La fisioterapia es fundamental para tratar la atrofia muscular espinal, una enfermedad neuromuscular progresiva. El objetivo es prevenir complicaciones, mantener la calidad de vida y retrasar la pérdida de funciones a través de ejercicios, correcciones posturales y técnicas respiratorias. Se recomienda un seguimiento continuo desde el diagnóstico para controlar la evolución de la enfermedad y las posibles deformidades, luxaciones u otras complicaciones.