3. Desde el punto de vista
humano, llegamos a
considerar que hay
personas que
definitivamente no
merecen compasión.
Hay asesinos, ladrones,
secuestradores,
violadores, terroristas,
pedófilos, etc.
4.
5. Uno de los fariseos rogó a Jesús que
comiese con él. Y habiendo entrado en casa
del fariseo, se sentó a la mesa.
Lucas 7:36
6. Eran los fariseos quienes
certificaban las
enfermedades
transmisibles de los
ciudadanos y
determinaban su
expulsión; también ellos
podían ordenar su
reincorporación en la
sociedad.
7. Al reconocerse leproso,
Simón sabía lo que tenía
que hacer. La lepra era
una enfermedad
incurable, contagiosa y
mortal. Él era un hombre
muerto, por tanto tenía
que auto expulsarse de
la comunidad.
8. No se describe el
momento de la curación
de Simón; sin embargo,
la Biblia registra la
curación de varios
leprosos. Los tocaba,
pasaba cerca de ellos,
desafiaba su fe. Cristo
tenía una manera de
ayudar a cada caso.
9. Simón organizó un
banquete para celebrar
su retorno a la
sociedad. El gran
invitado era Jesús, su
sanador.
10. “Simón estaba
agradecido pero no
le había aceptado
como Salvador. Su
carácter no había
sido transformado;
sus principios no
habían cambiado”
(DTG 511:1).
11. Compasión es
preocupación por las
necesidades físicas, y
también interés por la
salud espiritual. Dios no
solo quiere sanidad,
también quiere
salvación.
12.
13. Entonces una mujer de la ciudad, que era
pecadora, al saber que Jesús estaba a la
mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de
alabastro con perfume;
Lucas 7:37
14. Todo estaba preparado
para ser una noche
memorable, para un
retorno triunfal de Simón
a la vida en sociedad;
sin embargo, algo alteró
definitivamente el
ambiente y el programa.
Fue el ingreso de una
mujer que se lanzó a los
pies de Jesús.
15. “Cuando vio esto el
fariseo, dijo para sí:
‘Este, si fuera profeta,
conocería quién y qué
clase de mujer es la que
le toca, que es
pecadora’.
17. La mirada de Cristo le
mostró que él sabía
todo. Entonces entró
en pánico. Cristo lo
podía delatar delante
de la sociedad. Fue en
ese punto cuando el
Señor relató una
historia.
18. ¿Ves a esta mujer?, le
dijo, es una pecadora.
“Por lo cual te digo
que sus muchos
pecados le son
perdonados, porque
amó mucho. Mas
aquel a quien se le
perdona poco, poco
ama”.
19. Ahora comenzó a verse a
sí mismo desde un
nuevo punto de vista. Vio
que su religión era solo
un manto farisaico.
Había despreciado la
compasión de Jesús.
21. Cuando a la vista
humana un caso
puede ser
desesperado y una
persona es
considerada
imperdonable,
Cristo ve en ellos
aptitudes para lo
bueno.
22. El fariseo hipócrita, y
corruptor de
muchachas, descubre
avergonzado que Dios
conoce su corazón, y
aun así está dispuesto
a ir más allá de solo
sanar su lepra, sino de
limpiar la lepra de su
alma.
23. A las almas que se
vuelven a él en busca de
refugio, Jesús las eleva
por encima de las
acusaciones. Ningún
hombre ni ángel malo
puede acusar a estas
almas, pues están de pie
junto al gran abogado,
delante del trono de Dios.