Este cuento transcurre en El Cairo y trata sobre un boticario llamado Abu Kassim que era muy conocido por su extrema avaricia. Abu Kassim llevaba las mismas babuchas durante veinte años, remendándolas constantemente con tiras de cuero y clavos. Con el tiempo, las babuchas de Abu Kassim se volvieron tan gruesas y pesadas que la gente las usaba como punto de comparación para describir cosas densas, pesadas u olorosas. Un día, Abu Kassim decidió darse un baño y comparó el sol y