La adaptación es clave para la supervivencia de las especies. A través de procesos como la mutación, la selección natural y la deriva genética, las especies desarrollan características funcionales que les permiten sobrevivir mejor en su hábitat, como tolerancia a condiciones ambientales, formas eficientes de obtener alimento y locomoción, y modos de reproducción exitosos. Estas adaptaciones funcionales se observan tanto en animales como en plantas y abarcan aspectos fisiológicos, metabólicos, de comportamiento y