El documento presenta una reflexión sobre el pasaje del Evangelio en el que Jesús calma la tormenta mientras duerme en la barca con sus discípulos. Señala que la Iglesia, como la barca, enfrenta tormentas como la incredulidad y la persecución, pero que los cristianos deben confiar en que Dios está con ellos, así como Jesús calmó la tormenta. También habla sobre la necesidad de superar crisis de fe y confianza mediante un encuentro personal con Dios para fortalecer la fe y confiar en Él a pesar