El documento analiza las críticas hacia los libros de texto tradicionales, que transmiten información de forma unidireccional y reproducen valores e ideologías determinadas. Sin embargo, señala que no se debe buscar un libro de texto alternativo, sino diseñar una respuesta global utilizando diferentes materiales educativos, cada uno con funciones específicas, para satisfacer las necesidades de los estudiantes y apoyar las propuestas didácticas de los profesores.