La monarquía absoluta se basaba en que el rey tenía un poder ilimitado dado por Dios. Luis XIV de Francia fue el máximo exponente. La sociedad estaba dividida en estamentos rígidos determinados por el nacimiento. Los privilegiados eran la nobleza y el clero, que gozaban de exenciones fiscales y poder. El resto, como campesinos y burgueses, carecían de privilegios. La economía se basaba en la agricultura y el comercio marítimo, con baja industrialización y comunicaciones deficientes.