El documento habla sobre la contaminación sonora. Las principales causas son los sonidos por encima de 50 decibeles que pueden provocar efectos negativos en las personas. Algunas consecuencias son la sordera temporal o permanente, alteraciones en el sueño, hipertensión arterial, úlcera gástrica y migrañas. Para controlar la contaminación acústica, se debe elaborar un mapa acústico centrado en el tráfico rodado y adoptar medidas preventivas como la planificación urbanística para crear "islas sonoras".