El cordón umbilical une al bebé con la madre durante el embarazo y va desde el ombligo del feto hasta la placenta. Después del nacimiento, el cordón se pinza y corta con material estéril para prevenir infecciones, y se recomienda mantenerlo limpio y seco mediante el lavado de manos y la limpieza con agua y jabón. Signos como enrojecimiento, secreciones amarillentas u otros sangrados anormales deben ser evaluados por un pediatra.