Este documento describe cómo la práctica y difusión de las costumbres y la música de una cultura, así como el conocimiento claro de la identidad cultural, pueden generar confianza, seguridad emocional, estabilidad e inclusión social entre los estudiantes. Esto conduce a un enriquecimiento de la identidad cultural a través de la aceptación de la propia cultura y el sentido de pertenencia.