La corrosión ocurre a través de una reacción de óxido-reducción espontánea en la que el metal se oxida (ánodo) y el óxido formado actúa como cátodo. Esta reacción se acelera en presencia de sales disueltas en el agua. Existen diferentes tipos de corrosión como la uniforme, galvánica, por picaduras e intergranular. Para combatir la corrosión se utilizan materiales puros, aleaciones especiales, tratamientos térmicos, inhibidores y recubrimientos superficiales.