La Escuela Moderna de Francisco Ferrer promovía una enseñanza laica, racional y emancipadora basada en la ciencia y los valores de libertad, igualdad y fraternidad. Sus características incluían la enseñanza no autoritaria sin castigos ni exámenes, aprendizaje a través de la actividad y la participación del alumno, y contenidos inspirados en el método científico. Ferrer estableció numerosas escuelas populares basadas en estos principios racionalistas hasta su ejecución injusta en 1909.