El documento discute el desarrollo a escala humana y contrasta con el crecimiento económico. Define la pobreza como bajo ingreso y la riqueza como una forma de pensar. Explica que el desarrollo está orientado a satisfacer las necesidades humanas y requiere una nueva forma de interpretar la realidad centrada en las personas, mientras que el crecimiento se enfoca en objetivos macroeconómicos. Finalmente, señala que para evaluar un medio social de acuerdo con las necesidades humanas es necesario examinar cómo las posibilidades
2. 1. ¿Qué sentido u objetivo tiene la actividad económica?
La «economía a escala humana» representa por así decirlo, un retorno a la sensatez y
al sentido común. Es la economía que se fortalece a niveles locales y regionales,
donde la gente realmente está, sin caer en el deslumbramiento con el gigantismo y
con lo macro como fines supremos. Es la economía de la diversidad, de la
interdependencia, y de la solidaridad. Es la economía que reconoce que el desarrollo
tiene que ver con las personas y no con objetos.
2. ¿Qué es pobreza y qué es riqueza?
La pobreza hace referencia cuando nos referimos a un bajo nivel de ingresos.
La riqueza es la forma de pensar y de ver las cosas de maneras diferentes no solo se
trata de tener algo material si al fin y al cabo nos tendremos que endeudar para pagar
esto.
3. ¿Qué es crecimiento y qué es desarrollo?
Esto está orientado en gran medida hacia la satisfacción de las necesidades
humanas, exige un nuevo modo de interpretar la realidad. Nos obliga a ver y a evaluar
el mundo, las personas y sus procesos de una manera distinta a la convencional.
4. ¿Desde el enfoque humano y social cuál de ellos es el más apropiado?
Si queremos evaluar un medio social cualquiera en función de las necesidades
humanas, no basta con comprender cuáles son las posibilidades que pone a
disposición de los grupos o de las personas para realizar sus necesidades. Es preciso
examinar en qué medida el medio reprime, tolera o estimula que las posibilidades
disponibles o dominantes sean recreadas y ampliadas por los propios individuos o
grupos que lo componen. Son los satisfactores los que definen la modalidad que una
cultura o una sociedad imprime a las necesidades. Los satisfactores no son los
bienes económicos disponibles, sino que están referidos a todo aquello que, por
representar formas de Ser, Tener, Hacer y Estar, contribuye a la realización de las
necesidades humanas. Pueden incluir, entre otras cosas, formas de organización,
estructuras políticas, prácticas sociales, condiciones subjetivas, valores y normas,
espacios, comportamientos y actitudes; todas en una tensión permanente entre
consolidación y cambio.