Desequilibrios que podemos tener con respecto al "dinero" como simbólico psicológico en nuestras vidas. Derivado por un lado de nuestro estilo de vida moderno (trabajo, consumo, deudas) y por otro lados de dogmas y creencias que realzan o demonizan su función, quitándolo de su lugar de "instrumento" o "medio" de intercambio.