John Dewey fue el padre de la psicología progresista y creía que la educación debía centrarse en el niño. Sostenía que el pensamiento solo se convierte en conocimiento a través de la acción y que la escuela debe contribuir al desarrollo social y democrático de los estudiantes. También consideraba importante la educación laboral y práctica. La tarea del maestro era proporcionar un ambiente estimulante que guiara el aprendizaje del estudiante.