El uso de cohetes con fines de salvamento cobró impulso en Gran Bretaña durante el siglo XIX. Después de Dennett, Alexander G. Carte, natural de Hull (Yorkshire), fue pionero en el desarrollo de cohetes salvavidas. En 1825 fue nombrado almacenista y jefe de barracón de la Ciudadela de Hull. Comenzó a experimentar con varios cohetes comerciales y diferentes tamaños de líneas. En 1836, puso a la venta su primer juego de 54 kilos que costaba 18,8 libras esterlinas; y en 1851 ya se utilizaban en 29 estaciones de salvamento de siete condados ingleses y en algunas estaciones de Dinamarca. Carte suministró lanzadores tanto para la modalidad barco-costa como para la modalidad costa-barco y su sistema se utilizó en ambas. Los cohetes se transportaban en un cofre con el cordaje y el equipo auxiliar necesarios. Su alcance inadecuado impuso límites estrictos a su utilidad.