LIPIDOS y ACIDOS NUCLEICOS Y TODOS SUS SILLARES ESTRUCTURALES
COMPARACION DE LA LECHE MATERNA.pptx
1. REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD DE ZULIA
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
POSTGRADO PUERICULTURA Y PEDIATRÍA
MARIA JUDITH MARTINEZ
RESIDENTE PRIMER AÑO DE PUERICULTURA Y PEDIATRIA
2023
4. Bidot Fernández, Adela. (2017). Composición, cualidades y beneficios de la leche de cabra: revisión bibliográfica. Revista de Producción Animal, 29(2), 32-41.
5. Bidot Fernández, Adela. (2017). Composición, cualidades y beneficios de la leche de cabra: revisión bibliográfica. Revista de Producción Animal, 29(2), 32-41
CABRA VACA MUJER
6. COMPARACION DE MINERALES
MINERALES HUMANA VACA CABRA
CALCIO 33 125 130
FOSFORO 43 103 159
MAGNESIO 4 12 16
POTASIO 55 138 181
SODIO 15 58 41
Manual de Lactancia para Profesionales de la Salud. Comisión de Lactancia MINSAL, UNICEF. Ministerio de Salud,UNICEF, Chile 1995.
Consenso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, 2011. Recomendaciones: Ingestas Dietéticas de Referencia (EFSA, 2010).
7. COMPARACION DE MINERALES
MINERALES HUMANA VACA CABRA
HIERRO 0.15 0.10 0.05
COBRE 0.04 0.03 0.04
YODO 0.007 0.021 0.007
MAGANESO 0.07 0.021 0.07
ZINC 0.53 0.38
Manual de Lactancia para Profesionales de la Salud. Comisión de Lactancia MINSAL, UNICEF. Ministerio de Salud,UNICEF, Chile 1995.
Consenso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, 2011. Recomendaciones: Ingestas Dietéticas de Referencia (EFSA, 2010).
8. OLIGASACARIDOS
MONTILLA Y. 2020. DILUCIONES DE LECHE DE CABRA COMO ALTERNATIVA NUTRICIONAL PARA LACTANTES DE 0 A 12 MESES DE EDAD. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES,
ESCUELA DE NUTRICION Y DIETETICA
9. Comité Internacional para la Elaboración de Consensos y Estandarización en Nutriología (CIENUT)(2019) Sobre el consumo de leche de vaca en menores de 01 año.
10. Comité Internacional para la Elaboración de Consensos y Estandarización en Nutriología (CIENUT)(2019) Sobre el consumo de leche de
vaca en menores de 01 año.
11. Lastre-Amell, Gloria, Carrero González, Carmen María, Delgado Diloreto, Francis Beatriz, Suarez-Villa, Mariela, Granadillo Morán, Víctor, & Alejandra-Orostegui Santander,
Maria. (2020). Concentraciones de los oligoelementos cobre y zinc en leche materna, de vaca y de cabra. Revista Cubana de Pediatría, 92(2), e649. Epub 15 de abril de
2020.
Notas del editor
proporcionar una adecuada alimentación durante los primeros meses de vida de los seres humanos, en donde es indispensable cubrir los nutrientes suficientes y adecuados para el correcto desarrollo de sus tejidos, órganos y funciones
La leche es el producto que segrega la ubre de las hembras, cuyo color es blanco cremoso, líquido, de olor y sabor característicos. Es rica en nutrientes y muy fácil de contaminarse si no se obtiene de forma adecuada. Por regla general puede decirse que la leche de cabra es un líquido de color blanco mate y ligeramente viscoso, cuya composición y características físicoquímicas varían sensiblemente. Entre los factores que contribuyen a estas variaciones se tiene: la raza, alimentación, estación del año, condiciones ambientales, localidad, estado de lactación y salud de la ubre
LPPLa lactancia materna es una práctica fundamental para la supervivencia, crecimiento y desarrollo del recién nacido en términos de salud y nutrición, y se convierte en el alimento perfecto durante los primeros 6 meses de vida. Además de protegerlo de diarrea e infecciones respiratorias agudas, estimula el sistema inmunológico, y le proporciona todos los nutrientes esenciales, como proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales, vitaminas y otras substancias fisiológicamente activas que suplen las necesidades calóricas del lactante.1,2
La UNICEF por su parte estima que los bebés alimentados con leche materna tienen seis veces más probabilidad de sobrevivir y gozar de mejor salud y desarrollo.3 La leche materna humana es un fluido cambiante durante el periodo de lactancia especialmente por su alto nivel proteico, por lo que es el alimento fundamental para los seres humanos, desde sus primeras horas de vida hasta los meses sucesivos.4,5
Su contenido en nutrientes es el adecuado para la inmadurez de la función renal e intestinal, para el crecimiento y maduración de su cerebro y como materia prima para las transformaciones que su cuerpo va sufriendo a lo largo del primer año de vida. Sus componentes se encuentran en una proporción tal que ninguno de ellos interfiere con la absorción de otro. El aporte de sustancias anti-infecciosas llamadas inmunoglobulinas, es el complemento ideal para las deficiencias inmunológicas del bebé en los primeros meses. La forma química en que se encuentran el hierro y el zinc, es la forma óptima para su mejor aprovechamiento. La leche materna aporta la lactosa, un tipo especial de carbohidrato, que es necesario para la formación de una flora intestinal protectora que inhibe el desarrollo de gérmenes y parásitos dañinos.
En este sentido es importante que los productores puedan tomar medidas para mejorar la composición nutricional de la leche y comercializar los productos generando valor agregado; por ello es importante reconocer que la composición nutricional de la leche de cabra puede ser influenciada por diferentes factores que hacen parte de la dieta, entre ellos, la cantidad de fibra y la relación entre forraje y concentrado son los que generan mayores cambios, principalmente en el componente graso de la leche
La leche de cabra, por sus características, su valor biológico como sustituto de la leche materna, sus principales componentes y las cualidades y los beneficios para la salud humana, permiten que se recomiende sobre todo, a los niños con intolerancia a otras leches cuando manifiestan alergias, en particular aquellas debidas a alguna proteína láctea bovina y a aquellas personas que tienen problemas digestivos como úlceras, gastritis, trastornos hepáticos, caquexias y no toleran la leche de vaca.
Grasas: el contenido lipídico global de la leche de cabra es mayor que el de la leche de vaca. No obstante, la leche de cabra tiene mayor cantidad de ácidos grasos omega 6 y menor cantidad de colesterol. La leche caprina aún y cuando posee mayor contenido en grasa que la leche de vaca, puede ser digerida y absorbida más fácilmente por el organismo, debido a que los glóbulos de grasa de la leche de cabra son más pequeños que los de la leche bovina ya que se compone de ácidos grasos de cadena corta y media, los cuales se asimilan mejor en el organismo. El tamaño promedio de los glóbulos grasos en la leche de cabra alcanza los 2,5 a 3,5 micrones en tanto que la de vaca es de 10 micrones. Su menor tamaño facilita una mejor dispersión y una distribución más homogénea de la grasa. En razón de ello, la leche de cabra es considerada como homogenizada naturalmente, lo que le permite ser más fácilmente digerible por las enzimas digestivas humanas.
Azúcares: la leche de cabra tiene menos cantidad de lactosa que la leche de vaca. NO es libre de lactosa, sin embargo, podría esperarse que sea mejor tolerada por algunos pacientes con intolerancia a éste azúcar.
Proteínas: la variación en el contenido de proteínas total en cabras va de 26 g/L a 41 g/L, siendo relativamente mayor que el de la leche de vaca. Si bien, cualitativamente hablando, contiene menos caseína aS1, por lo que pudiera considerarse menos alergénica. Aun así, su consumo en niños alérgicos a la proteína de leche de vaca (APLV) puede ser controversial, pues hasta un 20% de ellos pueden tener reacciones cruzadas. Los bajos niveles o ausencia de caseína aS1 determina que a nivel del estómago se forme un coágulo más blando, haciéndolo más fácilmente digerido por la acción de las proteasas gástricas e intestinales. Sin embargo, similar a lo descrito en otras oportunidades, la carga proteica de la leche de cabra, al igual que la de vaca, impone una sobrecarga de trabajo al riñón, particularmente el de los más pequeños, describiéndose en algunos casos acidosis metabólica, deshidratación y otras alteraciones electrolíticas. Su dilución, a fin de disminuir la carga de solutos, NO es recomendad, al igual que preparaciones caseras
Minerales: la leche de cabra contiene la misma cantidad de calcio, más cobre, menos hierro y menos selenio que la de vaca.
Vitaminas: una particularidad de la leche de cabra es la ausencia de caroteno, lo que le da su color completamente blanco (a diferencia de la vaca que el caroteno le confiere color a su grasa). En la leche de cabra no encontramos caroteno sino directamente vitamina A completamente disponible para su asimilación; la leche de cabra contiene más vitamina A, y una cantidad ligeramente superior de vitamina B2 y D. Por otro lado, el contenido en B12 y ácido fólico es significativamente menor que el de la leche de vaca por lo que sin adecuada suplementación, es mayor el riesgo de anemia megalolástica.
La diversidad de oligosacáridos encontrados en la leche caprina ha sido relacionada con propiedades prebióticas y anti-inflamatorias, entre otras.
Por otro lado, los oligosacáridos de la leche caprina, al igual que la lactosa, fueron recientemente reportados al encontrar que las cantidades de oligosacáridos que están presentes en la leche de caprinos fluctúan en un rango de 250 a 300 mg/L, lo cual representa 4 ó 5 veces más que los valores encontrados en la leche de vaca, pero menos que los presentes en la leche materna
Por diferentes razones, la leche humana es el alimento ideal para la alimentación del lactante. La leche humana es, entre las leches de mamíferos, la que menor cantidad de proteína proporciona por cada 100 ml; sin embargo, es suficiente para cubrir las necesidades del niño (4). Tanto la leche humana como la LEV están compuestas por dos grupos diferentes de proteínas: proteínas del suero y fracciones de caseína. El ratio de suero - caseína en la leche humana puede pasar de 9 a 1, es decir, 90% proteínas del suero y solo 10% caseína durante la primera semana de lactancia hasta estabilizarse en una ratio de 6 a 4 a partir de la tercera semana de lactancia; la LEV, por otro lado, presenta un ratio de 2 a 8; lo que significa que solo presenta un 20% de sus proteínas, bajo la forma de proteínas de suero (tabla 1) (5). Además, vale la pena mencionar a las proteínas de la membrana del glóbulo de grasa que en el caso de la LEV se encuentran en una proporción de 0.07g/dl, mientras que en la leche humana se ha calculado una concentración 10 veces mayor (6).
La leche humana solo posee 02 fracciones de caseína, la beta y la kappa caseína; mientras que la LEV posee 4 fracciones diferentes: alfa, beta, kappa y una muy pequeña y variable cantidad de gamma caseína. Al inicio de la lactancia, la leche humana es rica en beta caseína; a partir del cuarto día de lactancia aparece la kappa caseína. Aunque los pesos moleculares de las tres fracciones más importantes de la leche, la alfa, beta y kappa son de tamaño mediano 23500 Da, 24000 Da y 19000 Da, respectivamente, éstas pueden asociarse y formar micelas que pueden llegar a tener pesos moleculares superiores a los 600 000 Da (tabla 2) (7). Las proteínas del suero, por otro lado, son proteínas que se encuentran en solución. Algunas de ellas pueden presentar pesos moleculares altos como es el caso de la lactoferrina (94 000 Da) o la seroalbúmina (65 000 Da); en general, presentan pesos moleculares muy bajos como la alfa lactoglobulina (14 000 Da) (tabla 2) (7)
En términos de digestibilidad, la composición proteica de la leche humana es significativamente más digerible que aquella de la LEV. Al formar micelas, las caseínas son agregados proteicos que tardan mucho en ser digeridos y pasan mucho más tiempo en el estómago, algo que no sucede con las proteínas del suero, que al ser fracciones únicas son digeridas con más facilidad y eficiencia. La leche humana solo posee 40% de proteína bajo la forma de caseína; la mayor parte de sus fracciones proteicas se encuentra bajo la forma de proteína del suero, mientras que en la LEV éstas solo representan el 20% del total de fracciones proteicas.
Objetivo:
Comparar las concentraciones de los oligoelementos cobre y zinc en la leche materna, de vaca y de cabra.
Métodos:
Estudio descriptivo de corte transversal. Se recogieron muestras de leche materna de madres lactantes sanas (91 mujeres) que asistieron a un centro materno infantil en la ciudad de Maracaibo-Venezuela. Previo consentimiento informado se seleccionaron madres que cumplieron con los criterios de inclusión. Las concentraciones de los oligoelementos en estudio, se determinaron mediante espectrofotometría de absorción atómica con llama.
Resultados:
En el análisis de la muestra de leche humana se hallaron concentraciones de cobre de 0,290 ± 0,04 mg/L y concentraciones de zinc de 1,580 ± 0,35 mg/L. Estos valores son considerados aceptables según la ingesta diaria de referencia para estos oligoelementos y fueron más elevada en muestras en leche de cabra según la literatura, mientras que las concentraciones de zinc en ambas leches (cabra y vaca), registradas por otros especialistas, fueron más elevadas que en la leche humana del presente estudio.
Conclusiones:
Las concentraciones de cobre y zinc halladas en la leche materna en este trabajo son las ingestas recomendadas para el desarrollo y madurez del sistema nervioso central del neonato.
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El reconocimiento creciente del valor incomparable de la leche materna humana en el desarrollo y madurez del sistema nervioso central, en la protección de muchas enfermedades en el niño, confiere fundamentos muy valiosos para rescatar la cultura del amamantamiento. Este valor se centra no solo en los nutrientes esenciales ya citados, indispensables para el desarrollo, crecimiento y fortalecimiento del sistema inmunológico del niño, a la vez que fortalece el vínculo afectivo madre-hijo,2,6,7,8,9) sino también en otras sustancias como los minerales, entre ellos son fundamentales en la leche materna humana el cobre (Cu) y el zinc (Zn). El Cu es necesario para el metabolismo de las proteínas, y para la síntesis de los lípidos presentes en el cerebro. Asimismo, este mineral favorece los procesos de curación a nivel dérmico y es responsable de la absorción de la vitamina C;10. tiene, además, un papel importante en las funciones inmunitarias mediadas por células y como agente antiinflamatorio y antioxidante, por lo que se requiere para el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico.
El zinc es otro mineral importante, es elemento traza esencial requerido para la actividad metabólica de proteínas del cuerpo y se considera esencial para la división celular y la síntesis de ADN y de proteínas11,12) La deficiencia de Zn está asociada con una gran variedad de trastornos clínicos como aumento de la susceptibilidad a las infecciones, la neumonía y la diarrea, especialmente en niños de países en desarrollo.12 Igualmente, juega un papel importante en la agudeza de los sentidos del olfato y del gusto y en la cicatrización de las heridas. El Zn es un oligoelemento esencial y es fundamental para el óptimo crecimiento y desarrollo sexual durante la infancia, la maduración esquelética y cognitiva y el rendimiento psicoeducativo, además, para un embarazo y lactancia satisfactorios.13
La reducción de Cu y Zn en infantes está asociada con la deficiencia de hierro y conduce a complicaciones variadas. En este sentido, un considerable interés se ha centrado en la determinación de estos oligoelementos en alimentos tales como la leche materna, la leche de vaca y la leche de cabra.9
Estos minerales, Cu y Zn, se encuentran también en la leche de cabra la cual, en algunas ocasiones, es una alternativa como sustituto de la humana, pues sus valores nutritivos son en gran medida aproximados; además, su composición se asemeja a la leche materna, es sana y nutritiva. Presenta cantidades parecidas de hierro, proteínas, grasa, vitamina C y D; mayor contenido de calcio, potasio, manganeso y fósforo y de vitaminas A y B, además, contribuye a revertir problemas alérgicos en gran porcentaje de niños susceptibles a determinadas condiciones.14
Las características de las proteínas de la leche de cabra se asemejan más a la leche humana que a la leche de vaca, de la misma manera la β-lactoglobulina caprina ha demostrado ser de más fácil digestión que la vacuna. La gran mayoría de los pacientes sensibles a las proteínas de la leche de vaca toleran las proteínas de la leche de cabra, posiblemente debido a que la lactoalbúmina es inmunoespecífica entre ambas especies; en cambio, el Cu tiene concentraciones más elevadas en la leche humana que en la de vaca. La deficiencia de Cu, que origina anemia microcítica hipocrómica y alteraciones neurológicas, ocurre solamente en los niños alimentados artificialmente.14
Es importante tener en cuenta que según el Reglamento Sanitario Técnico Europeo, las fórmulas para lactantes (a base de leche de vaca), la mayoría de los micronutrientes se encuentran en el límite inferior, sin embargo, se cree que el nivel de estos micronutrientes debe revisarse, sobre la base de los datos científicos actuales, los requisitos de los lactantes y los posibles efectos adversos.15 Ante lo planteado anteriormente, el objetivo del presente estudio fue comparar los resultados de las concentraciones de los oligoelementos Cu y Zinc en la leche materna, de vaca y de cabra.