1. ¿CUÁNDO SÉ QUE TENGO
UN PROBLEMA DE FERTILIDAD?
La reproducción humana es un proceso ineficiente. Durante el primer año, la probabilidad
mensual de embarazo para una pareja, es solo del 20%. Esto significa que si este mes, cien
parejas buscan embarazarse solo veinte lo lograran. Las otras ochenta tendrán que intentarlo
al mes siguiente, o al siguiente. Por lo tanto una pareja que lleve solo, uno, dos o tres meses
intentando quedar en embarazo sin lograrlo, no debe pensar que tiene un problema.
ENTONCES: ¿CUÁNTO TIEMPO SE DEBE ESPERAR?
Si bien la probabilidad de embarazo por mes es baja, la probabilidad de embarazo a largo
plazo es buena. Si las mismas cien parejas que buscan embarazo, persisten en su búsqueda
durante un año, al terminar este año, se habrán embarazado al menos ochenta de ellas. Para
las veinte parejas que luego de un año de búsqueda no han logrado embarazarse, el panorama
no es tan bueno. Para ellas el porcentaje de embarazo mensual durante el segundo año cae al
5%. En este momento estas parejas deben buscar ayuda profesional.
RECOMENDACIÓN:
Si después de tener relaciones sexuales durante un año, sin utilizar ningún método de
planificación, no se ha logrado un embarazo, se debe consultar un especialista de fertilidad.
Una excepción a esta recomendación, son las parejas de edad mayor. Con el transcurso de los
años la fertilidad comienza a declinar. Esto es cierto, tanto para el hombre como para la
mujer. Desafortunadamente, ocurre en forma más temprana para la mujer que para el
hombre. En la mujer, después de los 35 años comienza a ser notoria la disminución de la
fecundidad y luego de los 39 años el proceso se acelera. En el hombre ocurre un proceso
similar pero a edad más avanzada.
Para las parejas en las que la mujer sea mayor de 35 años o el hombre mayor de 55 años, la
recomendación es consultar luego de 6 meses de búsqueda infructuosa de la gestación.
En algunos casos, las parejas pueden sospechar que tienen problemas para embarazarse,
debido a sus antecedentes médicos y para ellas es recomendable consultar lo más rápido
posible. Algunos de estos casos son:
En una relación de pareja anterior no se logró un embarazo a pesar que no se evitó.
Se tiene una enfermedad metabólica como diabetes, o enfermedad de la tiroides.
2. Ha tenido cirugías abdominales anteriores, como por ejemplo por apendicitis, peritonitis,
embarazos ectópicos o quistes de ovario. En estas situaciones puede existir obstrucción de
los conductos (trompas) de Falopio.
La mujer tiene ciclos menstruales irregulares. Esto puede significar problemas de
ovulación.
La mujer presenta salida de leche sin haber tenido un parto reciente. Esto significa que hay
un trastorno con la hormona de la lactancia (prolactina) lo cual a su vez produce problemas
de ovulación.
Se ha utilizado Dispositivo Intrauterino, el cual aumenta el riesgo de obstrucción de las
trompas de Falopio.
El hombre ha tenido trauma o varices testiculares, lo cual puede afectar la producción de
espermatozoides.
Hay ausencia de eyaculado.
Existe exceso de peso o bajo peso. Ambos extremos causan desarreglos en las hormonas
de la reproducción.
Si no existen ninguna de las condiciones anteriores, pero la pareja tiene una gran
preocupación por su futuro reproductivo, vale la pena consultar de todos modos. Un
especialista puede realizar algunos exámenes sencillos, que aclaren la situación y tranquilice a
la pareja.
Los exámenes básicos de fertilidad son tres:
Espermograma. Examen del semen para describir la cantidad y calidad de los
espermatozoides del hombre.
Detección de la ovulación para saber si la mujer produce oocitos maduros cada mes.
Medición de las hormonas (progesterona) en la sangre el día 21 del ciclo.
Examen de las trompas de Falopio. Para detectar obstrucción o adherencias en el sistema
reproductor de la mujer. Puede realizarse mediante una radiografía con medio de
contraste o por medio de una laparoscopia.
Una vez se tienen los resultados de estos exámenes puede planearse cuál es el mejor
tratamiento para lograr un embarazo.