El dragón quería dejar de asustar a los niños del pueblo y ser su amigo, pero los niños se mantenían alejados debido al mal aliento del dragón causado por su boca llena de azufre. Un niño pequeño le dijo al dragón que le gustaría jugar con él pero que su aliento olía muy mal. El dragón decidió lavarse los dientes desde entonces para que los niños pudieran ser sus amigos.