La colocación de stents biliares mediante colangiopancreatografía retrograda endoscópica (CPRE) se ha convertido en el estándar para aliviar la obstrucción biliar maligna. Los stents se usan para abrir los conductos biliares bloqueados y permitir que la bilis fluya del hígado al intestino. Existen stents metálicos autoexpandibles y stents de plástico más pequeños, que se colocan a través de la papila biliar usando una guía para derivar obstrucciones y liberar líquido.