1. Suplemento Cultural del Centro
Río Cuarto . Río Tercero . San Francisco . Villa María Miércoles 04 de diciembre de 2019 . Año 20 N° 882
El Corredor Mediterráneo
humorsolini
POR HERALDO MUSSOLINI
PÁG. 8
La reciente publicación de “Historia de los diarios de Río Cuarto 1875-2015”, que firma
con Carlos Mayol Laferrère, es un nuevo y significativo aporte a la memoria de la ciudad
de quien, para muchos, es quizás la persona que más sabe de la historia de la actual capi-
tal alterna de la Provincia.
PÁG. 2-3
ENTREVISTAA
OMAR ISAGUIRRE
LA COLUMNA
CASIA, LA SAFO
BIZANTINA
POR FRANCISCO MARTÍNEZ
HOYOS
PÁG. 8
Alcoholes del
crepúsculo
DE ERNESTO SAN MILLÁN
POR MARCELO FAGIANO
PÁG. 7
MIGUEL
DE UNAMUNO:
Mito y debate
POR ISABEL REZMO
PÁG. 4-5
DELFINO QUIRICI, LA
ASOCIACION RIOCUAR-
TENSE DE CONCIERTOS
VOCALES E INSTRUMEN-
TALES Y ESTRATOSFERA
(1932/1937).
POR ANTONIO M. ÁLVAREZ
PÁG. 6
Fotografía: Soraya Clop
2. Omar Isaguirre se ve un hombre feliz
rodeado de archivos, biblioratos, vie-
jos diarios, cuadros, planos antiguos,
etc. en su oficina, en los altos del
Centro Cultural El Andino, el bello
espacio de la antigua estación ferro-
viaria rescatado como nuevo polo cul-
tural de la ciudad, que también alber-
ga la Subsecretaría de Cultura, el
Museo del Riel, bibliotecas y salas de
exposición y conferencias. Allí recibe a
ECM antes de aceptar una sesión de
fotos en la cafetería-librería.
- Omar, si bien actualmente usted es
presentado oficialmente como
Director del Archivo Histórico
Municipal de Río Cuarto, para
muchos, dada su entusiasta dedica-
ción, es en realidad “el cronista
mayor de la ciudad”, para darle un
título de antiguo prestigio…
- Transito ya lo que presumo es mi
etapa culminante en el Archivo
Histórico de la ciudad, como coordina-
dor de sus actividades, junto a mis
compañeros a lo largo de una década.
Los títulos ruborizan, a la vez obligan,
otras veces -y eso es lo bueno- ondea
una cierta espontaneidad popular.
Simplemente por el ejercicio de una
memoria ágil todavía que, en ocasio-
nes, salva del apuro a más de uno. Yo
concibo mi lugar, con el permanente
devolver al pueblo lo que del pueblo
he aprendido, fuera en los documen-
tos, en los textos, en la maravillosa
oralidad compartida, en las fotos,
todo de manera empírica, con los
modos y lenguaje de la gente común,
por eso me entienden bien. En tal,
caso el entusiasmo opera virtuosa-
mente.
- ¿Por qué su pasión por la Historia?
¿Qué tiene de apasionante el pasado?
- Viene de muy lejos, del aquel mucha-
chito inquieto y averiguador que algu-
navezfui.Esequearmabaestadísticas
insólitassobresucesosdelaciudad.Se
me fueron acumulando datos, fechas,
nombres, en la memoria. A mi genera-
ción, lamentablemente, jamás se le
habló de la historia de Río Cuarto, su
fundador, su Cabildo, ese decurso
sufrido y doloroso desde 1786 y antes,
hasta 1870 cuando acontece lo que
personalmentellamo“lasegundafun-
dación”.Elpasadoademásdeemocio-
nes, con los viejos papeles en las
manos nos deja inmersos en planteos
y disquisiciones que nos atraviesan a
todos, algunos más.
- ¿Historiar es recordar, fijar los acon-
tecimientos importantes en la memo-
ria colectiva?
- Sin dudas. Cuando uno asume la res-
ponsabilidad de evocar los hechos
comunes del conjunto, los momentos
relevantes y las personas trascenden-
tes, es una función delicada y hay que
ser muy respetuoso de la fidelidad y
honradez intelectual con que se trans-
miten, hasta en el pie de una foto.
Porque no sólo se trata de recordar, la
cuestión es valorar, y llegado el caso
juzgaresosacontecimientosyconduc-
tas a través del tiempo. He leído y
buceado con pertinaz empeño, lo
hago a diario, para conocer cada vez
más.
- ¿Es el archivo histórico la memoria
colectiva de un pueblo?
- Nuestro Archivo, básicamente, pre-
serva los documentos del Municipio
desde sus orígenes en tiempos de la
fundación. Pero, su fundador el profe-
sor Carlos Mayol Laferrère le dio una
impronta particularmente amplia,
sumando los diarios, las revistas, las
fotografías, mapas, escrituras… que
acrecentó las fuentes de conocimien-
to e información, con acceso de los
investigadores, estudiosos y a los veci-
nos en general.
-Amuchoslesconstaquesuempeño-
so propósito de dejar constancia de
todo no sólo lo llevan a registrar
hechos importantes sino otros que
parecerían anecdóticos, lo he escu-
chado o le leído referirse a edificios
emblemáticos, como la Catedral, el
Palacio Municipal o el de Justicia, la
Escuela Normal, pero también de un
árbol,deunparqueodeunafarmacia
o una pizzería históricas ¿es sólo
curiosidad?
- Usted debe saber que con el cargo
recibí un legado, y lo asumí como tal.
No sólo en la función de ordenar y
registrar, sino en dejar testimonio
escritodelosacontecimientos,cuales-
quiera sean. A las personas les place
que los provoquemos a recordar, a
moveresaenergíadelamemoriafértil
y el pensamiento. A la vez, que nos
ayuden a reconstruir imágenes lejanas
y nos vuelvan -por un momento- a un
pasado lozano y vigoroso del que fui-
mos parte. La curiosidad es la aliada
primaria. Después una suerte de “hila-
do fino” va estableciendo relaciones
entre las postales del tiempo, su
entorno, su realidad. A mayor profun-
dización, las historias crecen y revelan
verdades.
- Hablando de edificios y monumen-
tos ¿cree usted que Río Cuarto debe-
ría incorporar a su patrimonio nuevas
obras simbólicas acordes con su con-
dición de capital alterna de la
Provincia?
- Por lo pronto e inmediato, hay que
preservar lo que existe. Se acaba de
recuperar y embellecer el Palacio de
Mojica, por nombrar lo que ha ocurri-
do en estos días, que se suma a otras
El Corredor Mediterráneo / Página 2
ENTREVISTA A
OMAR ISAGUIRRE
Por Antonio Tello / Soraya Clop
3. intervenciones felices en los museos,
el teatro, el Andino, el parque… Ojalá
se pudieran incorporar otras existen-
cias, materialmente es imposible; la
propiedad privada permite un acceso
limitado a los bienes. Si no hay una
conciencia previa muy desarrollada
sobre el valor de lo antiguo, el desape-
go hace estragos. Por ello sobrevive
tan poco. En ocasiones, se opta por
tirar en un contenedor antes que ofre-
cer para resguardo. Asimismo, goza-
mos de un buen reservorio para mos-
trar, debemos ser ingeniosos para
propiciar el interés en las gentes. Por
encima de la cuestión capital alterna,
nospreceden233añosdehistoriapro-
pia y más lejos aún, que debemos
enseñar a conocer.
- ¿Es cierto que su biblioteca particu-
lar es acaso más completa que cual-
quier otra de la ciudad? ¿Qué si se
quiere hacer, por ejemplo, un estudio
profundo de la literatura local, hay
que recurrir a ella?
- Algo así. Fui coleccionista de todo. Mi
empeño último y final son las publica-
ciones literarias locales. Es verdad, mi
biblioteca y hemeroteca contienen
algunas piezas únicas. Tengo mucho,
pero sigo buscando, comprando anti-
güedades, y soy tributario de muchos
obsequios editoriales de amigos que
conocen y valoran mi colección que
siempre está dispuesta en favor de las
buenascausas...Cuandoconsigoafue-
ra un viejo libro, pienso con algarabía
que lo recuperé para la memoria viva
de la ciudad.
- Pero la Historia no ha ocupado todo
su tiempo a lo largo de su vida, ha
militado en política, ha sido concejal,
miembro de las comisiones directivas
de la Biblioteca Moreno y de la SADE
(Sociedad Argentina de Escritores),
asociación ésta que presidió en dos
ocasiones, como también fue dirigen-
te del Club Atenas, y periodista…
- Sí, no lo puedo negar. Pasé parte de
mi vida buscando participar, compar-
tir, de ser útil a mis semejantes. Me lo
inculcaron mis padres, siempre fui
peronista de la “justicia social”. Como
en todas las cosas, gané y perdí.
Nunca me guardé nada, donde estuve
dejé lo mejor de mí, nunca llegué para
quedarme, por eso es tan extensa la
nómina y los hechos habidos. A mi
edad, estoy hecho y a mano con
todos. No me deben ni debo. Otra
cosa es reconocer las cuestiones que
han quedado pendientes, son múlti-
ples. Pero tengo tiempo todavía, algu-
nas las resolveré.
- Volviendo a su condición de historia-
dor, usted también se sintió atraído
por el mundo universitario y realizó
unas “Indagaciones críticas en torno
al pasado y el presente de la
Universidad Argentina”…
- He participado en varios libros colec-
tivos, con notas contrastantes, her-
mosos.Integréellibroqueustedmen-
ciona -de 2018- donde soy el único
colaborador no académico. Fueron
muygenerososconmigo.Desarrollélo
que fue la Reforma Universitaria de
1918 en nuestra ciudad. Saqué a la luz
aunajuventud bullentequedesperta-
ba a otra visión de las cosas, y se puso
enrebelión.Muchosluegofueronpro-
fesionales, vecinos exitosos, y parte
delaclasedominante.Fueinteresante
investigar un momento inédito.
- Su último trabajo hasta ahora es un
libro por demás interesante y necesa-
rio, “Historia de los diarios de Río
Cuarto 1875-2015”, editado por
Ediciones de la Concepción y que
firma junto a ese otro gran historia-
dor local que es el recientemente
fallecido Carlos Mayol Laferrère.
- Nos debíamos este libro con Mayol
Laferrère…Juroquecomenzóaescri-
birse apenas nos conocimos. Allí supi-
mos que estábamos trabajando lo
mismo. Entonces él me propuso unir
nuestros apuntes. En adelante, fue
maravilloso hacerlo juntos, tramo a
tramo. Hace diez años “Historia de los
Diarios...” estaba para publicarse,
pero no pudo ser. Hablar del libro me
conmueve porque Carlos no lo pudo
ver, murió cuando estaba en la
imprenta. Es una obra entretenida,
con una profusión datística notable.
Mayol me repetía siempre: “Omar, la
misión nuestra es escribir para la
gente, que todos entiendan lo que
contamos…” De eso se trata, por eso
quizá nos apadrinaron con calidez
Efraín Bischoff y Félix Luna. Por otra
parte, este libro era inédito, y figuraba
eninnumerablesbibliografíasdeauto-
res. Se imponía que apareciera.
El Corredor Mediterráneo / Página 3
Entre quienes conocen a este hombre apasionado por la historia, la grande y la
pequeña, la política y la doméstica en todos los ámbitos de la actividad colectiva,
enconsiderarloel“cronistamayordelaciudad”,ocupaciónquetendríasegura-
mente de no ser el actual Director del Archivo Municipal de Río Cuarto.
Fotografía: Soraya Clop
4. El Corredor Mediterráneo / Página 4
Con la realización de la película de
Alejandro Amenábar "Mientras dure la gue-
rra" ha habido un revuelo enorme, porque
el director ha sido acusado de "seccionar"
la memoria y los hechos que ocurrieron
hacia un lado de la historia.
La acción transcurre en el verano de 1936,
en España, donde el célebre escritor
Miguel de Unamuno decide apoyar pública-
mente la rebelión militar que promete traer
orden a la convulsa situación del país.
Inmediatamente, es destituido por el
gobierno republicano como rector de la
Universidad de Salamanca.
Mientras tanto, el general Franco consigue
sumar sus tropas al frente sublevado e ini-
cia una campaña para hacerse con el
mando único de la guerra. La deriva san-
grienta del conflicto y el encarcelamiento
de algunos de sus compañeros hacen que
Unamuno empiece a cuestionar su postura
inicial y a sopesar sus principios.
Hay pocas frases que hayan sido tan utiliza-
das y apropiadas como aquel “Venceréis,
pero no convenceréis” que Miguel de
Unamuno dijo en el Paraninfo de la
Universidad de Salamanca delante de
Millán Astray para criticar el franquismo y
las acciones del bando nacional después de
haber apoyado el golpe de estado contra la
república. Palabras que aun hoy ponen en
duda, si verdaderamente se dijo. No exis-
ten registros sonoros sólo varias versiones
de lo ocurrido, pero aquel momento histó-
rico ha calado tanto en nuestra sociedad
que todavía hoy late con fuerza.
Podemos ver como diferentes políticos
actuales reflejan pensamientos y frases del
genial autor. Y refleja también el carácter
contradictorio, genuino y vital de
Unamuno de alguna forma
La controversia está servida, si bien es cier-
to, que no es mala generar esa expecta-
ción. Estos años vivimos una crisis de valo-
res, de ataques masivos, demagógicos y
puede que sienta bien que volvamos la
vista atrás. Que volvamos a leer, o que
conozcamos a uno de los grandes genios
de la literatura y del pensamiento como fue
Don Miguel de Unamuno.
España no cuida a sus genios. Se hacen
muy pocos proyectos para dar tributo a
quienes, a pesar de la historia dieron tanto
a las letras y al arte. Y es que la historia es
una herramienta que dice mucho de lo que
fuimos, pero también en lo que nos hemos
convertido.
La cuestión no es saber si es verdad que
dijo la célebre frase ante Millán Astray o si
es algo sesgado.
He leído estos días diferentes artículos y
oído opiniones a favor y en contra. El buen
crítico debe tender hacia la objetividad, y
el historiador a relatar los sucesos tal como
sucedieron, en la medida en que sus fuen-
tes son fiables. Y hay un elemento que sub-
yace de esta película y que sí es una reali-
dad, la existencia de tres España y de una
sociedad marcada por ellas ( la España
falangista, la España roja y la España que
no quería meterse en ninguna de las ante-
riores, que pretendía vivir en paz y que fue-
ron utilizados por uno u otro bando.).
Unamuno fue hombre que vislumbró en
qué se estaba convirtiendo España y es a la
que hoy hemos llegado: la España dividida
y enemiga de sí misma.
Hemos vivido a la sombra de las historias
que nuestros abuelos y padres, nos han
contado sobre la guerra. Como algo que
hay que hablar bajito y en secreto. Las
escuelas no enseñan lo que pasó. Los niños
no conocen los sucesos que marcaron la
España que hoy vivimos. Y si lo conocen
está cargada de hechos partidistas en fun-
ción de quienes lo vivieron en un lado u
otro.
Quizás Amenábar nos esté obligando a sen-
tarnos a plantear, buscar respuestas con
las debidas preguntas. Es cuestión de ir a
una sala de cine, y no criticar sin antes
haberla visto.
Siempre me ha parecido interesante estu-
diar y conocer aquello que tanto se critica.
Las grandes dictaduras de la historia han
venido de personas que se han eregido
como salvapatrias, instalando un régimen
basado en el pensamiento único; en una
sola cultura dominante. A veces no nos
damos cuenta que también nosotros pode-
mos convertirnos en un pequeño aliado del
fascismo cuando rechazamos de plano la
crítica constructiva y nos dejamos llevar
por la apatía o por la demás.
Volviendo a la película, ¿qué ocurrió real-
mente? Consultando varios artículos y estu-
dios, os dejo un retrato de aquella jornada.
El suceso acaeció durante la inauguración
del curso académico en pleno Día de la
Raza de 1936. Aquella jornada, Unamuno
(que se había declarado a favor del alza-
miento en principio, pero que se mostraba
por entonces más que reacio a aquellas
ideas) abrió la sesión como representante
de Francisco Franco.
En un principio, el catedrático está decidido
a no hablar ante las personalidades presen-
tes, entre las que se encuentran Carmen
Polo, esposa del futuro dictador, y el líder
de los legionarios, Millán Astray.
Unamuno, detractor desde hace años de
este tipo de actos, que califica de "grotes-
cas solemnidades oficiales y oficiosas", se
ha retirado a su sitio después de presentar
rápidamente a los oradores que van a inter-
venir: José María Ramos Loscertales, cate-
drático; Vicente Beltrán de Heredia, fraile
dominico y maestro en Teología; Francisco
Maldonado Guevara, catedrático de
Literatura Española; y el escritor falangista
José María Pemán. Durante estas interven-
ciones, se llegó a cargar contra los vascos,
los catalanes y (en general) contra todo
aquel contrario al régimen.
Aquellas palabras terminaron con la
paciencia del rector, quien comenzó a
declamar su famoso discurso. Así, hasta
que Millán-Astray le interrumpió y (presun-
tamente) vociferó su conocido «¡Muera la
inteligencia!». A continuación, el rector
continuó con su alocución y (a grandes tra-
zos) dijo aquello de que vencer no es con-
vencer. El ambiente se enturbió hasta tal
punto que el intelectual tuvo que salir del
centro de la mano de Carmen Polo ante las
reprimendas de los falangistas presentes.
Algo que quedó retratado en una instantá-
nea que, a día de hoy, permanece en los
archivos de ABC.
La censura impidió que las palabras litera-
les salieran a la luz. Tampoco ayudó que no
se levantara testimonio de aquel discurso.
De hecho, al día siguiente los diarios se limi-
taron a hacer mención a la inauguración del
curso académico sin narrar la disputa.
El enfrentamiento tuvo que ser conocido
en España a través de la prensa extranjera.
Rabaté, por su parte, explica que «hubo
huellas de él durante la guerra en el ABC de
Madrid». El suceso quedó cristalizado
para la revista literaria «Horizon» en 1941 en
un texto literaturizado.
Este relato dio el salto al gran público tras
ser utilizado como fuente primaria por el
historiador Hugh Thomas. Su libro fue un
superventas que fue devorado por los
republicanos franceses, ingleses e hispa-
nos. Al final, se generalizó, desvela el galo.
Con todo, el que tuviese un cariz literario
no implica, que Unamuno no cargase con-
tra Millán-Astray e hiciese referencia a que
Por Isabel Rezmo
MIGUELDE UNAMUNO:
MITO YDEBATE
LECTURA
5. El Corredor Mediterráneo / Página 5
«vencer no es convencer». Algo que pode-
mos saber a día de hoy gracias a eviden-
cias posteriores como una carta que el
responsable de la Falange en Salamanca
envió al hijo del literato y en la que hacía
referencia a las «protestas crudas» que
había suscitado lo que había dicho.
También, y además de futuros testimo-
nios sobre el suceso como los de Eugenio
Vegas Latapié (dirigente de Renovación
Española) o José Pérez-López Villamil
(psquiatra del militar), contamos con las
40 palabras que el intelectual escribió en
un sobre mientras el resto de los ponen-
tes hablaba, y que presuntamente usó
como guía para crear su alocución. En
ellas hace referencia al odio a la inteligen-
cia que muestran los contertulios o las
referencias que pretendía hacer a José
Rizal, héroe de la independencia filipina y
al que se había enfrentado el fundador de
la Legión. «Con total seguridad, eso pro-
vocó el enfado de Millán-Astray», señala el
galo.
Los gritos en el paraninfo se dispararon
tras la arenga patriótica del general, como
el mismo Unamuno le relataría posterior-
mente a un amigo en una carta: "¡Hubiera
usted oído aullar a estos dementes de
falangistas azuzados por ese grotesco
loco histrión que es Millán Astray!". Pero
dos fotos que se conservan de la salida del
acto no comulgan con una supuesta salida
precipitada y caótica del intelectual, que
parece más o menos sereno aunque rode-
ado de brazos en alto.
Lo cierto es que ese mismo lunes por la
tarde, Unamuno se dio de bruces con su
nuevo destierro, con la marginación que
iba a sufrir en Salamanca hasta el día de su
muerte, el 31 de diciembre de 1936, ya des-
tituido como rector: cuando pisó el casino
y fue repudiado por el resto de socios.
Uno de los episodios más tristes de esa
"guerra incivil" que sus palabras tan bien
supieron retratar: "No son unos españoles
contra otros —no hay anti-España— sino
toda España, una, contra sí misma.
Suicidio colectivo".
La historia de Unamuno está hoy más viva
que nunca, como si él siguiera dudando y
hablándonos sobre cuestiones esenciales:
quién o qué nos representa, de dónde
venimos y, sobre todo, hacia dónde que-
remos dirigir esa enorme y compleja
"comunidad de vecinos llamada España”.
…
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno se sitúa entre los más
destacados escritores de la Generación
del 98; nació en Bilbao el 29 de septiem-
bre de 1864 y falleció en Salamanca el 31
de diciembre de 1936. Su versatilidad
como artista es admirable: exploró tanto
la novela, como el ensayo, el teatro y la
poesía. En su adolescencia, presenció la
toma de su ciudad durante la Tercera
Guerra Carlista; esta experiencia, tan difí-
cil de sobrellevar, se ve reflejada en su pri-
mera novela, titulada "Paz en la guerra".
Se doctoró en Filosofía y Letras en la
Universidad de Madrid, habiéndose recibi-
do a los 19 años con altísimas calificacio-
nes. Su procedencia y la lengua euskera
fueron protagonistas de varios momentos
importantes de su vida; sostenía que su
idioma perecería, debido a que no sería
posible la coexistencia de éste y el espa-
ñol en una misma región.
Dentro de la narrativa, resaltan "Amor y
pedagogía", "Niebla" y, su última novela,
"Don Sandalio, jugador de ajedrez". De su
poesía, profunda y magistralmente escri-
ta, destacan los poemarios "El Cristo de
Velázquez" y "Andanzas y visiones espa-
ñolas". Quedan por mencionar algunas de
sus obras teatrales, de un carácter pasio-
nal y renovador, como ser "La Esfinge" y
"Medea", y su ensayo filosófico "La ago-
nía del cristianismo", que gira en torno al
vivir queriendo creer, pero sin poder
ME DESTIERRO A LA MEMORIA
Miguel de Unamuno
Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,
que es enfermedad la vida
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte me olvida.
Y os llevo conmigo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.
Aquí os dejo mi alma-libro,
hombre-mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
soy yo, lector, que en ti vibro.
6. El Corredor Mediterráneo / Página 6
DELFINO QUIRICI, LAASOCIACION
RIOCUARTENSE DE CONCIERTOS
VOCALES E INSTRUMENTALES
YESTRATOSFERA(1932/1937).
Por Antonio M. Álvarez
HISTORIAS DEL CONSER
Para establecer la fecha en que Delfino
Quírici se radica en Río Cuarto tomamos
como referencia el 21 de diciembre de
1932 en que presenta la Sinfónica de Río
Cuarto, coordinada junto al músico P.
Alonso bajo la dirección del director de
bandas militares Antonio Scadutto.
Siete meses antes, el jueves 19 de mayo
de 1932, la Empresa Angeloni, propietaria
del Bar Plaza, anunciaba para las seccio-
nes “Vermouth”, “Café” y “Nocturna”, un
espectáculo con la orquesta “Alonso”,
uno de cuyos integrantes habría sido
Delfino Quírici. Inferimos esa posibilidad
dado que pocos días después, ya en el
mes de junio, la misma empresa presenta
otro espectáculo, esta vez en el Cine
Plaza, entre cuyos números se destacaba
el dúo Quírici-Alonso, en violín y piano,
“los que a pedido del público ―decía la
prensa― realizaron números de grandes
méritos artísticos”.
Cuatro meses después de aquel 21 de
diciembre, otra evidencia confirma nues-
tra conjetura. En solicitada del 4 de abril
de 1933 publicada por El Pueblo, los inte-
grantes de la llamada Orquesta Quírici ―
Ovidio Fernández, Carlos De Pascuale y
Santiago R. Pividor―, ventilaban sus dis-
crepancias con el empresario del Bar
Plaza, B. Angeloni. Las partes se atribuían
haber violado cláusulas contractuales.
Esclarecedor es el párrafo en donde los
músicos expresan que “después de haber
prestado servicios durante un mes” les
fue disminuido el sueldo. Ello motivó que
el músico P. Alonso retornara a Córdoba
siendo reemplazado por Pividor, y Quírici
despedido sin que se le permitiera termi-
nar el mes. ”Fue entonces que sus compa-
ñeros al ver el proceder irritante se solida-
rizaron abandonando sus puestos”.
Transcurrido otro mes, los primeros días
de junio, el Bar y Billares El Esplédido, de
Sanchez y Sansi, ofrecía audiciones musi-
cales diarias con la Orquesta Quírici, y
extraordinarias los días jueves y domin-
gos, con la Sinfónica dirigida por el maes-
tro.
Las festividades patrias de julio lo tuvie-
ron también como protagonista en la
celebración organizada por los “elemen-
tos artísticos del Atenas”. El día 9 a
mediodía, el programa fue una revista en
siete cuadros de risa, colorido y elegancia
y una comedia musicalizada de cuya parti-
tura es autor “el reputado violinista y
compositor Prof. Delfino Quírici”. En
horas de la noche, velada de Gala en el
Teatro Municipal, dirige la Sinfónica con el
mismo programa que presentara el 21 de
diciembre de 1932 (ver ECM 11 de septiem-
bre de 2019: Río Cuarto 1932 - Año
Sinfónico).
Ese 9 de julio fue intenso para Delfino. Se
anunciaba para las 18:00 h un concierto
de la Sinfónica en el Palacio Municipal con
los auspicios de la Mariano Moreno en
homenaje al Primer Salón de Invierno
(puntapié inicial de lo que hoy es el Museo
Municipal de Bellas Artes). En la práctica
dicha audición fue postergada para el día
18 del mismo mes en el Salón Blanco.
A las actividades en El Espléndido ―a
cuya orquesta incorporó dos señoritas en
piano y contrabajo contratadas en
Córdoba― y clases particulares en su
domicilio, se sumaron todo tipo de anima-
ción de reuniones públicas y privadas. En
la celebración del “XX de Septiembre”
organizada por la “Porta Pía” en la
Sociedad Italiana dirigió una orquesta de
15 profesores. El 23 de septiembre de
1933, con la Sinfónica y en colaboración
con el Director del Conservatorio
Provincial, Profesor Alessio Iannacone,
actuaron a beneficio de las Ollas
Populares.
En poco menos de dos años Delfino
Quírici alcanzaba fama y popularidad.
Tanto es así que el día 24 de febrero de
1934 la prensa califica de “valiosa adquisi-
ción” su incorporación al Conservatorio
Provincial como profesor de violín. Se des-
tacaban sus aptitudes artísticas, su exce-
lente ejecución, sus dotes de buen profe-
sor y sus esfuerzos por organizar la
Orquesta Sinfónica. Y explayándose anun-
ciaba bajo su dirección la preparación de
un conjunto coral que en breve presenta-
ría ante el público. Merecidos conceptos
afianzaban su arraigo en el medio y la con-
tinuidad de su obra profusa y generosa.
El Gran Festival artístico en homenaje a
Verdi tuvo lugar en la Sociedad Italiana el
domingo 4 de marzo de 1934 en el que
actuó la Sinfónica e hizo su presentación
el “Conjunto Coral Río Cuarto”. El progra-
ma anunciaba la ejecución orquestal de la
Sinfonía de Nabucco, Fantasía de La
Traviata y selección de La Forza del
Destino. El conjunto coral, con acompaña-
miento de orquesta, fragmentos de I
Lomardi, Un ballo in maschera, Nabucco,
Aida, Il Trovatore, con solos de Helvecia
de Venzano, Manuel de la Cruz, Rosa
Pécile y Bruno Seigel.
Elogiosos comentarios en días posterio-
res auguraban una nueva era para la vida
musical de Río Cuarto. En menos de tres
meses Quírici lograba conformar un
grupo con coreutas locales y de las veci-
nas localidades de Carnerillo, Chucul y Las
Higueras. Cuatro días después el mismo
festival se llevó a cabo en Plaza Olmos en
“obsequio al pueblo de Río Cuarto” ocu-
pando, orquesta y coro las gradas del
atrio del Palacio Municipal. Una visita a la
localidad de Coronel Moldes con los mis-
mos elencos consolidó la popularidad que
Delfino Quírici se granjeara.
Profusa difusión periodística mediante, el
día domingo 11 de marzo de 1934 quedaba
constituida una Comisión Provisoria de lo
que se había dado en llamar “Asociación
Riocuartense de Conciertos Vocales e
Instrumentales”, integrada por Luis
Venzano en la presidencia; Delfino Quírici,
vicepresidente; Miguel Angel Gallego,
secretario; Roberto Cánepa, prosecreta-
rio; Atilio Alessandroni, tesorero; Rosa
Pécile, archivista y bibliotecaria. Vocales:
José Ricci, Pedro Ronchi, Fiore
Mastrángelo, Severino Trabucci, Bruno
Seigel, Manuel de la Cruz, Donato
Ravacanti y Salvador Magnotta. En abril
de 1934, junto a rosa Pécile fundan el
“Instituto Musical” ofreciendo enseñanza
de instrumentos de cuerda y “de todos
los instrumentos de banda y orquesta”.
Pero fue la puesta en escena de la
Fantasía Lírica “Estratosfera” el punto de
inflexión en la vida del maestro porque no
volvemos a encontrar dentro de su pro-
ducción espectáculos similares.
“Estratosfera” se trataba, como en el
caso del festival de Atenas, de una revista
escénica de varieté con música de Delfino
Quírici, argumento de Miguel Juve, libreto
de Miguel Angel Gallegos y decorados de
Marciano Longharini. El éxito fue tal que a
las puestas en escena de los días 11 y 12 de
octubre hubo que reprogramar otra para
el sábado 3 de noviembre de 1934. La
revista “Caras y Caretas” del 25 de mayo
de 1935, en número extraordinario dedica-
do a Río Cuarto destacó a “Estratosfera”
como fino ejemplo de actividad artística.
Después de un importante paréntesis,
Quírici prepara un programa académico
que interpreta en el Cine Plaza y atrio del
Palacio Municipal para conmemorar “El
Día del Arte” dentro de los festejos de la
“Semana de Río Cuarto” durante el mes
de abril de 1937. En programa, la
Sinfónica con el preludio de “Il
Matrimonio Segreto” de Cimarosa. En
colaboración con el Pbro. José Pérez Ares,
director de la Schola Cantorum e integran-
do el grupo de niños al coro mayor, con
acompañamiento de orquesta ofrece
movimientos de “El Matrero” de Felipe
Boero. A continuación tres obras de Verdi.
Y de su autoría, “Melodía Campera” coro
“a capella” y solo de soprano; y “Canto de
Cuna” a cuatro voces y acompañamiento
de orquesta.
La inserción de Delfino Quírici dentro del
plantel docente del Conservatorio
Provincial, la conformación de la
Asociación Riocuartense de Conciertos
Vocales e Instrumentales y la revista musi-
cal Estratosfera, cimentaron su prestigio
y proyectaron sus dotes de director coral
en la agrupación que hoy con orgullo
ostenta su nombre.
Afectuosamente destacamos su vocación
por la enseñanza, sus dotes de composi-
tor, su compromiso como “concertino”
de la Filarmónica y su activa integración a
conjuntos de cámara, prestigiando con
ello conciertos y recitales en el marco de
los ciclos de música académica organiza-
dos por nuestra institución.
Fuente: Diarios El Pueblo y Justicia – Revista
“Caras y Caretas” (1935).
Revista Caras y Caretas
del 25 de mayo de 1935
con la actuación del coro
dirigido por D.Quirici.
7. El Corredor Mediterráneo / Página 7
reseña Alcoholes
del
crepúsculo
de Ernesto San Millán
Ediciones Gráficas. Río Cuarto, Córdoba.
Argentina (2019).
Elegir qué leer por placer nos
enfrenta a diversos escenarios, tan
azarosos como precisos, hay
encuentros, búsquedas, hallazgos,
referencias, accidentes para que un
libro descargue su gravedad miste-
riosa en las manos. Abrirlo y descu-
brir con la lectura su propuesta
artística, es una asombrosa expe-
riencia que aún no pudo sepultar la
tecnología.
“Alcoholes del crepúsculo” me
llegó una mañana como una cauti-
vante invitación a la lectura. Me lo
dejó Ernesto: tipeado a simple faz,
anillado, casi de 300 páginas. Fue
así que cada tarde de enero pasa-
do, tomaba el libro, cebaba mate y,
como en un rito, me sumergía en el
vertiginoso torrente del lenguaje
que proponía el autor, intuyendo
desde el primer capítulo el hilo con-
ductor entre “No Name”, su prime-
ra novela, y ésta: una lúcida voz, a
la manera de monólogo interior,
que se cuenta y nos cuenta, descri-
be escenas, sueños y diálogos con
una escritura que no da descanso al
lector, que paulatinamente lo atra-
pa, con un discurso elaborado por
una prosa que apela a la imagen
poética, tensando las cuerdas de la
sensibilidad humana.
La voz de Enrique Dublanc, el pro-
tagonista de esta historia, nos hace
viajar a través de laberintos alcoho-
lizados y atmósferas narcotizantes
en donde la calma y la quietud ago-
nizan. El personaje camina hacien-
do equilibrio sobre una cuerda ten-
sada por el lenguaje poético, deba-
jo el abismo nos seduce con el mag-
netismo del vacío, la caída inminen-
te, la búsqueda desesperada de un
arte del equilibrio existencial en un
mundo que no ofrece redes ni
garantías para quién lo pierde.
Caminar, intuir senderos para esca-
par de “…esa tragedia cotidiana,
que sólo consistía en permanecer y
respirar…”
Cada tarde de enero recordaba el
consejo a los lectores enunciado
por Nietzsche: “actitud de rumian-
te, ojos de pulidor de vidrio y tacto
de ciego, leer despacio, con profun-
didad y dedos delicados, rigurosi-
dad, sigilo; silencioso y pausado.”
Fue así que fui conociendo a los
personajes que acompañan a
Dublanc en esta travesía: Irene, la
Señora Mc. Kern y David Gornik. De
la primera transcribo una de las tan-
tas descripciones de la figura feme-
nina más relevante de la novela:
“…Irene es como un territorio
habitado por sueños o fragatas, esa
clase de personas que no se excu-
san, y de pronto se ausentan, y se
echan a volar con sus aletas, como
si se fueran de viaje...”. La presen-
cia de Irene es el contrapunto exis-
tencial desde donde Dublanc cons-
truye su universo, es imposible ima-
ginar la novela sin ella. Por otro
lado, el encuentro del personaje
principal en casa de la Señora Mc.
Kern, obra como un intermedio en
donde la experiencia con
Ayahuasca (yagé), junto a los diálo-
gos y vivencias, hace que Dublanc
pueda “...cerrar los ojos para con-
templar el mundo...”, establecien-
do una aguda crítica a la sociedad
contemporánea, así como una
tumultuosa mirada introspectiva
frente a la derrota de su cuerpo
abatido por el alcohol y la droga. En
el devenir de la trama la sentencia
de la Sra. Mc kern no tardará en
hacerse realidad: “- ¡Vos estás para-
noico! –dijo la Sra. Mc kern-.
Hacéme un favor –ordenó-, seña-
lando con el dedo en un gesto
escrutador e indicativo- “¡Dejá esa
basura!”. Si el tiempo te da la razón
–dijo- vas a terminar en un hospi-
cio…”. Es así que después de un
minucioso macerado narrativo
llega el encuentro entre Dublanc y
David Gornik en un hospital neu-
ropsiquiátrico. Los diálogos entre
ellos se convierten en la sustancia a
partir de donde “Alcoholes del cre-
púsculo” estructura su sentido y el
núcleo para pensar desde la filoso-
fía, el arte, la locura y la cordura a
las diferentes maneras o categorías
de entender la realidad y habitarla.
“Porque los tipos como Gornik se
pierden en el aire; nunca vuelven al
polvo original, van y regalan sus
cenizas a los desdichados, para
matar al olvido con el viento que
vendrá”.
En los capítulos finales el Dublanc
busca desenfrenadamente anclajes
que lo sostengan a la realidad a tra-
vés de titubeos contundentes o
conceptos resquebrajados por la
torpeza de las verdades transito-
rias con que logramos sostenernos
en un mundo que esmerila, con su
crudeza, los cerebros, despojados
de ataduras, que intenten pensarlo.
La tapa de “Alcoholes del crepúscu-
lo” luce de la mejor de las maneras
con la obra de Carlos Giorgis que,
desde lo visual, nos saluda e invita
con sus personajes, sumergidos en
un azul cautivante, a desplegar las
hojas de este libro para visitarlo e
intentar vivir, por un instante, den-
tro de la famosa frase de Jorge Luis
Borges: “La lectura debe ser una
forma de la felicidad”.
Leer es visitar otros destinos litera-
rios, en el recuerdo, o como un
imán para próximos abordajes
hacia otras obras literarias, ellas
forman parte de un entramado
construido por un colectivo de
voces que estallan como relámpa-
gos para entrever, en medio de la
oscuridad, a pleno sol, en medio de
la vida, en una tumultuosa noche o
en un diáfano atardecer, otras reali-
dades. Inevitable entonces leer
esta novela y no acordarse del per-
sonaje de “El Que Tiene Sed”, de
Abelardo Castillo o escuchar a
Dublanc y Gornik sin que resuenen
los diálogos entre un revoluciona-
rio y un homosexual en “El beso de
la mujer araña” de Manuel Puig,
pensar en Irene y pasar por alto la
relación entre La Maga y Oliveira en
“Rayuela” de Cortázar. La literatu-
ra construye delicadas tramas que
resuenan como lejanas campanas
de papel agitadas por el viento de
la memoria.
“Alcoholes del crepúsculo” nos
regala una vibrante historia narrada
desde la pulsión poética de la vida.
Tenemos en las manos una novela,
en donde más allá de los cruces
entre ficción y realidad o el destino
de los personajes, quien gana la
partida es la literatura, y eso, hay
que festejarlo.
Elijo para cerrar esta reseña una
frase de Enrique Dublanc:
“Mientras el mundo se cae a peda-
zos, me parece que no le estamos
prestando demasiada atención. Y
cuando lo hagamos será tarde, y
nada hay en la vida más terrible que
demasiado tarde”.
Marcelo Fagiano
8. El Corredor Mediterráneo / Página 8
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La Columna
humorsolini
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MUJERES INCÓMODAS
CASIA, LA SAFO BIZANTINA
Por Francisco Martínez Hoyos
Es uno de los personajes de la serie Vikingos, pero aparece trata-
do con tanta fantasía que es difícil reconocer al modelo real.
¿Quién fue Casia, la gran escritora de la Constantinopla medieval?
Si el imperio bizantino es prácticamente ignorado por el público
occidental, más se puede decir de la historia de sus mujeres. Solo
encontramos una excepción: Teodora, la enérgica esposa de
Justiniano el Grande. Pero si empezamos a escarbar aparecen
otras grandes figuras, como la historiadora Ana Comnena o Casia
de Constantinopla (c 805-c 867), considerada por la crítica como
la principal poetisa medieval en lengua griega. Por eso, se dicho
que fue la “Safo bizantina”, comparando así su importancia, que
no su orientación sexual, con la escritora de la Antigüedad clásica.
La edición bilingüe de un volumen con sus obras (Cátedra, 2019)
rescata del olvido a una mujer que se vio inmersa en las luchas reli-
giosas de su tiempo.
Desconocemos por completo su infancia pero sí sabemos que
pertenecía a una familia bien situada, relacionada con el ejército.
Su padre era Kandidatos, es decir, un oficial de la guardia palacie-
ga. Además, una hermana suya estuvo casada con un strategos,
un general. Instruida y hermosa, Casia, al llegar a la juventud, par-
ticipó en un concurso para elegir a la esposa del príncipe heredero
Teófilo. Se ha discutido mucho sobre si este acontecimiento suce-
dió o no. Por lo que parece, sí se trató de un hecho histórico y no
fue un caso aislado.
La crónica del historiador conocido como Pseudo-Simeón refiere
que el príncipe, atraído por Casia, se le acercó y le dijo provocati-
vamente: “a través de la mujer fluye la maldad”. Su comentario
era una alusión a la historia de Eva, supuesta culpable de introdu-
cir el pecado en el mundo. Seguramente, Teófilo quería dejar claro
que estaba en una posición de superioridad por ser hombre. No
contaba con que ella, aunque estaba nerviosa, no iba a dejarse
impresionar. Como tenía una formación excelente entendió la
referencia bíblica y respondió con una alusión a los Evangelios:
“pero a través de una mujer emana lo mejor”. El mensaje estaba
claro: Jesucristo no habría venido al mundo sin su madre, la Virgen
María.
Incapaz de tolerar que le llevaran la contraria, Teófilo prefirió ele-
gir otra novia. Su reacción no se explica solo por un sentimiento
machista sino por la complicada situación del momento, con un
imperio profundamente dividido por las luchas teológicas. El
soberano defendía con entusiasmo a los iconoclastas, los enemi-
gos de las imágenes religiosas. Casia, en cambio, pertenecía al
bando de los iconodulos, los veneradores de iconos.
A la muerte de sus padres, decidida a llevar una vida religiosa,
nuestra protagonista fundó su propio convento en
Constantinopla. En la práctica, debió limitarse a transformar su
casa en un lugar de recogimiento y oración. Esta era una práctica
habitual entre las damas de clase alta que enviudaban. De esta
forma, Casia lograba un doble objetivo: conseguía un espacio para
permanecer al margen de las turbulencias políticas y podía consa-
grarse con tranquilidad a la literatura.
La mayoría de sus versos pertenecen a himnos en honor de una
festividad religiosa o de diversos santos, muchos de ellos mujeres
como Bárbara, Pelagia o Tecla. Por esta temática, podemos supo-
ner que poseía una sensibilidad hacia los derechos femeninos. Así
lo da a entender la forma en que habla de personajes con un pasa-
do turbio, caso de María Egipciaca o Eudocia de Samaría, antiguas
prostitutas. Es posible que Casia tomara estos modelos porque
algunas novicias de su convento hubieran pasado por experien-
cias similares. Además, su obra contiene breves máximas de con-
tenido moral o satírico, en las que ataca vicios como la pereza, la
cobardía o el orgullo.
No se limitó al mundo de las letras puso música a sus poemas.
Nacieron así composiciones que se interpretaban a menudo en
los oficios religiosos, de forma que han llegado hasta nuestros
días con una razonable semejanza a las originales. En la actuali-
dad, la Iglesia ortodoxa la venera como santa cada 7 de septiem-
bre.
SUPLEMENTO CULTURAL DEL CENTRO
DECLARADO DE INTERÉS CULTURAL POR EL
CONCEJO DELIBERANTE DE RÍO CUARTO