Bloque sexto de Historia de España de Segundo de Bachillerato temario EBAU en el que se explica la evolución política durante el periodo de regencias, el reinado de Isabel II y el sexenio revolucionario, con el reinado de Amadeo I y la Primera República.
4. 1. El reinado de Isabel II. La oposición al sistema liberal: carlismo y guerra civil
A finales de 1832, Fernando VII
había adoptado tres
importantes medidas:
Obligó al infante Carlos a
marchar a Portugal por negarse
a reconocer a su sobrina Isabel
como heredera del trono;
Destituyó del ejército a los
partidarios del infante;
Ordenó una amnistía política
para todos liberales presos o
exiliados.
Sin embargo, después de
conocerse la noticia de la
muerte de Fernando VII en
septiembre de 1833, el infante
Carlos reclamó sus derechos al
trono contra la pequeña
princesa Isabel que sólo tenía 3
años de edad. Así se
produjeron en distintos lugares
de la península numerosos
levantamientos armados a
favor de don Carlos, dando
comienzo la guerra civil entre
carlistas e isabelinos.
María Cristina de lutoLa enfermedad de Fernando VII
Carlos María
Isidro de Borbón Isabel II niña
a. El conflicto por la sucesión al
trono
5. 1. El reinado de Isabel II. La oposición al sistema liberal: carlismo y guerra civil
Este conflicto sucesorio era en realidad un enfrentamiento entre dos sectores de la
sociedad española con intereses ideológicos, políticos y económicos completamente
opuestos.
El bando isabelino recibió el apoyo mayoritario de las clases medias urbanas,
empleados públicos e individuos de grupos sociales dirigentes como la alta
burocracia estatal, mandos del Ejército, altas jerarquías eclesiásticas, alta nobleza,
grandes burgueses, hombres de negocios y liberales (los cuales pensaban que una
victoria en la guerra podía favorecer su acceso al poder y el triunfo de sus ideas).
Dicho bando isabelino, durante la minoría de edad de Isabel II, apoyará a la reina
viuda María Cristina de Nápoles, que asumió temporalmente la regencia.
Respecto al bando carlista, sus apoyos procedían de la Iglesia (bajo clero rural
sobre todo, aunque con numerosas excepciones) y de la pequeña nobleza local,
propietarios ennoblecidos, pequeños nobles rurales y oficiales reaccionarios.
Asimismo, el carlismo contó con el apoyo de sectores amplios de artesanado y del
campesinado de los territorios forales vasco-navarros que se beneficiaban de
exenciones fiscales y militares.
En cualquier caso, políticamente, el carlismo era un movimiento
contrarrevolucionario de resistencia al avance del liberalismo con gran implantación
en Navarra, las tres provincias vascas y la región castellonense del Maestrazgo. Sus
valores y principios ideológicos eran los siguientes:
•La tradición política del absolutismo monárquico. Defendían el origen divino de la
monarquía, y la tradición como fundamento de legitimidad (Dios, Patria y Rey).
•El rechazo a la obra de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal.
•La restauración del poder de la Iglesia y de un catolicismo excluyente.
•La idealización del mundo rural frente a la sociedad urbana e industrial. El carlismo
siempre tuvo menos apoyos urbanos.
•La defensa de las instituciones y fueros tradicionales de vascos, navarros y catalanes
frente a la uniformidad política y jurídica que pretendía ilustrados y liberales.
Tenemos que tener en cuenta que los fueros, especialmente en el País Vasco,
representaban una forma de gobierno tradicional aglutinada en torno a las Juntas
Generales, con justicia aplicada por jueces propios, una fiscalidad propia y exenta de
la general y sin quintas.
b. La oposición al liberalismo: los carlistas. Guerra civil entre carlistas e
isabelinos.
6. Desde el punto de vista militar, hubo tres etapas:
- Primera etapa (1833-1835)
El general Tomás Zumalacárregui al mando de
35.000 hombres del ejército carlista del
norte y con tácticas guerrilleras logró controlar
grandes espacios rurales en las provincias vascas y
navarras aunque no ocupó ninguna capital.
Precisamente Zumalacárregui murió cuando
intentaba tomar Bilbao. Por otra parte, el general
carlista Ramón Cabrera se encargó de dirigir a
5.000 hombres en la región valenciano-
aragonesa. Hubo brutales métodos represivos y
fusilamientos por ambas partes.
1. El reinado de Isabel II. La oposición al sistema liberal: carlismo y guerra civil
Bandera del General Cabrera en
la primera guerra carlista.
Tomás de Zumalacárregui
El cerco de Bilbao
por los carlistas
durante la
Primera Guerra
Carlista.
Ramón Cabrera, El Tigre del
Maestrazgo
Fusilamiento de la
madre de Cabrera
7. - Segunda etapa (1836-1837)
Tras su éxito en Bilbao, el general
liberal Baldomero Espartero accedió
al mando supremo del ejército
isabelino. En esta etapa, las
operaciones carlistas penetrando en
Castilla, Andalucía, Santander,
Asturias y Galicia fracasaron por no
encontrar apoyo entre la población
de estas zonas.
- Tercera etapa (1838-1840)
El bando carlista, desmoralizado y
debilitado por divisiones internas
sufrió continuas derrotas. Surgieron
dos facciones opuestas entre los
ultras más duros opuestos a una
solución pacífica y los carlistas más
moderados con el general Rafael
Maroto al frente partidarios de un
pacto con los isabelinos. Así, la
guerra terminó con la victoria
de las tropas isabelinas, la huida de
don Carlos a Francia y con la firma
del convenio de Vergara en 1839 por
Espartero y Maroto, a pesar de que
algunos combatientes carlistas ultras
continuaron combatiendo en
Cataluña y Aragón hasta julio de
1840.
1. El reinado de Isabel II. La oposición al sistema liberal: carlismo y guerra civil
Baldomero Espartero,
príncipe de Vergara Rafael Maroto
Abrazo de Vergara, 31 de agosto de 1939. Oñate (Guipúzcoa). Con él
se ratificaba el Convenio de Vergara firmado pocos días antes.
Rafael Maroto (izquierda) y
Baldomero Espartero (derecha)
8.
9. c) Aspectos internacionales de la guerra carlista.
Las grandes potencias europeas también se implicaron y tomaron
posiciones en el conflicto civil español. Así, los países
gobernados por monarcas absolutistas (Rusia, Austria, Prusia y
Nápoles) negaron su reconocimiento a la princesa Isabel, pero sólo
apoyaron moral e ideológicamente al bando de don Carlos. Por el
contrario, los gobiernos liberales de Francia, Gran Bretaña y
Portugal ayudaron al bando isabelino diplomáticamente, financiera
y materialmente (por ejemplo, la legión inglesa de 11.000 mil
voluntarios ingleses, la legión auxiliar portuguesa y la legión
extranjera francesa) . Se firma también en 1834 del Tratado de la
Cuádruple Alianza entre Gran Bretaña, Francia, Portugal y la España
Isabelina.
d. Consecuencias de la primera guerra carlista.
La Primera Guerra Carlista generó una serie de consecuencias que
deben ser tenidas en cuenta para poder entender gran parte del
siglo XIX español, tanto en cuestiones políticas, como económicas.
En primer lugar, hay que señalar que fue un conflicto muy
sangriento, generando un alto coste en vidas humanas (200.000).
En el plano político, la guerra contribuyó a la definitiva inclinación
de la Monarquía española hacia el liberalismo. El agrupamiento de
los absolutistas en torno a la causa carlista convirtió a los liberales
en el único apoyo al trono de Isabel II. La Reina Gobernadora y
luego su hija, sin ser favorables a los aspectos más radicales del
liberalismo, terminaron por abrazar esta causa, aunque siempre en
su versión doctrinaria o más conservadora.
El reforzamiento del protagonismo de los militares en la política
española fue otra repercusión del conflicto. Las guerras carlistas
convirtieron a los militares en elementos fundamentales para la
defensa del sistema liberal. Los generales (“espadones”),
conscientes de su protagonismo e importancia, se acomodaron al
frente de los partidos liberales –moderado y progresista-, y se
erigieron en árbitros de la política, utilizando, además, el recurso
del pronunciamiento.
Legión Extranjera Francesa
Legión auxiliar inglesa
1. El reinado de Isabel II. La oposición al sistema liberal: carlismo y guerra civil
10. En lo económico, la guerra generó enormes gastos, que
pesaron como una losa sobre la pésima situación de la
Hacienda, heredada de todo el proceso de crisis del Antiguo
Régimen con lo que supuso la Guerra de la Independencia y
la pérdida de las colonias americanas. Estas dificultades
condicionaron la orientación de ciertas reformas, como la
desamortización, ya que terminaron por primar las
necesidades financieras del Estado sobre las de reforma
agraria.
En relación con la cuestión foral hay que señalar que el
convenio de Vergara incluía una ambigua promesa de
mantener los privilegios forales de vascos y navarros. Sin
embargo, poco después, en 1841, se aprobaron varias leyes
según las cuales Navarra perdía sus aduanas, privilegios
fiscales, exenciones militares e instituciones propias de
autogobierno, pero a cambio, los navarros consiguieron un
sistema fiscal muy beneficioso consistente en el pago de un
cupo contributivo único anual de reducida cuantía a la
Hacienda estatal.
Por otra parte, las tres provincias vascas también perdieron
algunos de sus viejos privilegios forales como aduanas y
juntas y fue derogado el denominado “pase foral”
consistente en retrasar (no suspender) las disposiciones y
ordenes del gobierno central. Asimismo, en 1846, se produjo
un nuevo recorte de los fueros vascos con la
introducción de los denominados “conciertos
económicos” por medio de los cuales se calculaba la
contribución anual de los ciudadanos vascos a los gastos
generales del Estado pactándose entre las diputaciones
forales de las tres provincias vascas y el gobierno estatal. No
obstante, este modelo fiscal fue ventajoso para la población
vasca y, además, ésta conservó su exclusión privilegiada y
excepcional del servicio militar
1. El reinado de Isabel II. La oposición al sistema liberal: carlismo y guerra civil
Carlos Luis de Borbón y
Braganza (Carlos VI)
11. 1. El reinado de Isabel II. La oposición al sistema liberal: carlismo y guerra civil
e. La Segunda Guerra Carlista o Guerra de los Matiners (1846-1849) se
desarrolló principalmente en Cataluña entre 1846 y 1849. La causa
fundamental fue el malestar provocado por la política de Narváez, tanto en
el terreno económico (reforma tributaria de 1845, aranceles), como social
(quintas), así como por el fracaso del proyecto matrimonial entre Isabel II y
el conde de Montemolín. La grave crisis agraria e industrial que vivió
Cataluña en 1846-47, como casi toda Europa occidental, fue también un
elemento desencadenante.
Los primeros levantamientos los encabezaron Ros d´Eroles y mossen Benet
Tistany en Solsona (septiembre de 1846). Hasta abril de 1848 el conflicto se
caracterizó por la lucha entre pequeñas partidas autónomas carlistas y el
ejército central.
A partir del impacto de la revolución francesa de 1848, la guerra se reavivó
con la aparición de partidas de carácter progresista y republicano y con la
llegada de Ramón Cabrera como jefe máximo militar carlista.
A fines de 1848, la política del Capitán General de Cataluña, tendente a
atraerse a ciertos jefes carlistas, debilitó el movimiento y en abril de 1849,
Cabrera, tras diversas derrotas, pasó la frontera y con él la mayor parte de
los dirigentes carlistas.
Pretendiente al trono de España
(como Carlos VI de Borbón, 1845-1861)
conde de Montemolín
La Batalla del Pasteral, cerca del río Ter y Cellera de Ter fue la principal batalla de la Guerra
de los Matiners en Cataluña (enero del 1849
12. 2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
Inmediatamente después de la muerte de Fernando
VII se trató de llegar a un acuerdo con los partidarios del
pretendiente al trono don Carlos María Isidro sin perder
el apoyo de los liberales. Esa fue la misión que se le
confió a Francisco Cea Bermúdez, líder de un gobierno
que duró apenas tres meses. Sin embargo, aunque los
esfuerzos por atraerse a los carlistas fueron vanos, su
gobierno emprendió una reforma de gran envergadura:
la división de España en provincias y regiones. Las
primeras siguen estando vigentes en la actualidad con la
única excepción de Canarias, que originalmente
constituía una sola provincia.
Mediante una simple circular en noviembre de 1833,
su secretario de Estado de Fomento, Javier de Burgos,
creó un Estado centralizado,dividido en 49 provincias y
15 regiones.
Francisco Javier de Burgos Francisco Cea Bermúdez
2.1. La Regencia de María Cristina Borbón Dos Sicilias
13.
14. 2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
1. El Estatuto Real de 1834.
En enero de 1834 como consecuencia de la presión de
los mandos militares liberales, la reina regente situó al
frente del gobierno al liberal moderado Martínez de la
Rosa, el cual se encargó de proyectar y de aprobar el
Estatuto Real con la intención de preparar el tránsito
político desde el absolutismo monárquico hacia un
sistema representativo liberal. Dicho Estatuto ,vigente
hasta agosto de 1836, presenta las siguientes
características:
•No era una Constitución puesto que no procedió de la
deliberación de los representantes de la nación. Era una
concesión de la Corona a sus súbditos.
•Su contenido sólo incluía un reglamento de reforma de
las Cortes, que pasaban a convertirse en una asamblea
para asesorar a la Corona. Por primera vez, se estableció
un novedoso sistema bicameral por el que las Cortes
quedaban formadas por dos estamentos o cámaras:
a.Estamento de Próceres, estaba formado por los
grandes de España, los arzobispos y por otros
individuos que debían ser designados por la
corona con carácter vitalicio.
b.Estamento de Procuradores, tenía carácter
electivo y sus miembros debían garantizar la
posesión de una renta anual de 12 mil reales. El
sistema de elección era indirecto y estrictamente
censitario: concedía el derecho al voto a poco
más de 16 mil personas, en torno al 0, 15% de la
población.
•El carácter moderado del Estatuto frustró las
expectativas de los liberales más exaltados, que lo
rechazaron.
Apertura de las Cortes en 1834 por la
Reina Regente
Francisco de Paula
Martínez de la Rosa
Francisco de Paula
Martínez de la Rosa
15. 2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
Durante los años de la guerra civil se produjo la división del liberalismo español en dos tendencias distintas: los moderados y los
progresistas. Aunque ambos grupos colaboraban juntos contra los carlistas, tenían importantes diferencias ideológicas y competían
electoralmente teniendo enfrentamientos por el poder.
La diversificación del liberalismo: moderados y progresistas.
18. 2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
1) Los moderados
Formaban una especie de sector derechista
(Narváez, Javier de Burgos, Alejandro Mon y
Ramón de Santillán) dentro del liberalismo que
se correspondían con los grandes terratenientes
y hombres de negocios más adinerados, y cuyas
características eran las siguientes:
•Necesidad de hacer compatibles las libertades
con el mantenimiento del orden público y de la
propiedad.
•El propósito conservador de conjugar la
tradición y el progreso moderno.
•El rechazo de la subversión revolucionaria.
•La defensa de una autoridad fuerte con un
monarca que mantuviese importantes poderes
y funciones.
•La oposición a la democracia y al sufragio
universal por el temor a que los grupos
sociales más bajos pudieran votar y participar
en las decisiones políticas.
•Limitar los derechos individuales.
•La oposición a cualquier intervención estatal
dirigida a reducir las desigualdades
socioeconómicas.
•La conveniencia de mejorar las relaciones
con la Iglesia católica.
•La supresión de la Milicia Nacional por temor a
su participación en las insurrecciones
revolucionarias.
Ramón María Narváez, primer
duque de Valencia. Vicente
López Portaña
Francisco Javier de Burgos
Alejandro Mon y Menéndez
Ramón de Santillán González
19. 2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
2) Los progresistas
Recibían el nombre de “avanzados” y componían el ala izquierda del
liberalismo español (Baldomero Espartero, Juan Prim, Juan Álvarez
Mendizábal, Pascual Madoz). Sus apoyos sociales eran bastante
heterogéneos, pero predominaban los hombres pertenecientes a las clases
medias urbanas: pequeños comerciantes y artesanos, médicos, tenderos,
tenderos, profesores y empleados administrativos. Rasgos básicos de su
proyecto ideológico:
•La necesidad de ampliar el número de personas con derecho a voto para
facilitar. El objetivo, facilitar a las clases medias la participación en las
decisiones políticas y evitar así insurrecciones.
•La conveniencia de realizar reformas más profundas y rápidas con la
intención de ampliar libertades.
•Aversión a la democracia, a las revoluciones violentas y al radicalismo,
rechazando la participación de las clases bajas trabajadoras en la vida
política.
•La desconfianza hacia el clero católico.
•La limitación de los poderes y atribuciones del monarca.
•El mantenimiento y reforzamiento de la Milicia, Nacional como garantía
de libertades.
•Dentro de las filas del progresismo se produjo hacia 1849, una escisión del
ala izquierda cuando los demócratas decidieron separarse para crear un
partido diferente el partido demócrata cuya señas ideológicas eran la
defensa del sufragio universal ampliando el derecho a voto a las clases
populares, la ampliación de libertades en general, la enseñanza gratuita, la
reforma del sistema fiscal, la ampliación de la asistencia social estatal y la
supresión de los fueros vascos.
Hay que decir que estas agrupaciones políticas de moderados y progresistas
eran “partidos de notables”, es decir organizaciones poco numerosas
formadas y dirigidas por personas de prestigio y dinero para atraer votos y
cubrir gastos.
Juan Álvarez Mendizábal
El general Baldomero EsparteroGeneral Juan Prim
Pascual Madoz Ibañez
21. El proceso de reforma moderada y
controlada por la Corona no tuvo éxito .
Así, el detonante final de la crisis del
gobierno de Martínez de la Rosa fue una
serie de revueltas ciudadanas en 1835,
con la formación de Juntas locales y
provinciales y que forzaron a la corona
a iniciar un proceso de cambio político
más liberal. Así en septiembre de 1835,
la regente llamó al gobierno a Juan
Álvarez Mendizábal, liberal progresista
que inició la recuperación de las leyes de
desamortización del clero regular e
inicio la reforma del Estatuto Real,
especialmente la ampliación de la ley
electoral. Sin embargo, a lo largo de los
meses siguientes, los altercados
callejeros no disminuyeron, ni tampoco
las agitaciones políticas. Así, en agosto
de 1836 un se produjo el motín de La
Granja de San Ildefonso impulsado por
liberales progresistas que irrumpieron en
el palacio real, forzando a la reina a
suspender el Estatuto Real y a
restablecer la Constitución de 1812.
Se establece un Gobierno presidido por
liberales ( JM. Calatrava y después
Espartero), hasta que en octubre de
1837, los moderados vuelven al poder.
2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
La desamortización de Mendizábal y la Constitución de 1837
Los sargentos del segundo Regimiento de la Guardia Real
exigiendo el 12-13 de agosto de 1836 la restauración de la
Constitución de 1812
Matanza de frailes durante las revueltas de 1834
Juan Álvarez Mendizábal
José María Calatrava
22. El resultado de este motín fue la elaboración de un nuevo texto
constitucional y el desmantelamiento definitivo de la estructura
socioeconómica del Antiguo Régimen. Así, la Constitución de 1837
rompía tanto con el absolutismo como con el liberalismo de 1812
aunque se presentaba como una revisión de la Constitución de Cádiz.
Así, se configuró un sistema político monárquico constitucional de clara
inspiración progresista, pero que incorporaba buena parte de las ideas
propuestas por los moderados. Varios eran los aspectos más relevantes
de su contenido:
•Se inaugura el principio de la soberanía compartida, la potestad
legislativa pertenecía a las Cortes y al Rey.
•Se mantenían importantes atribuciones en manos del rey, como
iniciativa legislativa, derecho de veto ilimitado (la posibilidad de no
sancionar una ley), la designación de senadores y el derecho de
disolución de las Cortes.
•La introducción del bicameralismo parlamentario con dos cámaras: el
Senado y el Congreso de los Diputados.
•Se cambió la ley electoral, estableciéndose un sistema directo
censitario que reservaba el derecho al voto a los mayores
contribuyentes de cada localidad quedando por tanto a una minoría de
hombres que poseían propiedades agrarias e industriales. Así sólo se
concedió derecho de voto al 2% de la población, unos 240.000
hombres mayores de 25 años.
•El reconocimiento de los derechos individuales y la libertad de
imprenta, libertad de comercio e industria, desvinculación, abolición
de los señoríos y del diezmo.
•Se restablecieron leyes municipales derivadas de la Constitución
de 1812.
•La afirmación de la libertad religiosa, pero con el compromiso del
Estado de mantener económicamente al clero católico.
2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
La Constitución de 1837
La Reina
Gobernadora
jura la
Constitución de
1837
acompañada de
su hija Isabel II,
el 18 de junio
de 1837.
Constitución de 1837
23. 2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
La desamortización de Mendizábal
Juan Álvarez Mendizábal
La desamortización de Mendizábal se hizo a
través de los decretos desamortizadores del 19
de febrero y 8 de marzo de 1836.
Mendizábal no gestionó el desarrollo del
proyecto, pues la reina gobernadora le depuso
el 15 de mayo de 1836, menos de un año
después de llegar al poder, aunque volvió a ser
ministro de Hacienda con Calatrava después
de la Revolución de 1836.
Se hizo por motivos ideológicos, sociales
económicos, derivados de la crisis provocada
por la guerra. En aquellos momentos Carlos
Mª Isidro al frente de su ejército había
emprendido una Expedición Real desde
Navarra a Madrid, a cuyas puertas llegó en
septiembre de 1837.
Las propiedades improductivas en poder de la
Iglesia y las órdenes religiosas, pasaron a
manos del Estado, que las sacó a la venta en
pública subasta.
La desamortización no sirvió para cambiar la
estructura de la propiedad de la tierra como
quería Mendizábal, porque las tierras fueron
compradas por las oligarquía terrateniente.
Se perdió una oportunidad única para la
formación de una clase media o burguesía que
realmente enriqueciera al país.
Mendizábal decretó también la supresión del
clero regular (órdenes religiosas) que no se
dedicaran a la sanidad o la educación.
26. DESAMORTIZACIÓN OBJETIVOS BIENES
MENDIZÁBAL
Objetivos financieros :
- Obtener dinero y/o crédito para ganar la
guerra carlista y garantizar la continuidad en
el trono de Isabel II y la continuidad del nuevo
estado liberal
-Eliminar o disminuir la deuda pública
pagando a los acreedores para fortalecer la
credibilidad del Estado ante futuras peticiones
de crédito a instituciones extranjeras
Objetivos políticos:
- Atraerse a las filas liberales a los principales
beneficiarios de la desamortización, que
componían la incipiente burguesía con dinero
Objetivos sociales:
- Crear una clase media agraria de campesinos
propietarios (vieja propuesta ilustrada).
-Cambiar la estructura de la propiedad
eclesiástica, que de ser amortizada y colectiva
pasaría a ser libre e individual
- Bienes del clero regular (frailes y
monjas): tierras, casas, monasterios y
conventos con todos sus enseres -
incluidas las obras de arte y los libros-
(excepto las dedicadas a la enseñanza
y a tareas hospitalarias).
- Al año siguiente, 1837, otra ley
amplió la acción, al sacar a la venta
los bienes del clero secular -los de las
catedrales e iglesias en general-
(aunque se llevó a cabo en 1841,
durante la regencia de Espartero).
MADOZ
Objetivos financieros:
- Amortizar deuda pública y equilibrar los
presupuestos generales del Estado. Por tanto
evitar el déficit.
Objetivos económicos:
- Destinar parte de lo recaudado a la
industrialización del país y a subvencionar el
ferrocarril.
-Es la Desamortización General.
Afectó no solo a las posesiones de la
Iglesia, sino también a las tierras y
bienes de los municipios (bienes de
propios y comunes) y del Estado. Se
subastaron todos los bienes raíces
que no estuvieran en manos
privadas.
2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
Juan Álvarez Mendizábal
Pascual Madoz
28. En 1840, María Cristina fue obligada a renunciar a la regencia tras un
nuevo enfrentamiento con los progresistas a causa de tres motivos
fundamentales:
La modificación en la ley de Ayuntamientos. En contra de los
deseos de los progresistas, la reina se oponía a que los alcaldes
fuesen elegidos por los vecinos de cada municipio, y, por el
contrario, propugnaba su designación regia con el objetivo de los
convertir a los alcaldes en una especie de delegados bajo el
completo control del gobierno central.
María Cristina siempre se identificó con los moderados y era
bastante impopular entre los progresistas, a quienes sólo había
facilitado el acceso al gobierno durante unos pocos meses a lo
largo de los siete años que duró la guerra civil carlista.
A partir del 1 de septiembre de 1840 estallaron revueltas
progresistas por toda España en las que se formaron "juntas
revolucionarias" que desafiaron la autoridad del gobierno,
exigiendo que se suspendiera la promulgación de la ley de
Ayuntamientos, se disolvieran las Cortes y se nombrara un nuevo
gobierno. El 5 de septiembre María Cristina ordenó desde Valencia
al general Espartero que marchara a Madrid para que acabara con
la rebelión —que sería conocida también como la "revolución de
1840"— pero éste "se negó.
María Cristina fue incapaz de soportar la presión progresista y el
12 de octubre de 1840 firmó su renuncia a la regencia y el 17 de
octubre embarcaba en Valencia rumbo a Marsella, para iniciar un
exilio que iba a durar tres años.
Como consecuencia, el general Baldomero Espartero, que
contaba con el respaldo de los progresistas, resultó elegido por las
Cortes para asumir la regencia.
2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
2.2. La regencia del general Espartero (1840-1843)
de María
Cristina Borbón
Dos Sicilias
General
Baldomero
Espartero
29. 2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
Los desencuentros entre María Cristina y Espartero forzaron la
salida de España de la regente que se exilió en Francia, dejando
abandonadas a sus hijas bajo la tutela de Argüelles y de la condesa
de Espoz y Mina.
Salió del país el 17 de octubre de 1840 en el vapor Mercurio. Aún
así, desde Marsella anunció que había sido forzada a renunciar y
se trasladó a Roma, donde por el aquel entonces el Papa Gregorio
XVI le dio la bendición a su matrimonio morganático. Se instaló
también en París y desde allí intrigó —junto a sus más fieles—
contra el gobierno esparterista hasta su derrocamiento y posterior
nombramiento de su hija a sus 13 años como la reina Isabel II.
En febrero de 1844 volvió a Madrid (aunque se volvería a ir
durante un breve periodo de tiempo en 1847) y se instaló en el
palacio de las Rejas, desde donde intentó controlar la política de
su hija. Junto a su marido, inició negocios relacionados con la sal,
el ferrocarril y el comercio negrero—en los que también
participaba Narváez— y se decía que «no había proyecto industrial
en el que la Reina madre no tuviera intereses.». Como
consecuencia, María Cristina se ganó más antipatía del pueblo y
en 1854 fue expulsada de España y le fue retirada la pensión
vitalicia que le habían concedido las Cortes.
Permaneció en Francia el resto de su vida y solo volvió a España
cuando su nieto Alfonso XII ocupó el trono, si bien con la
limitación de no poder instalar su residencia definitiva en el país.
Como curiosidad, cabe destacar que ni su hija ni su nieto tuvieron
buena relación con ella, debido a que no vieron con buenos ojos
su segundo matrimonio.
De su segundo matrimonio, con Agustín Fernando Muñoz y
Sánchez, I duque de Riánsares y I marqués de San Agustín,
(realizado el 28 de diciembre del mismo año en que quedó viuda
con un sargento de su guardia de corps, Agustín Fernando Muñoz
y Sánchez) tuvo ocho hijos, a los que la reina Isabel II concedió
títulos nobiliarios entre 1847 y 1849.
Agustín Fernando Muñoz y SánchezMaría Cristina Borbón Dos Sicilias
30. La regencia de Espartero durará poco. Las
razones de su fracaso fueron:
•División de partido progresista entre los
que quieren consolidar el dominio de los
sectores de clase media y propietarios y
los más radicales partidarios de
democratizar el régimen y acercarlo a los
sectores más populares.
•Política económica: ampliación de la
desamortización en beneficio de los
propietarios, lo que aleja el apoyo
popular, e intenta llevar al país hacia el
libre comercio (influencia de Inglaterra),
con lo que se enfrenta a los fabricantes
textiles y a los trabajadores.
•Personalismo y talante militarista:
represión violenta de un pronunciamiento
moderado en 1841, orden de bombardeo
de la ciudad de Barcelona en diciembre de
1842 para sofocar un levantamiento
popular y dura represión posterior . Esto
provocó críticas generales y dañó su
imagen ante la opinión pública.
•Pérdida de apoyos. En las elecciones de
1843 Espartero quedó sin mayoría
política. Se produce una insurrección
generalizada progresista en el verano
1843, que triunfó por el apoyo de los
moderados y con la ayuda del ejército
dirigido por el general Narváez . Espartero
queda sin apoyos y aislado y se embarca
camino de Londres. Bombardeo de Barcelona desde Montjuic
2. El reinado de Isabel II. Las regencias.
31. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
Varios hechos caracterizaron el funcionamiento político en la época
isabelina:
1) La permanente intervención personal de Isabel II en las cuestiones
de gobierno y en las decisiones políticas a través de sus
poderosos recursos (veto, derecho de disolución de Cortes,
nombramiento de ministros y senadores) y por las personas que
formaban su “camarilla”.
2) Asimismo, esta intervención se manifestó en la preferencia de la
reina de los moderados al considerar a los progresistas hostiles al
clero católico. Hubo por lo tanto una monopolización del poder por
parte del partido moderado y la marginación política de los
progresistas que recurrieron a pronunciamientos militares e
insurrecciones populares para intentar tomar el poder.
3) El fraude y las manipulaciones electorales para falsear los
resultados de las votaciones fue una práctica constante y el resultado
fue que ningún gobierno que convocó las elecciones las perdió.
Métodos: coacciones, compra de votos, alteración de actas,
manipulación de listados de electores, apertura anticipada de urnas,
etc.
4) La preponderancia y el protagonismo de los altos mandos del
Ejército en la vida política fue continua. Así, los mandos militares
desviaron sus actividades de las funciones castrenses para intervenir
en los asuntos de gobierno y en cuestiones políticas. Los medios que
utilizaron iban desde el ejercicio de presiones y amenazas, hasta el
recurso a la violencia saltándose la legalidad por medio de
pronunciamientos y golpes de Estado. Así, entre 1833 y 1874 hubo
decenas de pronunciamientos exitosos o fallidos por parte de
militares alta graduación que entonces recibían el nombre de
“espadones”.
Funcionamiento del sistema político en la época isabelina: corona,
partidos, intervencionismo militar y fraude electoral.
Sor Patrocinio, más conocida
como la Monja de las Llagas
32. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
33. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
Tras la caída de Espartero y para evitar una nueva regencia, se optó por la proclamación anticipada de la mayoría de edad de Isabel.
Isabel II comenzó su reinado con sólo 13 años en 1843. Poco después contrajo matrimonio con su primo carnal Francisco de Asís
de Borbón, un marido impuesto por intereses que tuvo como consecuencia la aversión mutua y continuas infidelidades de la reina.
3.1. Década moderada (1843-53)
Francisco Serrano y Domínguez,
el “General Bonito”
General Ramón María Narváez
Durante la mayor parte del reinado de
Isabel II, los liberales moderados lograron
hacerse con el control de los gobiernos
dominando la escena política. La reina
jamás confió la formación de gobierno a
los progresistas. De ahí, que estos optasen
en su actuación por dos vías:
- el retraimiento en el juego político (negar
su participación en las elecciones al
considerarlas amañadas por los
moderados);
- el pronunciamiento militar o la
insurrección militar armada.
Así, pues el partido moderado permaneció
en el gobierno de manera ininterrumpida
entre 1844 y 1854 conociéndose este
periodo como década moderada.
En este periodo de aparente estabilidad la
figura más destacada que desempeñó la
presidencia del gobierno en varias
ocasiones fue Ramón María Narváez.
Isabel II y Francisco de Asís
34. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
Las actuaciones políticas más relevantes de
los moderados fueron las siguientes:
1. La creación de la Guardia Civil en 1844
como cuerpo de policía rural dirigido por el
duque de Ahumada para mantener el orden
público, la defensa de las propiedades, la
lucha contra el bandolerismo y la represión
de las revueltas sociales.
2. La disolución de la Milicia Nacional en
1845 por considerarla un cuerpo armado
bajo el control de los progresistas.
3. La aprobación de una nueva ley de
Ayuntamientos en 1845, para introducir el
nombramiento gubernativo de todos los
alcaldes entre los concejales que habían
sido previamente elegidos por los vecinos.
4. La reforma del sistema fiscal elaborada
en 1845 por el ministro Alejandro Mon y
por un experto económico Ramón Santillán.
Esta reforma pretendía mejorar la
eficacia del sistema de impuestos para
aumentar los ingresos estatales, reducir el
déficit y realizar modernas infraestructuras.
Primera fotografía conocida tomada a un
Guardia Civil, en Reinosa entre 1855 y 1857
Alejandro Mon
Ramón de Santillán González
35. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
5. La elaboración y aprobación de una Constitución en 1845 para
sustituir el texto de 1837, algo que produjo que fuese tachada por
los progresistas como revanchista a pesar de que mantenía algún
elemento de continuidad.
6. La modificación de la legislación electoral, en 1846, por la cual
se duplicó la cantidad de dinero exigida para adquirir derecho al
voto con la intención de reducir el número de electores (sólo un
0’8% de la población total).
7. Segunda Guerra Carlista o guerra dels matiners: Insurrección en
Cataluña en 1846 al fracasar el intento de casar a la Reina con el
pretendiente carlista. El intento insurreccional fracasa aunque
durante tres años las partidas carlistas aparecen por el territorio
gracias al apoyo que recibían de la población campesina.
8. Repercusión revolución de 1848: ola de levantamientos,
manifestaciones y protestas revolucionarias en toda Europa. En el
caso español más que a motivaciones políticas se debieron a la
crisis económica. Durísima represión en las calles ordenada por
Narváez. Como consecuencia de este conflicto se produce la
división entre los progresistas una parte de ellos crea en 1849 el
Partido Demócrata (defensa de los derechos individuales, del
sufragio universal y de una apertura del sistema a las clases
populares.
9. La firma del Concordato en 1851, lo cual supuso la
paralización de las ventas y subastas de bienes
desamortizados, permitió el regreso de varias órdenes religiosas,
se fijó una cantidad de dinero que el Estado debía entregar el clero
por las desamortizaciones y cedió por completo al clero el control
sobre la enseñanza de niños y jóvenes conforme a valores
religiosos. Por su parte, la Santa Sede aceptó como un hecho
consumado las ventas de tierras desamortizadas realizadas años
antes y que la corona interviniese en la elección de obispos.
SOBERANÍA
COMPARTIDA
El texto, carente de espíritu parlamentario, con
claro ascendente monárquico, sustituye la
soberanía nacional por una soberanía
compartida entre el Rey y las Cortes
AMPLIOS PODERES
DEL EJECUTIVO
Se eliminaban las limitaciones al poder
ejecutivo, por lo que la reina podía participar en
la vida política.
Permitía a la reina disolver el Congreso, sin otras
limitaciones que la convocatoria de unas nuevas
elecciones.
CONFESIONALIDAD
Se declaraba la exclusividad de la religión
católica y la obligación del Estado de mantener a
la Iglesia
SUFRAGIO
CENSITARIO
Se restringe el derecho de sufragio, suprimiendo
toda referencia a la provincia como
circunscripción electoral
PARLAMENTO
BICAMERAL
Congreso elegido por sufragio censitario o
restringido. El Senado deberá ser nombrado por
el Rey, entre los notables eclesiásticos, militares
de alta graduación, políticos, magistrados
superiores y nobles con grandeza de España, con
el requisito suplementario de la fortuna
económica.
PODER LOCAL Alcaldes nombrados por el gobierno
DERECHOS
y
LIBETADES:
Se recortan los derechos y libertades (en
especial la libertad de imprenta).
Se suprimía la Milicia Nacional, un cuerpo que
venían controlando los progresistas
Constitución en 1845
36. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
10. La reducción del déficit estatal
mediante la conversión de la
deuda efectuada por Bravo Murillo
en 1851. Por medio de esta
operación financiera, que fue
planteada para encubrir la
insolvencia y la bancarrota
económica del Estado, el gobierno
rebajó unilateralmente el pago de
los intereses y el valor de los
títulos de la de deuda pública (y
por lo tanto rebajó así la cantidad
de dinero a devolver por el Estado
en concepto de préstamo). Esto
ocasionó un grave perjuicio a los
compradores de títulos de deuda,
que perdieron más de la mitad de
su dinero invertido años antes.
11. El establecimiento de la
enseñanza primaria pública y
obligatoria en 1857 por Claudio
Moyano para todos los niños de
6 a 9 años. Sin embargo, en la
práctica, la ley no se aplicó porque
el Estado carecía de recursos y el
60% de la población infantil se
mantuvo sin escolarizar.
Claudio Moyano Juan Bravo Murillo
37. Los problemas conyugales de la reina
Boda de Isabel II y Francisco de Asís
3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
Francisco de Asís, rey
consorte
Isabel II con su hijo Alfonso XII
La boda se celebró el 10 de octubre de 1846, el
mismo día que Isabel cumplía 16 años. Fue una
boda doble, pues al mismo tiempo su hermana, la
infanta Luisa Fernanda de Borbón, contrajo
matrimonio con el príncipe Antonio de Orleans,
Duque de Montpensier e hijo menor de Luis Felipe
I de Francia
Las desavenencias de la nueva pareja comenzaron
inmediatamente.
Isabel iba de fiesta en fiesta. Se vestía con sus
mejores galas y se marchaba al teatro o al baile,
sin que le importasen las críticas.
Mientras tanto, Francisco de Asís conocería al que
sería su compañero el resto de su vida, Antonio
Ramón Meneses. La relación sentimental entre
ambos parece avalada por el hecho de que
vivieron juntos.
El primer amante de la reina sería el general
Serrano, a quien Isabel ya había calificado de
“general bonito”.
Luego seguirían una larga lista: el cantante Mirall,
el conde de Valmaseda, el capitán José María
Arana – el Pollo Arana –, con quien tuvo a la
infanta Isabel, llamada la Araneja y también la
Chata; el capitán Enrique Puig Moltó – el Pollo Real
–, a quien se le atribuye la paternidad de Alfonso
XII, Miguel Tenorio, Obregón, Carlos Marfori,
Altman, etc., etc.
Francisco de Asís no tuvo ningún reparo en aceptar
la paternidad de los hijos que alumbraba su
esposa, a cambio de recibir un millón de reales por
hacer la presentación en la Corte de cada uno de
ellos.
38. Martín Merino y Gómez (Arnedo, 1789 - Madrid, 7 de
febrero de 1852), llamado el cura Merino o el apóstata,
fue un religioso español y activista liberal, más conocido
por haber llevado a cabo un intento de regicidio contra la
reina Isabel II en 1852, por el cual fue ejecutado. El
lunes 2 de febrero de 1852, mes y medio después de
haber dado a luz a la infanta Isabel, la reina Isabel II se
encontraba en el interior del Palacio Real, disponiéndose
para acudir a la misa de parida en la iglesia de
Atocha de Madrid. Merino, consiguió entrar en el edificio
sin ser detenido por la Guardia Real, amparado en sus
ropas talares.
Cuando ambos se encontraron en una de las galerías del
palacio a las 13:15, Merino extrajo de su sotana
un estilete de hoja estrecha y calada, de una cuarta de
longitud y asestó a la reina una cuchillada, aunque el
golpe fue amortiguado por el recamado de oro del traje y
por las ballenas del corsé de la reina.
Inmediatamente tras el atentado Merino fue detenido
por los alabarderos de la Guardia Real sin oponer
resistencia.
En la tarde del día 3 de febrero se celebró el juicio con la
ausencia de Merino. Ese mismo día el tribunal sentenció
a Merino a morir en garrote. El sábado 7 de febrero a las
12 salió de la cárcel del Saladero maniatado, a lomos de
burro y vestido con la ropa y el birrete amarillos en
dirección al Campo de Guardias, donde se había instalado
el patíbulo ante una gran concurrencia de público.
Con el objeto de evitar robos, especulaciones o
exaltaciones posteriores de su persona, las autoridades
dispusieron que su cuerpo fuera quemado y sus cenizas
esparcidas en la fosa común.
3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
El atentado del cura Merino
Martín Merino y Gómez
39. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
A principios de 1854, la tensión política por
escándalos de corrupción y el descontento
social por el alza de precios y el desempleo
provocaron la Revolución de 1854, también
conocida con el nombre de Vicalvarada -por
haberse iniciado con el enfrentamiento entre
las tropas sublevadas al mando del general
Leopoldo O'Donnell y las tropas
gubernamentales en las cercanías del pueblo
madrileño de Vicálvaro. Se inició con un
pronunciamiento militar seguido de una
insurrección popular, organizada por los
demócratas radicales. Se produjo entre el 28
de junio y el 28 de julio de 1854. Se puso fin
así a la década moderada (1844-1854) y se dio
paso al bienio progresista (1854-1856).
Así, la reina se vio obligada a entregar el
gobierno nuevamente al general Espartero.
Se expulsó de España a la reina madre María
Cristina, objeto de las iras populares porque,
además de su influencia sobre Isabel, ella y su
esposo habían estado implicados en negocios
fraudulentos.
Convocadas elecciones para unas Cortes
constituyentes, las votaciones tuvieron lugar
en octubre dando el triunfo al nuevo partido de
la Unión Liberal, liderado por O’Donnell, que
nació como una opción de centro agrupando a
progresistas y moderados.
3.2. El bienio progresista
Episodio de la Revolución de 1854 en la puerta del Sol.
Quema de Banderas. Por Eugenio Lucas Velázquez
Espartero y O’ Donnell
simbolizando la Unión Liberal
Leopoldo O’ Donnell
Baldomero Espartero
Centinela de una de las
barricadas de la calle Toledo
40. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
Durante este período las tareas más
destacadas de estas Cortes serán:
- La Constitución de 1856. Es conocía como
non nata (no nacida) porque no fue
promulgada. Reunía el ideario progresista: la
soberanía nacional, vuelta de la Milicia
Nacional, alcaldes elegidos por los vecinos,
unas Cortes bicamerales (Congreso y Senado,
pero éste elegido por los votantes y no por
designación de la corona), libertad de imprenta
y libertad religiosa…
- La ley de desamortización general civil y
eclesiástica de 1 de mayo de 1855, llamada de
Madoz por el ministro que la promovió. Afectó
a los bienes de la Iglesia, que habían quedado
sin vender, a los que se sumó la venta de los
bienes municipales (los bienes de propios, que
proporcionaban, por estar arrendados, una
renta al Ayuntamiento). La burguesía con
dinero fue de nuevo la gran beneficiaria,
aunque la participación de los pequeños
propietarios fue más elevada que en la anterior
de Mendizábal.
Como resultado de las desamortizaciones
muchos conventos e iglesias de valor artístico
fueron abandonados y muchos libros y
bibliotecas conventuales se dispersaron. Sus
libros fueron a parar en su mayor parte a las
bibliotecas públicas de la época.
Pascual Madoz IbañezSan Pedro de Arlanza. Con la desamortización de
Mendizábal, el monasterio fue expoliado.
Desamortización de Madoz
41. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
-La ley General de Ferrocarriles de 3 de junio
de 1855, que facilitó la inversión de
capital extranjero y la constitución de
grandes compañías ferroviarias para la
construcción y explotación de la red
ferroviaria.
- La ley de Bancos de emisión y de
Sociedades de crédito, de 28 de enero de
1856, destinadas a favorecer la movilización
de los capitales para financiar la construcción
de las líneas ferroviarias.
La crisis que acaba con el gobierno de
Espartero, y con ella también con el Bienio,
es una consecuencia del clima de
conflictividad social. En Barcelona, los
trabajadores venían reivindicando mejoras
sociales en un clima de tensión social, pero
fue en tierras de Castilla (Palencia y
Valladolid) donde la carestía del pan provocó
motines de subsistencias, cuya represión
provocó fuertes diferencias en el seno del
mismo gobierno.
Tras presentar su dimisión el ministro de la
Gobernación, Espartero decidió hacer otro
tanto. Era lo que venía deseando la reina, al
igual que los moderados. La reina, entonces,
llamó a O’Donnell para formar gobierno (14
de julio de 1856).
Inauguración del ferrocarril a Langreo. Cuadro
de Jenaro Pérez Villamil. 1852
Replica de la Locomotora 1-1-1-Mataró que se
construyó en 1948 para celebrar el 100
aniversario del Ferrocarril
42. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
El general O’Donnell presidió el gobierno al frente de un nuevo grupo político llamado Unión Liberal, que fue creado con la pretensión de ocupar
el espacio del centro ideológico y recoger tanto de moderados como de progresistas (militó Antonio Cánovas del Castillo).
•Política interior. Se potenció la expansión del ferrocarril, se impulsó el desarrollo industrial, se favoreció la entrada de empresas e inversores de
capital extranjero y se sofocó un intento de levantamiento carlista del hijo de Carlos M. Isidro.
•Política exterior. Se emprendieron una serie de intervenciones militares en puntos de África, América y Asia con la intención de ampliar la
expansión territorial colonial de nuestro país y el prestigio internacional pero que en su conjunto no reportaron ganancias y resultaron inútiles y
costosas.
3.3. Los años del gobierno de la Unión Liberal (1858-1863)
43. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
•En la Cochinchina (Vietnam) enviando una
expedición de castigo por el asesinato de varios
misioneros españoles, toma de Saigón y del delta
del río Mekong e indemnización de unos 2 millones
de dólares.
•En Marruecos, que fue el escenario más
importante, se envío un ejército de 40 .000 soldados
tras ataques marroquíes contra Ceuta. Prim tomó
Tetuán, pero esta campaña tuvo como consecuencia
la muerte de 6.000 soldados y apenas ventajas
territoriales por la intervención de Inglaterra, que
obligó a España a firmar la paz con el Sultán de
Marruecos por sus intereses en Gibraltar .
•En México, expedición militar en 1861 de 6.000
hombres al mando del general Prim para que el
gobierno revolucionario de Benito Juárez pagase
las deudas contraídas con varios países
europeos.
•Intervención en la isla de Santo Domingo tras la
petición inaudita por parte de sus gobernantes y
grandes terratenientes blancos de reincorporación
a España renunciando a su independencia. Sin
embargo, tras insurrecciones guerrilleras
antiespañolas y numerosas bajas , las tropas
regresaron.
Estos éxitos no pudieron esconder el desgaste de la coalición gubernamental, a causa del descontento
del sector más progresiste. Cuando O´Donnell decidió incorporar a Prim al gobierno (1863), el disgusto
de la reina obligó a dimitir a O´Donnell.
Dichas intervenciones fueron:
44. 3. El reinado de Isabel II: el reinado efectivo (1843-68).
3.4. La crisis final del sistema (1863-68)
La radicalización del autoritarismo desde 1863 y
el fuerte intervencionismo de la reina,
refrenado por la creciente influencia de su
camarilla, acabaron provocando una gran
inestabilidad gubernamental.
Ante esta situación, se produce la unión de la
oposición: agosto 1866 progresistas,
demócratas y republicanos firman el Pacto de
Ostende: conspiración firmada en el exilio para
destronar a la Reina y convocar nuevas Cortes a
través del sufragio universal.
El Pacto de Ostende es un compromiso político
firmado en la ciudad belga de Ostende, el 16 de
agosto del año 1866, entre las filas progresistas
y demócratas españolas, con la participación de
45 representantes de ambos partidos, tras el
sonoro fracaso de la sublevación del Cuartel de
San Gil.
El principal promotor fue el general Prim,
apoyado por prestigiosos políticos y militares,
como Dulce, Serrano, Caballero de Rodas y
Topete. En 1867 se produce la muerte de
O’Donnell y la Unión Liberal se sumó al pacto.
El 18 de septiembre de 1868: pronunciamiento
de Prim en Cádiz que inicia “la Gloriosa”, el
movimiento revolucionario que obliga a la Reina
a marchar al exilio y supone el inicio de una
nueva etapa de la historia contemporánea: el
Sexenio Democrático. Juan PrimJuan Bautista Topete y
Carballo
El general Francisco
Serrano
45. 4. El sexenio revolucionario (1868-1874)
Gobierno Provisional
El 19 de octubre de 1868
nace la peseta como unidad
monetaria por decreto del
Gobierno Provisional tras el
derrocamiento de Isabel II.
48. 4. El sexenio revolucionario (1868-1874)
- Económicas. La crisis financiera e industrial
de 1866 puso fin a la prosperidad económica
de 1856-1865. El hundimiento de la Bolsa y
el parón del tendido ferroviario provocaron
la quiebra de muchos bancos y empresas. La
industria textil catalana sufrió los efectos del
recorte de las exportaciones de algodón por
causa de la Guerra de Secesión
norteamericana y por la baja del consumo de
tejidos desde 1866. Las malas cosechas de
1867-1868 provocaron una crisis de
subsistencias: carestía de alimentos, hambre
y mortalidad. La generalización de la crisis
aumentó el descontento popular.
- Políticas: en el plano político, la causa hay
que buscarla en el agotamiento del régimen
político moderado tanto por la corrupción
del propio sistema liberal como por el
empeño de los moderados de mantenerse en
el poder por la fuerza, despreciando el
sistema parlamentario. Los partidos de la
oposición -Progresista, Unión Liberal y
Demócrata- ante la imposibilidad de alcanzar
el poder por vías legales, optaron por la
preparación de un movimiento
revolucionario (Pacto de Ostende, 1866).
1. La Revolución de 1868: causas
49. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
Este siguió las pautas del pronunciamiento
militar liberal, apoyado por juntas
revolucionarias progresistas y demócratas
cuyo objetivo era el destronamiento de
Isabel II. La participación los generales
unionistas aseguró el apoyo militar a la vez
que imprimió un giro menos radical a la
revoluciónLa conspiración, que termina
triunfando, fue preparada por el general
Juan Prim. En Cádiz, el 18 de septiembre de
1868, un grupo de generales, entre ellos
Prim y Serrano, a los que se une el almirante
Juan Bautista Topete, se pronunciaba
contra el régimen de Isabel II.
Antes de terminar el mes, el día 28 de
septiembre, el general Serrano triunfaba en
la batalla de Alcolea (Córdoba) sobre las
fuerzas gubernamentales, dirigidas por el
general Novaliches. La reina que se
encontraba en San Sebastián, donde
veraneaba, abandonaba con su corte el país,
el día 30, en dirección a Francia. Al mismo
tiempo que se producía este
pronunciamiento militar otra revolución, de
signo popular, surgía paralelamente en
multitud de ciudades españolas donde se
constituían Juntas Revolucionarias. En ellas,
apoyadas por demócratas y republicanos, se
defendían medidas avanzadas como el
sufragio universal, la abolición de los
consumos y de las quintas…
50. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
2. Gobierno provisional. La Constitución de 1869
a) Primeras medidas del gobierno
provisional.
En la revolución participaron los partidos
firmantes del pacto de Ostende, pero
alcanzado el poder, surgieron las
desavenencias.
A comienzos de octubre se formó un
gobierno provisional presidido por el
general Serrano, con ministros
progresistas y unionistas, en el que
figuraban, entre otros, Prim, Sagasta, Ruiz
Zorrilla y Figuerola. Las primeras medidas
del gobierno se encaminaron a la
disolución de las Juntas Revolucionarias
(controladas por los demócratas) mientras
se hacían llamadas al “mantenimiento del
orden”. A través del ministro de Hacienda
Laureano Figuerola, se aprobó la nueva
unidad monetaria (la “peseta”) y la
supresión del impuesto de los consumos
introduciendo a cambio un tributo
personal, que debía ser proporcional a la
renta de cada contribuyente.
En enero de 1869 se celebraron las
elecciones a Cortes constituyentes,
aplicándose el sufragio universal para los
varones mayores de 25 años.
El 19 de octubre de 1868
nace la peseta como unidad
monetaria por decreto del
Gobierno Provisional tras el
derrocamiento de Isabel II.
51.
52. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
Constituciónde1869
b) La Constitución de 1869.
El principal objetivo de las Cortes fue elaborar una Constitución. Tras dos meses de debate, la nueva Constitución fue
promulgada en junio de 1869. Proclamaba la soberanía nacional e instauraba una monarquía “democrática”.
Incorporaba una amplia declaración de derechos y libertades: reunión, asociación, expresión, sufragio universal, libertad de
cultos, autorizándose “el ejercicio público y privado de cualquier otro culto”. El Estado, no obstante, se obligaba al
mantenimiento del culto y el clero católico.
Las Cortes eran bicamerales, Congreso y Senado, elegidos ambos por sufragio universal; no obstante, para entrar en el Senado
se requerían ciertas condiciones (tener 40 años y haber desempeñado funciones públicas importantes o estar entre los
mayores contribuyentes de cada provincia). La función legislativa, “hacer las leyes”, correspondía a las Cortes, mientras al
rey solo le tocaba sancionarlas y publicarlas. Se estaba, por tanto, ante una monarquía nueva, democrática, que ejercía el poder
ejecutivo, sin atribuciones en el ámbito legislativo, aunque si contaba con la potestad de disolver las Cortes.
A pesar de que consignaba los principios básicos de la revolución (sufragio universal y libertades), la Constitución tuvo un fuerte
rechazo. Los republicanos se oponían al principio monárquico y al mantenimiento del culto católico y los católicos, por su parte,
rechazaban la libertad religiosa.
53. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
3. La regencia de Serrano
Aprobada la Constitución, el general Serrano fue elegido
regente (15 de junio), mientras Prim asumía la jefatura
del gobierno. El nuevo gobierno se encontraba con una
Hacienda sin recursos, y, entre otras medidas de signo
económico, decidió aprobar el arancel de 1869
(librecambista), con el rechazo de los industriales
catalanes. Paralelamente, tuvo que enfrentarse a otros
problemas:
a) La insurrección de Cuba. En octubre de 1868 había
estallado la llamada “guerra de los diez años” (1868–
1878) a favor de la independencia de Cuba (“grito de
Yara”, 10 de octubre), acaudillada por el abogado Carlos
Manuel Céspedes.
b) Las sublevaciones republicanas, a favor del
federalismo, en octubre de 1869, por tierras de
Cataluña, Aragón, Valencia y Andalucía. Estaban a favor
de una España federal y al defender la supresión de las
quintas y del impuesto de consumos, ahora sustituido
por el de tributación personal, contaban con el apoyo de
las masas populares.
c) La búsqueda de un rey. No fue fácil y finalmente el
gobierno de Prim se decidió por Amadeo de Saboya y
tras aceptar éste la corona española, el nuevo monarca
obtuvo el reconocimiento de las Cortes (16 de
noviembre de 1870) por un total de 191 votos a favor,
100 negativos (de ellos, 60 para la República federal, 27
para el duque de Montpensier…) y 19 abstenciones.
Isabel II y
su hijo
Alfonso
El candidato
carlista y el
duque de
Montpensier
El rey Amadeo de Saboya y su mujer María
Victoria del Pozzo Amadeo I, rey de España
54.
55. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
Tercera guerra carlista (1872-76)
Carlos VII
TropasliberalesdelaTerceraGuerraCarlista(1873-1876)
56. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
Guerra de
Cuba o
Guerra
Grande
(1868-
1878)
4. Reinado de Amadeo de Saboya (1870-73)
Elegido rey por el empeño del general
Prim, Amadeo de Saboya desembarcaba
en Cartagena el día 30 de diciembre de
1870. En ese mismo día fallecía Prim,
víctima de un atentado sufrido en Madrid
tres días antes. Desaparecía así su
principal valedor y ello privó a Amadeo de
un apoyo muy necesario, a lo que hay que
añadir la división de los progresistas en
dos grupos: los “constitucionales” de
Sagasta; y los “radicales”, con Ruíz Zorrilla.
Mientras, para complicar más las cosas,
había que hacer frente a la guerra de
Cuba, que seguía, y a la nueva
insurrección carlista, la tercera guerra
(1872-1876), iniciada cuando Carlos VII,
nieto de Carlos María Isidro, entraba en
España por Navarra con la intención de
imponer al nuevo rey sus derechos al
trono.
El reinado de Amadeo de Saboya se
caracterizó por la inestabilidad política; en
dos años, en efecto, se suceden seis
gabinetes ministeriales y se convocan tres
elecciones a Cortes (una en 1871 y dos en
1872).
Atentado contra Prim en la calle del Turco el 27 de
diciembre de 1870 (muere tres días más tarde, el 30 de
diciembre)
Momia de Prim
57. Alegoría de los males de España. De la revista
"La Carcajada", 5 de abril de 1872.
A la propia debilidad interna del nuevo régimen hay que añadir las presiones que iba recibiendo por fuerzas de derecha e izquierda.
Por la derecha: carlistas, lanzados a la guerra, activos en el País Vasco y Navarra; "alfonsinos", donde se ubicaba la aristocracia
madrileña, partidarios de la vuelta de los Borbones en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II; el clero, que consideraba al rey –por ser
Saboya– enemigo del papado y responsable de la reducción territorial de la Santa Sede; y finalmente la alta burguesía y los
industriales catalanes preocupados por las políticas que pudieran adoptar los gobiernos ante la guerra de Cuba, por la reforma
arancelaria de 1869 y por las acciones radicales del movimiento obrero.
58. Por la izquierda: los republicanos, a favor de cambios avanzados en lo político y económico, además de anticlericales; y las
sociedades obreras españolas, que se habían incorporado a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) y estaban
viviendo las diferencias entre Marx y Bakunin, apostando mayoritariamente a favor de este último, por tanto, defendían la
postura apoliticista, de no participación en la vida parlamentaria.
Atentado contra Amadeo I el 18
de julio de 1872 en la calle Arenal
de Madrid
59. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
Ilustración sobre la
renuncia al trono de
Amadeo I de Saboya ante
la ingobernabilidad de
España
La gota que colmó el vaso fue la oposición del rey a la aprobación de una ley propuesta por el gobierno, entonces presidido
por Ruíz Zorrilla, que reformaba el arma de artillería. Aprobada por el Congreso, el 7 de febrero, Amadeo firmó el decreto.
Se publicó el día 9 y el día 10 decidía renunciar a la corona. A las tres de la tarde del 11 de febrero de 1873, el Congreso y
el Senado, en sesión conjunta, constituida en Asamblea nacional, asumía todos los poderes y proclamaba la República por
258 votos contra 32.
60. La Republica nacía en un
momento lleno de
dificultades: una Hacienda
sin fondos y llena de
deudas, dos guerras abiertas
(la carlista y en Cuba),
movilizaciones de obreros
(en Cataluña) y campesinos
(en Andalucía), dispuestos a
defender una revolución
social, mientras que para las
clases propietarias, lo
prioritario era el “orden” y la
“protección” de la
propiedad.
La Asamblea nacional
designó a Estanislao
Figueras jefe de gobierno
donde figuraban ministros
republicanos y radicales. En
marzo se disolvió la
Asamblea, tras haber
aprobado la abolición de la
esclavitud en Puerto Rico y
haber suprimido las
quintas.
4. El sexenio democrático (1868-1874)
5. La Primera República (1873-74)
Estanislao Figueras
(11/02/73-10/06/73)
Proclamación de la Primera República en el Congreso (La Ilustración 1873)
61. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
También quedaron convocadas las elecciones a
Cortes constituyentes que debían decidir si la
República sería unitaria o federal.
Celebradas las elecciones en el mes de mayo,
triunfan los republicanos federales, pero con un
alto porcentaje de abstención (un 60%).
Las Cortes se inauguraron el 1 de junio y en su
primera votación se acordó proclamar la
Republica Democrática Federal, aprobada casi por
unanimidad pues solo hubo dos votos en contra.
62. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
Sin embargo, entre los republicanos no sólo había
diferencias entre federales y unitarios sino también entre
los mismos federales. Ahora bien, la organización de
España como un Estado federal debía esperar a que la
nueva Constitución, de la que llegó a elaborarse un
Proyecto, marcara las pautas a seguir.
Pero no todos los republicanos estaban dispuestos a
esperar. Por un lado, los más exaltados, los federales
“intransigentes”, deseaban implantar un Estado federal de
abajo arriba, es decir, a partir de los cantones, sin esperar a
los mecanismos que viniera a regular la nueva
Constitución. Para otros, los que defendían la legalidad,
querían seguir la vía constitucional como camino hacia el
establecimiento del Estado federal en España.
63. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
En los primeros días de
junio al negarse Figueras a
seguir en el poder, Pi y
Margall pasó a ser el nuevo
presidente (11 de junio). El
momento era complicado,
con una acentuación de los
conflictos sociales y con
ataques carlistas.
En julio la situación política
se agravó todavía más, el
país entró en un proceso
revolucionario que
terminaría provocando el
hundimiento de la
República. Hubo una huelga
general en Alcoy que
derivó había una
insurrección obrera en la
que tomaron parte los
internacionalistas. Y, sobre
todo, tuvo lugar la
revolución cantonalista,
cuando los federales
intransigentes en diversas
poblaciones proclamaban
su cantón independiente
del poder central.
Tropascarlistas
Francisco Pi Margal
(11/06/73-18/07/73)
64.
65. El primero en proclamarse, el 12 de julio, fue el cantón de Cartagena. Días después el movimiento se extendía a Valencia y a
diversas localidades de Andalucía. Pi y Margall se vio desbordado y decidió dimitir (el 18 de julio) para facilitar la formación de un
gobierno dispuesto a restablecer el orden.
66. En efecto, el nuevo gobierno, presidido por Nicolás Salmerón, a través de los generales Pavía (en Andalucía) y de Martínez Campos (en la zona
de Valencia), puso fin a la insurrección cantonal, menos en Cartagena, donde los cantonales, al contar con la escuadra y el arsenal, se hicieron
fuertes.
Salmerón dimitió a comienzos de septiembre por problemas de conciencia –no quiso firmar unas penas de muerte contra un soldado y un cabo
que se habían pasado a los carlistas-; el 6 de septiembre era elegido como nuevo presidente del gobierno Emilio Castelar, dispuesto a seguir
profundizando en la vía del restablecimiento del orden. Reforzó al ejército, se enfrentó a los cantonalistas de Cartagena y a los carlistas del norte.
El giro a la derecha de Castelar y su llamada al ejército para que mantuviera el orden llevaron a los diputados de izquierda –los federales
intransigentes– a procurar su dimisión para que la República virara de nuevo hacia la izquierda.
Nicolás Salmerón
(19/07/73-6/09/73)
Emilio Castelar
(7/9/73-3/01/74)
67. En efecto, en las Cortes, en la noche del 2 al 3 de enero de 1874, cuando Castelar acababa de dimitir, al ser derrotado en una moción
de confianza, y se procedía a votar al nuevo gobierno, las tropas del general Pavía, con fuerzas de la Guardia Civil, irrumpían en el
Congreso dispersando a los Diputados. Con este golpe de Estado quedaban disueltas las Cortes constituyentes poniéndose fin a la I
República. Se abría un período de transición, la dictadura del general Serrano (1874) que dará lugar a la Restauración Borbónica.
68. 4. El sexenio democrático (1868-1874)
El golpe de Pavía pretendía frenar el
giro de la República hacia la
izquierda, y poner fin a tanta
inestabilidad. En sustitución se
estableció una nueva República
presidida por el general Serrano, de
signo autoritario, sin Cortes ni
Constitución alguna, que se prolongó
a lo largo de 1874. Obsesionada por
el “orden”, lo que también puede
denominarse “dictadura de Serrano”,
logró acabar con el cantón de
Cartagena, disolvió la I Internacional
y se enfrentó con éxito a los carlistas.
No obstante, la República de Serrano
tenía los días contados. Los
alfonsinos, dirigidos por Cánovas del
Castillo, ganaban cada vez más
adeptos. El 29 de diciembre de 1874
el general Martínez Campos se
pronunciaba en Sagunto a favor del
príncipe Alfonso, hijo de Isabel II, en
quien ésta había abdicado. Su golpe
era aplaudido por todo el país,
Serrano optó por marchar a Francia
mientras en Madrid, el 31 de
diciembre de 1874, se constituía el
“ministerio-regencia” bajo la
presidencia de Cánovas del Castillo
El general D. Francisco Serrano,
último presidente de la I
República desde enero hasta
diciembre de 1874
General Manuel Pavía y
Rodríguez de Alburquerque
Don Antonio Cánovas
del Castillo, líder de la
causa alfonsina
6. La República de Serrano
69. Entrada de Alfonso XII en Madrid, el 14 de enero de 1875.
El 9 de enero de 1875 Alfonso XII, procedente de Marsella, desembarcaba en Barcelona. El 14 de enero entraba en Madrid bajo un
apoteósico recibimiento.
El fracaso de la República se debió a las divisiones internas entre los propios republicanos (unionistas frente a federalistas;
federalistas frente a cantonalistas) y a las guerras en que se vio envuelta (tercera guerra carlista, guerra de los diez años,
cantonalismo). También, la burguesía, que había iniciado el proceso revolucionario, dio un giro conservador ante el desorden y las
primeras reivindicaciones de los incipientes movimientos obreros.
70. 5. De la sociedad estamental a la sociedad de clases.
La revolución liberal acabó con la sociedad estamental y ésta fue sustituida por la sociedad de clases: una sociedad igual ante la ley
aunque claramente desigual por su nivel de renta y por la propiedad o no de los medios de producción.
La sociedad, por tanto, se transformó y los estamentos propios del Antiguo Régimen dieron paso a la moderna división de clases propia
de una sociedad capitalista.
•La nobleza, que había perdido sus antiguos derechos señoriales pero que había acrecentado su poder económico gracias a la
desamortización, se integró en los grupos dirigentes de la sociedad burguesa.
•La Iglesia perdió gran parte de su poder económico como consecuencia de la desamortización. También redujo su influencia social entre
la nueva clase proletaria y entre los sectores intelectuales.
•Las clases burguesas adquirían el papel de nuevas clases dirigentes con la nueva estructura social que se fue configurando a lo largo del
siglo XIX. Si a principios de siglo adoptó posturas políticas que tendían a acabar con los antiguos privilegios de la Iglesia y la nobleza,
desde mediados de siglo se produjo un desplazamiento hacia posiciones cada vez más conservadoras.
La alta burguesía estaba constituida por la burguesía industrial, financiera, altos cargos militares o de la Administración. Muchos
de ellos buscaban el ennoblecimiento y la equiparación social con la antigua aristocracia.
Las llamadas clases medias fueron un sector poco numeroso constituido por comerciantes, dueños de talleres, mandos
intermedios del ejército, empleados públicos, abogados, médicos, etc., que ocuparon la cúspide social de las ciudades.
La pequeña burguesía de tenderos y artesanos, muy numerosos, empleados en talleres de escasas dimensiones, con mínima
mecanización, estaban presentes en todas las poblaciones
71. Nuevas clases dirigentes
Nobleza
terrateniente
Habían perdido los
derechos señoriales pero
conservaban la propiedad de
la tierra.
Sin embargo algunas
familias aristocráticas,
incapaces de incorporarse a
las nuevas actividades
económicas, se arruinaron y
tuvieron que vender su
patrimonio.
Alta burguesía
Era la nueva clase
adinerada.
Compartía con la nobleza su
predominio social y era la
propietaria de las nuevas
industrias, las grandes
compañías y los bancos.
Se convirtió en
terrateniente por la
adquisición de gran parte de
las tierras desamortizadas.
Mediana y pequeña
burguesía
La llamada clase media, era
escasa y estaba formada
por pequeños empresarios
industriales, comerciantes,
profesionales liberales,
funcionarios…
5. De la sociedad estamental a la sociedad de clases.
72. •La mayor parte de la población (clases populares) estaba constituida, en primer lugar, por el campesinado, y, en las zonas
industrializadas, por los obreros industriales.
Los campesinos, en gran parte jornaleros, continuaron ocupando el estrato más bajo de la escala social. Sus condiciones de vida
eran miserables, lo que provocó numerosas revueltas en el campo.
73. Las condiciones de vida de esa población eran, como las de los obreros, muy difíciles. Los arriendos resultaban caros, el empleo,
escaso, los jornales apenas les permitían subsistir y estaban sometidos siempre a la arbitrariedad de los propietarios. Privados,
además, por las desamortizaciones, de las tierras comunales, no podían aprovecharse de los recursos que en otros tiempos les
ayudaban a sobrevivir.
74. Campesinos.
Constituían la mayor parte de la población, aproximadamente un 65% en 1860.
De ellos sólo el 20% poseía alguna propiedad, pero eran tan pequeñas que no
les permitía subsistir.
Sus salarios eran escasos y estaban sometidos siempre a la arbitrariedad de
sus amos.
Privados por las desamortizaciones de las tierras comunales, no podían
aprovecharse de recursos como la leña, los pastos o la caza, que en otros
tiempos les ayudaban a sobrevivir.
Arrendatarios.
Muchos campesinos trabajaban las tierras
de los grandes propietarios agrícolas.
Jornaleros.
Grupo aún más numerosos, se empleaban
por un jornal.
Su número aumentó durante el siglo XIX,
pasando de 3.600.000 a 5.400.000.
5. De la sociedad estamental a la sociedad de clases.
75. Chabolas en Peñuelas (Madrid). Principio del siglo XX
El número de obreros industriales creció enormemente a partir de 1840, sobre todo en Cataluña. Antiguos campesinos y artesanos
emigraron a las ciudades (éxodo rural) en busca de mejores condiciones de vida y salarios más altos. Sin embargo, las condiciones de
trabajo en las fábricas y de vida en sus míseras viviendas eran tan terribles que poco a poco fueron tomando conciencia de su injusta
situación y ello contribuyó a la aparición de asociaciones para la defensa de sus derechos (aparición de los primeros sindicatos).
5. De la sociedad estamental a la sociedad de clases.
76. Clases populares urbanas.
Sus condiciones de vida eran precarias, con jornadas laborales de 12 ó 14
horas, bajos salarios que apenas les permitían alimentarse, sin seguros ante la
enfermedad y con viviendas pequeñas, insalubres, mal ventiladas sin servicios
(alcantarillado, alumbrado público, empedrado…)
Proletariado
industrial.
El crecimiento de la
industria propició que
muchos campesinos
emigrasen a las ciudades en
busca de trabajo.
Se empleaban en las nuevas
industrias, junto a los
artesanos sin trabajo.
Servicio
doméstico.
Más de la mitad eran
mujeres (lavadoras,
planchadoras, criadas…)
Aproximadamente el 90%
de las mujeres de las clases
populares trabajaban.
Las mujeres que sólo se
dedicaban al hogar,
pertenecían a las clases
altas.
Artesanado
urbano.
En las ciudades continuó
viviendo un gran número de
artesanos (zapateros,
herreros, carpinteros…) y
de personas dedicadas a los
servicios (mozos,
vendedores callejeros,
transportistas, criados…)
5. De la sociedad estamental a la sociedad de clases.
77. Lavanderas y areneros en el río Manzanares
Por último, dentro de las clases populares destacaba el servicio doméstico, donde abundaban las mujeres, desempeñaban
sus tareas en familias nobiliarias o de la alta burguesía y también en las de la clase media.
78. 6. Los inicios del movimiento obrero en España.
a. La aparición del proletariado.
La aparición de la industria moderna comportó una organización del trabajo diferente a la del antiguo sistema gremial, que se caracterizó por la
utilización de mano de obra asalariada. El número de obreros era todavía muy reducido en la primera mitad del siglo XIX, y la mayoría de ellos
trabajaba en la industria textil catalana. Con el avance del siglo, los obreros fabriles aumentaron en Asturias y el País Vasco, a consecuencia del
crecimiento de la industria siderúrgica y metalúrgica. En el censo de 1860, los obreros industriales en España eran alrededor de 485.000 y los
mineros 23.000.
Trabajadoras de una fábrica textil catalana
79. Las reglas que regulaban este nuevo tipo de trabajo eran muy duras: la jornada laboral era de 12 a 14 horas durante seis días a la semana y se
cobraba por día trabajo, un salario que apenas daba para comer. Las mujeres y niños a partir de siete años también trabajaban y cobraban un
salario muy inferior al de los hombres. Existía una férrea disciplina laboral en las empresas que impedía cualquier tipo de contestación, so pena
de ser despedido. No existía tampoco ninguna protección en caso de paro, enfermedad, accidente o vejez.
Las casas en las que vivían eran pequeñas, miserables y situadas en barrios hacinados, que carecían de servicios de alumbrado, agua corriente,
alcantarillado y empedrado. Las enfermedades infecciosas como la tuberculosis y el cólera se propagaban rápidamente, afectando a una
población muy vulnerable por la mala alimentación y el trabajo agotador.
6. Los inicios del movimiento obrero en España.
80. b. El nacimiento del movimiento obrero
La legislación liberal no contemplaba ningún tipo de normativa que regulara las relaciones laborales y prohibía la asociación obrera, porque se
consideraba contraria a la libertad de contratación. Ante esta situación, las primeras manifestaciones de protesta obrera adquirieron un carácter
violento, clandestino y espontáneo.
En la década de 1820, el ludismo fue la primera expresión de rebeldía obrera contra la introducción de nuevas máquinas a las que se
responsabilizaba de la pérdida de puestos de trabajo y del descenso de los jornales. Los acontecimientos más destacados son la destrucción de
telares mecánicos en Alcoy en 1821 y el incendio en 1835 de la fábrica Bonaplata de Barcelona.
6. Los inicios del movimiento obrero en España.
81. Más adelante, la protesta obrera se fue centrando en la defensa del derecho de asociación y la
mejora de las condiciones de vida y de trabajo. Surgen de esta manera a partir de 1834 las
Sociedades de Socorros Mutuos o Sociedades Mutualistas, a las que los obreros asociados
entregaban una pequeña cuota para asegurarse una ayuda en caso de desempleo, enfermedad o
muerte. La primera de estas asociaciones fue la Sociedad de Protección Mutua de los Tejedores
del Algodón, creada en Barcelona en 1840.
6. Los orígenes del movimiento obrero
82. Trabajadores del sector textil en huelga
El movimiento obrero se vio potenciado cuando sus reivindicaciones fueron apoyadas por doctrinas como el socialismo utópico, que
pretendía crear sociedades igualitarias, con propiedad colectiva y reparto equitativo de la riqueza, y acabar con las injusticias de la
sociedad liberal.
La entrada de las doctrinas socialistas en España se produjo gracias a la difusión del pensamiento de socialistas utópicos franceses
como Saint-Simon, Cabet y Fourier. Las figuras más notables del socialismo español fueron Joaquín Abreu, Felipe Monlau, Narciso
Monturiol...
En cuanto a la política, el primitivo obrerismo español estuvo muy ligado al republicanismo federal. Cuando a partir de 1868 se
concedió el sufragio universal masculino, los obreros votaron sistemáticamente por el republicanismo, al considerarlo la opción más
favorable a sus aspiraciones sociales. Pero la falta de un verdadero respaldo político y la no satisfacción de una buena parte de sus
reivindicaciones condujeron a importantes sectores del obrerismo hacia las nuevas ideologías internacionalistas (anarquismo y
socialismo).
83. Un grabado del Congreso Obrero de 1870 que se celebró en el Teatro Circo de Barcelona.
c. La llegada del internacionalismo
Tras el triunfo de la revolución de septiembre de 1868, llegó a España un enviado de la AIT, el italiano Giuseppe Fanelli, que viajó a
Madrid y a Barcelona para crear los primeros núcleos de afiliados a la Internacional. Fanelli, miembro de la Alianza Internacional de la
Democracia Socialista, fundada por Bakunin en 1868, difundió los ideales anarquistas como si fuesen los de la AIT.
A partir de 1869, las asociaciones obreras se expandieron por toda España, llegando a existir hasta 195, que contaban con unos
25.000 afiliados, aunque no todas se unieron a la Internacional. El primer congreso de la Federación Regional Española de la AIT se
celebró en Barcelona en 1870 y allí se adoptaron acuerdos que seguían la línea anarquista (huelga como arma del proletariado,
apoliticismo y acción directa).
84. En 1871 llegó a Madrid Paul Lafargue, yerno de Karl Marx, e
impulsó el grupo de internacionalistas madrileños
favorables a las posiciones marxistas. Las discrepancias
entre anarquistas y marxistas, llevó a la expulsión en 1872
del grupo madrileño de la FRE y la fundación de la Nueva
Federación Madrileña, de carácter marxista. El núcleo
socialista madrileño fue minoritario debido a que la
mayoría de las organizaciones integradas en la AIT
mantuvieron su orientación anarquista.
El internacionalismo tuvo su momento álgido durante la
Primera República, cuando diversos grupos de anarquistas
adoptaron una posición insurreccional para provocar la
revolución. Tras el fracaso de estos levantamientos, la FRE
de la AIT perdió fuerza, y a partir de 1874, el nuevo régimen
de la Restauración la declaró ilegal, obligándola a
organizarse en la clandestinidad.
Pablo Iglesias.
6. Los orígenes del movimiento obrero
Pablo Iglesias
Paul Lafargue con algunos miembros de su familia, entre los
que figuraba Karl Marx, su suegro
Grupo de
fundadores de
la Primera
Internacional, en
Madrid, en
noviembre de
1868. Giuseppe
Fanelli aparece en
el centro, arriba
del todo, con una
larga barba.