían lugar interesantes fenóme-
nos de carácter supranormal. Entre ellos,
importantes son los fenómenos de ma-
terialización (de líquidos medicamento-
sos) y los de xenoglosia, durante los
que el médium hablaba en alemán,
lengua que él desconocía.
Nacido en una familia católica, Arigó,
ante la manifestación cada vez más in-
tensa de su mediumnidad, tuvo que
descartar sus convicciones previas y
aceptó la interpretación espiritista de los
hechos. El se consideraba un instrumen-
to de las entidades espirituales que ac-
tuaban a través de él; desconocedor de
las más elementales normas de técnica
quirúrgica, operaba con gran rapidez
y una seguridad asombrosa: en cierta
ocasión operó de cataratas a un sujeto
girando su cabeza hacia otro lado, o
sea, sin mirar el campo operatorio, y
sus manos se dirigían seguras y opera-
ban como sólo las manos de un experto
cirujano podían hacerlo.
Respecto a sus intervenciones, nu-
merosos son los testimonios de perso-
nas calificadas. Citemos el del profesor
Ary Lex, asistente en Clínica Quirúrgica
cerca de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Sao Paulo y expresi-
dente del departamento de cirugía de la
Asociación Médica de Sao Paulo, miem-
bro además del «Comité para la protec-
ción de la clase médica», calificación
esta última muy importante para juzgar
la objetividad de su testimonio. El pro-
fesor Ary Lex participó en la televisión
brasileña con un debate sobre Arigó.
Estas fueron sus palabras textuales: «No
tengo la menor duda, y puedo afirmar
67prensadelmisterio.blogspot.com
2. En esta foto se ve como
el paciente permanece
insensible al dolor bajo
las manos de Arigó.
que los fenómenos son verídicos. Le he
examinado a muy corta distancia. Arigó
es en verdad un caso extraordinario de
fenómeno paranormal.»
Es muy interesante observar cómo
Arigó en estado de trance personifica-
ba al doctor von Fritz no sólo manifes-
tando una habilidad quirúrgica excep-
cional, sino también hablando en su len-
gua, el alemán, lo cual no era capaz de
hacer en estado de vigilia. ¿De dónde
obtenía el médium la extraordinaria peri-
cia para manejar el sencillo cortaplu-
mas del que se servía para llevar a cabo
intervenciones a veces sumamente deli-
cadas, como la extracción del cristalino
en casos de catarata?
¿De dónde le llegaba la facultad de
conversar en lengua alemana durante el
estado de trance?
Es muy fácil atribuir tales poderes al
inconsciente del médium mismo, como
si aquél fuera omnipotente y omniscien-
te, así como absolutamente gratuita es
la hipótesis de que tales facultades son
transmitidas al médium por telepatía u
otro medio de comunicación sobrenatu-
ral por personas vivientes dotadas de
las mismas.
Veamos porqué: si se tratara de la co-
mún fenomenología mediúmnica en la
que el médium se revela capaz de adqui-
rir nociones, datos, percibir situaciones,
sucesos no perceptibles por él con sus
sentidos físicos, entonces podría pen-
sarse en un fenómeno de transmisión
del pensamiento o de clarividencia, en
el que el médium tendría acceso a las
noticias en el inconsciente de otras
personas presentes o lejanas, o explica-
ría la llamada función PES, es decir, de
percepción extrasensorial.
Pero en este caso no se trata de nin-
guna percepción; aquí no se transmite
nada, se tiene solamente la manifesta-
ción de habilidades que, como tales, no
existen como objeto a transmitir o per-
cibir. No se puede transmitir una habi-
lidad como si fuera una noticia, un dato;
se adquiere lentamente mediante la prác-
tica, está constituida por infinitos ele-
mentos que deben ser relacionados, or-
ganizados, elaborados, asimilados pa-
ra que den como resultado la posibili-
dad de ejercitar la habilidad misma. Quien
haya aprendido a conducir un automóvil
o a tocar un instrumento musical sabe
cuántas etapas deben ser superadas
para la adquisición de las habilidades re-
feridas: la «regulación» de los movimien-
tos musculares, es decir, la sinergia y la
coordinación de los movimientos, que
tiene lugar progresivamente, haciéndose
cada vez más completa a medida que,
mediante intentos y errores, el sujeto
adquiere experiencia, la afinación de la
capacidad de juicio relativa a la evalua-
ción de los datos sensoriaFs (evaluación
de datos temporales y espaciales), el ca-
rácter mismo progresivo de la adquisi-
ción de facultades relacionadas las
unas con las otras de modo orgánico,
que no admiten «saltos)), tendentes to-
das a la conquista de la habilidad. Todas
ellas cosas que son fruto de experiencias
que generalmente requieren un espa-
cio de tiempo notable. Por más que pue-
da abreviarse este tiempo, no puede ser
reducido a cero, como tendría que acep-
tarse si se considerara al médium capaz
de adquirir aquellas experiencias duran-
te su estado de trance. Los elementos
que forman parte de la experiencia ne-
cesaria para adquirir las habilidades antes
mencionadas son tales y tantos que no
pueden ser obtenidos instantáneamente,
tal como puede ocurrir, en cambio,
cuando el médium percibe un dato, una
información, una noticia.
Los movimientos sumamente delica-
dos de la mano de Arigó que extrae el
cristalino del ojo del paciente son el re-
sultado de una voluntad, de una inteli-
gencia que sabe lo que hace, porque lo
que hace ya lo hizo otras muchas veces.
No puede ser el médium el artífice de
semejantes prodigios, puesto que no
ha tenido nunca tal experiencia.
Pero otros aspectos que podrían ser
definidos como accesorios pero que re-
visten en cambio una excepcional im-
portancia están representados por el
hecho que Arigó, como todos los de-
más «cirujanos psíquicos>), operaba sin
anestesia preventiva y sin observar las
normas de asepsia y antisepsia. Esto
conmueve las bases de nuestros cono-
cimientos científicos en cuestiones de
profilaxis y prevención de enfermedades
infecciosas: ¿de qué forma tenía lugar
en las intervenciones de Arigó la esteri-
lización del campo operatorio?, y en el
supuesto de que no tuviera lugar tal es-
terilización, ¿cómo es que nunca se
produjeron infecciones en las heridas
operatorias?
Los pacientes operados no experi-
mentaban dolor alguno, a pesar de no
estar en condiciones de anestesie far-
macológica ni hipnótica. ¿Cómo se ex-
plica este hecho?
Todos estos interrogantes permane-
cen sin respuesta todavía.
Pero Arigó no realizaba solamente
operaciones quirúrgicas; él, en estado
de trance, aplicaba sus facultades tam-
bién en otros sectores de la medicina.
Recibía a los pacientes y, a menudo,
antes incluso de que empezaran a ha-
blar, establecía él su diagnóstico, a la
vez que escribía de forma increíblemente
veloz y segura las recetas relativas a
Termina en pág. sig.
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3. cualquier forma morbosa, las cuales
correspondían a medicamentos utiliza-
dos hoy día o que eran empleados en
tiempos remotos. También en este cam-
po fueron numerosos sus éxitos.
En 1958, José Arigó fue procesado y
condenado por el ejercicio ilegal de la
medicina, pero el entonces presidente
del Brasil, Juscelino Kubistchek, médi-
co, le concedió el indulto. De nuevo, en
1965, fue condenado a dieciséis meses
de prisión y encarcelado, pero, tras pre-
sentar recurso, fue absuelto. 76 diputa-
dos de la Asamblea Legislativa de Sao
Paulo enviaron al presidente de la Repú-
blica Branco un telegrama en el que pe-
dían la liberación de Arigó como «subli-
me acto de justicia cristiana.»
Los hechos son los hechos. Millares
de enfermos, afectados de males consi-
derados incurables por la medicina ofi-
cial, sanaban con Arigó. Ante los hechos
debemos inclinarnos, aunque ellos nos
obliguen a radicales y, a veces, muy pe-
nosas revisiones.
El científico digno de tal nombre no
teme modificar sus esquemas intelec-
tuales ante hechos capaces de modifi-
carlos, ya que el propósito último de
la investigación científica es la consecu-
ción de la verdad, cualquiera que sea y
bajo cualquier forma que se manifieste.
«El perfecto observador de todo ra-
mo de la ciencia —escribía Herschell—
forzosamente tendrá, por así decir, sus
ojos abiertos a esto: que puede encon-
trarse de repente delante de tal hecho
que, según las teorías admitidas, no de-
bería presentarse, y que son precisa-
mente estos hechos los que sirven de
clave para nuevos descubrimientos.»
A. PITASI
u
¿PUEDE UNO CURARSE
USANDO EL PODER DE LA
MENTE?
La respuesta a esta pregunta está cir-
cunstanciada a varios supuestos. Así
como la gimnasia sirve para adelgazar
y dejar el cuerpo en forma, si uno no la
practica, permanecerá igual que antes.
Bien, lo mismo ocurre con el poder de
la mente, al cual le podemos llamar
de muchas formas; los ocultistas lo lla-
man poder de la voluntad, otros poder
de concentración, Otros abstracción es-
pecificada y otros meditación. Sin em-
bargo, hay un punto común en todos
estos métodos para denominar esta ca-
pacidad potencial en el hombre de do-
minar el cuerpo a través del pensamien-
to (mente). En este punto, debemos po-
nernos de acuerdo en la semántica, pa-
ra que ambos, usted estimado lector y
yo, hablemos el mismo idioma y poda-
mos entendernos. Por ahora describire-
mos la mente, como aquel estrato del
ser humano suceptible de ser utilizado
para influir sobre el cuerpo (que es lo
que nos preocupa).
He tomado sólo un ápice de la defini-
ción posible, pero nos será útil para
nuestro cometido. La mente se mani-
fiesta a través de la voluntad, la que en
este caso juega un papel vital en nues-
tro cometido, esto es las «ganas de ha-
cer las cosas». Si no tenemos ganas de
mejorarnos, es mejor que ni siquiera
vayamos al médico o paramédico.
Nuestro cerebro como una computa-
dora programada, influye sobre el cuer-
po de una manera notoria y palpable. Si
tenemos una programación negativa
debemos modificarla para lograr efecti-
vamente las ganas de mejorarnos.
COMO SE PUEDE MODIFICAR
UNA PROGRAMACION NEGATIVA
Una programación negativa consiste
en ¡mp9rler a nuestro comportamiento
una aofitud en contra de lo que estamos
haciendo o queremos hacer. Esta acti-
tud puede estar dirigida hacia los de-
más (ellos pueden, yo no) o puede estar
dirigida hacia uno mismo (yo no puedo)
en relación con nuestro propósito.
Un ejemplo ilustrará esta proposición:
«Yo quiero mejorarme pero no tengo los
medios que tiene mi vecino para hacer-
lo». En este estado el sujeto decide no
hacer nada por no tener la facilidad para
ello.
Para comenzar cualquier cosa debe-
mos romper una inercia, por física de
colegio sabemos que pare mover un ob-
jeto se debe hacer una fuerza igual a
su peso. Sin embargo, cuando está en
movimiento, la fuerza que se ejerce es
mínima. Nosotros no somos diferentes,
lo difícil es el comienzo, y después se
torna en algo inclusive rutinario.
Esa es una manera de romper una pro-
gramación negativa que nos presenta
Continúa en pag. .s.
Jorge Oyanedel, presentó en el 1 Congreso Na-
cional de la Otra Medicina, la ponencia titulada: LA
TEORIA DE LOS DOS CUERPOS. Hoy nos presenta es-
te artículo que consideramos del máximo interés, no
tan sólo por su teoría aplastante, sino también por la
coincidencia de pensamiento, ya que creemos que en
un futuro muy próximo, nosotros los habitantes de es-
te planeta, tendremos la imperiosa necesidad y tam-
bién la facultad grandiosa de CURARNOS USANDO EL
PODER DE NUESTRA MENTE.
1.
rl
69
3
4. un elemento psicológico básico para lo-
grarla, la motivación, es decir, lo bueno
que se espera de algo.
Digamos que ésta es la forma más or-
todoxa de plantearse un cambio. Pero
si sabemos la mecánica, podemos sa-
car provecho de ella.
Existe otra forma de plantearse la rup-
tura de una programación negativa, y
esto es a través de un elemento que se
usa jystamente para programar a las per-
sonas (todo funciona reversiblemente-
feedback), lo usa comúnmente la pu-
blicidad. Esto es la repetición. Repetir
algo bueno o malo produce un efecto
en nuestro comportamiento. En este ca-
so repetiremos algo bueno: por ejemplo
<(me siento bien». Un buen amigo mío
decía que si se levantaba de mal genio
en las mañanas, se proponía repetir es-
ta frase 150 veces «1 feel terrific» (me
siento excelente) y cuando ya iba por
las 50 se había olvidado de su mal genio.
Pero aquí llegamos a un punto impor-
tante.
No copiar frases de otros, porque eso
choca con nuestra individualidad rebel-
de. Hágase usted mismo sus propias
frases. En vez de me siento bien, puede
usar «Yo soy grande», etc..., etc. Como
ven estoy repitiendo cosas que salen en
los libros pero con una gran diferencia.
Esa diferencia que da la práctica y que
no sale en los libros. Todo lo que hace-
mos debe tener algo nuestro. No siga-
mos métodos de Otros al pie de la letra,
podemos adornarlos o acortarlas pero
o importante es esta influencia que
NOSOTROS imponemos a lo que hemos
decidido hacer. Hay personas que si-
guen al primero y que les resulta. Sin
embargo hay otros que no.
Podemos usar métodos de otros para
salir de la inercia, para que nos de el pri-
mer empujón. Y a veces para lograr
ese empujón, bien vale gastarse un tiem-
po y a veces algún dinero. Lo importan-
te es comenzar, probar uno mismo y
constatar si hay resultados. Eso nos
dará fuerza.
De acuerdo a mi experiencia, la rela-
jación ofrece unas perspectivas nunca
antes planteadas y unas posibilidades
de éxito fuera de toda previsión.
En este punto entramos a confrontar
las llamadas técnicas auxiliares para la
realización de lo que llamamos nuestros
deseos.
El yoga, la meditación trascendental,
las técnicas físicas, los ejercicios de con-
centración y las técnicas de relajación
entre otras.
Todas, absolutamente todas las téc-
nicas conocidas cumplen con un requi-
sito básico para poder funcionar. Hacen
que el cuerpo físico quede por decirlo
así, separado del pensamiento, o como
quiera que le llamemos, pilotará, fuera
realmente como un inspector que su-
pervisa la situación actual de todo nues-
tro cuerpo. En ese momento el cuerpo
puede ser influido por la mente. Es como
si la confusión total que tenemos dia-
riamente en nuestro cuerpo, entre nues-
tras emociones y nuestros deseos, hi-
ciera una tregua para dar paso a una
nueva sensación y un nuevo estado, una
conciencia clara que nos da la posibili-
dad de examinar serenamente hasta
nuestros más conflictivos problemas. En
este momento nuestros dos circuitos
básicos, cuerpo-mente están por este
momento a disposición de nuestro cere-
bro, de nuestra voluntad.
Sin embargo, por el hecho que esta-
mos usando nuestra mente, debemos
influir en forma mental, es decir una
forma que podemos llamarla sutil, ener-
gética, no-física.
La mejor manera de lograr este efec-
to consiste en seguir las leyes de la
sugestión, en especial la de la concen-
tración. Pero un tipo de concentración
abstraída, es decir conseguir una mono
idea, una idea que sirva de caballo para
cabalgar por las intrincadas sendas de
nuestras sensaciones y sentimientos lle-
vándolos hacia un camino, el camino
que nosotros decidamos. Empíricamen-
te, puedo decir, que un color es la mejor
manera de lograr esta concentración
abstraída que pone toda nuestra energía
vital a disposición de nuestra concien-
cia sin desperdiciarla, en pensar que te-
nemos una cita o llegaremos tarde a
algún lugar.
A continuación narraré a grandes
rasgos una relajación que surte un gran
efecto en todo el que la escucha. Está
dirigida a relajar la mente y lograr este
estada monoideístico que tanto anhe-
lamos.
Efectuamos dos o tres respiraciones
en un lugar tranquilo y procedemos a
retajar el cuerpo a través de métodos
convencionales: Schultz, la relajación
progresiva, tensión-relajación, etc...,
etc. Al llegar al momento en que nues-
tro cuerpo está suelto, imaginamos que
nos elevamos en dirección del cielo azul
hasta que este azul ocupa todo nuestro
campo visual. Así sin siquiera darnos
cuenta, logramos el elemento de con-
centración que mencionan las leyes de
la sugestión, concentrando nuestra aten-
ción en un elemento netamente abs-
tracto es decir mental o energético. Si
logramos esto conscientemente, nota-
remos una gran diferencia con nuestro
estado normal de vida, porque a través
de este sistema descansamos nuestros
procesos mentales. Debo recordarles
que el color azul era ya usado por los
antiguos egipcios para hacer dormir y
lograr efectos mentales. Esto no es nue-
va, es sólo un cambio de método para
ajustarlo a nuestras necesidades.
Así hemos llegado a otro tipo de ayu-
da, los cassettes, las cintas, técnicas
o métodos de relajación. En mi concep-
to son de gran utilidad y pueden hacer
que el sujeto logre en mayor o menor
grado este estado neutro, lo principal
que estas cintas y técnicas necesitan del
que las sigue o escucha, es la confian-
za que pe puede tener en ellas y esa con-
fianza sólo puede ser producida por la
eficiencia que produzcan.
Pero la relajación no es todo, sola-
mente el primer y básico plano para'
lograr dominar, mejorar, aliviar o curar
síntoma corporal o mental. El resto lo
podemos hacer a través de ese estado
monoideístico y dirigir nuestra energía
hacia el órgano o zona afectada de nues-
tro cuerpo. Se necesita práctica, pero
los resultados no se hacen esperar. Usted
se relaja y se imagina un fluido ener-
gético, una bola de color blanco u otro,
que viaja por su cuerpo en dirección del
órgano, dándole energía, limpiando o
sanando, y como dije antes, el resultado
no se hace esperar. Para terminar daré
un ejercicio de relajación que puede ser
usado por usted en cualquier lugar y cual-
quier momento, sólo toma unos minu-
tos y produce el efecto de calmar los
nervios y volveremos a un estado de
tranquilidad.
Ponga sus dedos tomando el pul-
so, ya sea en la muñeca o la carótida
(cuello). Sienta el pulso por unos mo-
mentos y comience a imaginar un color
de dos tonalidades por cada pulsación,
por ejemplo, azul-verde, azul-verde,
azul, verde, o cualquier par de colores
que usted elija, siguiendo las pulsacio-
nes, y verá cómo se siente después de
unos minutos, más calmado.
Lo que habrá hecho es poner sus ener-
gías en orden al servicio de su cere-
bro (coincidencia). Lo importante de
todo esto es tener las ganas de hacer-
lo. Debemos dar ese primer paso para
salir de nuestra inercia y comenzar a ca-
minar este futuro posible donde uno
puede curarse a sí mismo.
JORGE OVAN EDEL
La relajación ofrece unas
perspectivas nunca antes
planteadas, y unas
posibilidades de éxito fuera
de toda previsión.
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