El documento define las virtudes como hábitos incorporados voluntariamente para desarrollar las capacidades humanas. Explica que las cuatro virtudes fundamentales son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, las cuales permiten que cada facultad humana reaccione adecuadamente ante la realidad. Finalmente, relaciona estas virtudes con las funciones de un director en la empresa y cómo éstas lo hacen ser mejor en el diagnóstico, la toma de decisiones y el mando.