La enfermedad periodontal puede causar daños irreversibles como movilidad y migración dentaria, invasión del plano oclusal y pérdida del pilar, lo que compromete la estética y la relación corono radicular. Esto produce palancas desfavorables, mayor susceptibilidad a caries y altera la retroalimentación sensorial de la mordida. La enfermedad también causa recesión gingival, defectos óseos y dificultades para lograr paralelismo en el tratamiento.