2. Herejía y cisma
En Occidente los trastornos ocasionados
por las invasiones de los bárbaros no
dejaron tiempo para las discusiones
teológicas. Oriente, en cambio, no sabe
desprenderse de las controversias
religiosas. En 726 estalló la controversia
de las imágenes.
3. Iconoclastas = el que practica la iconoclasia,
es decir, el destructor de imágenes
4. Controversia sobre los iconos en
los siglo VIII y IX
Los iconos se
empiezan a elaborar
en el siglo VI. La
función de los iconos
es la irradiación del
poder del Resucitado
glorificado. El pintor se
valía de pinturas
bendecidas y él hacía
penitencia y oraba
antes de pintar.
5. San Basilio decía:
Quien contempla los
iconos es “transformado”
en virtud de una especie
de acción sacramental.
Los iconos son el retrato
de Cristo encarnado, o
de sus amigos, en
quienes vive Cristo. En
los colores iban
incrustados trocitos de
reliquias.
6. Icono o Ícono
El icono no es simplemente la
reproducción de lo que
perciben los sentidos (…). La
percepción interior debe
liberarse de la mera percepción
de los sentidos para adquirir
una nueva y más profunda
capacidad de ver; debe
recorrer el paso de lo que
es meramente exterior a la
realidad en su profundidad
(Joseph Ratzinger)
7. Era costumbre venerar imágenes de
Cristo, la Virgen y de los santos
Los judíos y los
musulmanes no
fabricaban imágenes.
Muchos cristianos lo
consideraban volver a
la idolatría. El
emperador León III
el Isáurico, publicó
un edicto que
ordenaba su
destrucción.
8. 120 años de iconoclasia
De aquí el nombre de
iconoclastas o rompedores
de imágenes. Esta lucha
duró 120 años. Fue
especialmente sostenida
entre el emperador y
los monjes; el ejército
apoyaba al emperador y el
pueblo, a los monjes. El
emperador León III el
Isaurio o el Isáurico ordenó
la destrucción de las
imágenes religiosas. El
patriarca de Constantinop.,
Germán, se opuso y fue
destituido. San Juan
Damasceno escribió tres
apologías a favor de las
imágenes. Los reinados de
León IV (775-780) y de la
emperatriz Irene
(iconódula) proporcionaron
una tregua. Irene convocó
el II Concilio de Nicea (787,
había muerto su marido),
pero este Concilio no
terminó del todo con el
problema.
9. Emperatriz Irene de Atenas (752-803)
(regente de Constantino VI)Irene se casó con León IV.
A los cinco años quedó
viuda; dos hermanos de su
esposo trataron de
destronarla y fueron
condenados a muerte. Su
hijo la desterró cuando llegó
a emperador y a los 15
meses ella se vengó:
mandó sacarle los dos ojos
a su hijo. Se quedó a cargo
del Imperio Bizantino como
basilissa, pero prefería
llamarse basileus
(emperador).
10. Fue la 1ª emperatriz del
Imperio bizantino en
ocupar el trono en su
propio nombre.
Carlomagno, emperador
de Occidente, le propuso
matrimonio. Al poco
tiempo, el tesorero
Nicéforo se proclamó
basileus (emperador), y la
desterró a la isla de
Lesbos. Es considerada
santa por la Iglesia
ortodoxa por restaurar el
culto a las imágenes.
El II Concilio de Nicea
(787) declaró que la
veneración otorgada a
las imágenes no debía
confundirse con su
adoración.
11. Teodora II, esposa de Teófilo
(no confundirla con la esposa de Justiniano)
León V (813-820)
instauró un segundo
periodo de luchas,
continuado por los
siguientes emperadores
hasta Teófilo, al morir
éste su esposa Teodora
movilizó a los iconódulos
y proclamó la
restauración la
veneración de los iconos
en un sínodo en 843.
Moneda:
anverso: Teodora II;
reverso: sus hijos.
12. Teodora II
Icono del s. XIX
Teodora fue madre de
Miguel III. Ejerció la
regencia de éste pues
contaba con tres años
cuando fue nombrado
emperador. Pasó sus
últimos 8 años
voluntariamente en el
convento de Eufrosinia.
La controversia
iconoclasta fue estúpi-
da.
15. San Juan Damasceno (650-749)
Nace en Damasco y recibe
una excelente formación
clásica. Trabajó como
cobrador de impuestos
pero luego decidió retirarse
al monasterio de San
Sabas en Jerusalén.
El patriarca Juan IV de
Jerusalén (706-717) le
ordenó de presbítero.
16. El PatriarcaJuan IV de Jerusalén
Le encomendó que
interviniera con sus escritos
en la defensa de la ortodoxia
frente a los iconoclastas.
También predicó y por su
elocuencia se le llamó “río de
oro” (Chrysorrhas).
17. Juan Damasceno
Explica que la veneración
que se tributa a las imágenes
de Dios y de los santos no se
dirige nunca a la materia en
sí, sino a la persona
representada.
León XIII le declaró Doctor
de la Iglesia en 1890.
18. El Catecismo de La Iglesia
Dice en el número 2131:
Fundándose en el misterio del
Verbo encarnado, el Séptimo
Concilio Ecuménico (Nicea 787),
justificó contra los iconoclastas
el culto de las sagradas
imágenes: las de Cristo, pero
también las de la Madre de Dios,
de los ángeles y de todos los
santos. El Hijo de Dios, al
encarnarse, inauguró una nueva
“economía” de las imágenes.
2131 El culto cristiano de las
imágenes no es contrario al
primer mandamiento que
proscribe los ídolos. “El honor
dado a una imagen se remonta
al modelo original” (San Basilio,
PG 32, 149). “El que venera una
imagen, venera en ella la
persona que en ella está
representada” (II Concilio de
Nicea). El honor tributado a las
imágenes sagradas es una
veneración respetuosa, no una
adoración, que sólo corresponde
a Dios.