El documento argumenta que la sociedad y la escuela están presionando demasiado a los niños, haciéndolos crecer demasiado rápido y quitándoles tiempo para jugar. Esto puede causar estrés y fracaso escolar. En lugar de eso, debemos respetar el ritmo natural de aprendizaje de los niños y despertar su interés y curiosidad para que aprendan mejor de manera motivada.