Crónica de un viaje de aprendizaje y transformación docente
1. CRONICA I
TIT@ Y YO
Hola, soy Johanna Mosquera Cadena, maestra estudiante de la fase 2 del
programa de formación tit@, y a través de esta crónica intentaré dar cuenta de mi
pasar por este lapso de aprendizajes y des aprendizajes, de metas, retos, logros,
angustias y alegrías. La forma como contaré este proceso de crecimiento personal
no será conforme a un listado de sucesos, sino desde la mirada de mis sentires
que determinaron la marca de llegada respecto a la meta, la que ahora estoy
convencida de haberla alcanzado.
Inicialmente, cuando la propuesta llega a la escuela, la veo como una gran
oportunidad de aprender nuevas cosas, de remodelar mis técnicas de enseñanza
y ampliar mí base investigativa. Pero… pasadas un par de sesiones, comencé a
caer en momentos de desespero, deseando incluso que algo repentino generara
un cambio de MF, no por quien estaba a cargo de la formación, sino dada mi
angustia tras la multiplicidad de tereas por hacer a la espera de poder prolongar
las entregas. Sin embargo, mis deseos nunca fueron cumplidos y semana a
semana fui retomando el entusiasmo frente a las actividades, gracias al
acompañamiento de mis compañeros y mi MF.
Sobre mis aprendizajes debo mencionar que he encontrado múltiples fortalezas en
la implementación de cada concepto. Por ejemplo, el reconocimiento de modelos
como el TPAKC y el 1 a 1, me han permitido la generación de reflexiones que
actualmente permean cada una de mis prácticas e impulsos pedagógicos, los que
a su vez pudieron se acuñados mediante la buena esquematización del proceso
de formación, es decir, al ser visto de la mano con las apuestas que abanderan al
momento de contextualización establecieron un puente posible para mi
transformación docente y creo que también para la de mis compañeros. En este
punto, considero valiosa la oportunidad brindada por este proceso de formación
respecto a las cavilaciones que me llevaron a las cercanías de mi yo, mi yo
maestro, mi niño interior y las reconciliaciones consecuentes, creo que es
necesario e importante ese tiempo de introspección para cada uno de nosotros
dada la necesidad de desaprender cuestiones.
Frente al desaprender, eso me costó, por encima de las ganas de aprender, hubo
días en los que mi mente se encontraba abierta a la comprensión y al
entendimiento, pero definitivamente eran muchos los días en que simplemente no
pasa nada respecto a introducción de saberes ni mucho menos sobre prácticas,
pues estaba en intentando desmarañar la lista de tareas por cumplir de la que ya
me queje hace un rato, literalmente el desaprender costó, aunque a mi parecer
2. llegó. Llegó en forma de corrección a muchos de mis abismos pedagógicos y
sobre todo hacia la mayoría de mis cañones tecnológicos, en la medida en que me
permitía reconocer nuevas rutas de llegada hacia mis búsquedas y aplicaciones
mejorando mi experticia a la hora de proyectar cada transferencia de
conocimientos.
Sobre mis metas, retos y logros, puedo contar que me siento muy orgullosa del
producto reflejado en mi blog, resultante de todo este proceso. A mi blog le llamé
“Aprendiendo ando con tit@”, al principio su creación fue parte de una tarea más
por hacer y con el paso de los días se convirtió en un sitio de exploración
frecuente, en el que cada vez mi yo quería aprender a hacer nuevas cosas, como
modificar el tipo de letra, agregar nuevas producciones, registrar tareas, cambiar el
fondo de las paginas, y mucho más; en este he consignado cada una de mis
actividades y reflexiones dando cuenta de cada avance, y fue allí cuando el reto se
convirtió en un logro que me permitía paso a paso vislumbrar las metas
propuestas. Ahora, maravillosamente al ver los resultados depositados en este
medio de transferencia de información, que representa cada momento superado
(contextualización, apropiación, adopción, adaptación e implementación),
encuentro gran entusiasmo y recordación permanente para no hacer las cosas
igual que alguna vez, para no contemplar siquiera el proceso de enseñanza de
modo vertical dado que donde hay enseñanza también hay aprendizaje, siendo
este un ejercicio reciproco y no aislado, aunque no siempre lo veamos explicito.
Finalmente, puedo resumir, que este ha sido un proceso de importantes alegrías y
necesarias angustias que permitieron en mí establecer vínculos con diferentes
maneras de hacer, que han funcionado para muchos en el campo de la educación
y que están disponibles para mí en pro de apoyar a mis estudiantes en su deseo y
necesidad de aprender para lograr afrontar la necesidad de potenciar las
competencias que les permitirán enfrentar el mundo en este nuevo siglo.