1. CURIOSIDADES SOBRE
LOS NÚMEROS
Textos extraídos de “JUEGOS DE INGENIO”
Editado por RBA Coleccionables S.A. 2008
2. Los nombres en el Imperio
Romano
Los romanos les ponían nombre
propio a sus hijos, pero sólo
hasta el cuarto; a partir de éste,
los numeraban: quintus (quinto),
sextus (sexto), octavius (octavo),
decimus (décimo). En el caso de
familia numerosa no era raro
que a un hijo le tocara llamarse
numerius (numeroso)
3. Los grandes números
En la Antigüedad no se contaba más allá
de unos cuantos miles. En realidad
tampoco había tantas cosas para contar, y
cuando alguien quería exagerar decía que
había “más que las estrellas”. El número
“un millón” no aparece hasta la Alta edad
Media y es una palabra latina que significa
“gran millar” o “mil veces mil”. Está claro
que para entonces los astrónomos habían
empezado a contar las estrellas y el
volumen de negocio de los mercaderes
iba en aumento. Los billones y los trillones
tardarían todavía mucho en llegar.
4. El cero, un invento genial
Los árabes habían traducido la palabra sánscrita Sunya
por Sirf, que también significaba “el vacio”, pero cuando
en el siglo XII se introdujo el cero en Occidente, el
término árabe se latinizó adquiriendo diversas
modalidades como Sifra, Cifra o Tzphra. Sin embargo, el
mundo cristiano se le llamó durante mucho tiempo, “el
número infiel”.
Actualmente la mayoría de las lenguas occidentales
utilizan el término cifra para designar a cualquiera de los
signos de la numeración escrita.
En castellano se emplea la palabra “cero” que proviene
del italiano “zero”, término que significa “nulidad”.
5. La primera calculadora
La primera calculadora portátil de la historia data del
siglo I a C., la utilizaban los romanos y consistía en un
ábaco construido en una pequeña tabla metálica en la
que había unas ranuras paralelas por las que podían
deslizarse un conjunto de bolitas de igual tamaño.
A finales de 1946 tuvo lugar en Tokio una competición
de cálculo entre Kiyoshu Matzukai, un oficial contable
japonés experto en el uso del ábaco, y una
computadora de la época durante dos días completos.
El resultado fue de 4 a 1 a favor del abacista, que falló
en las multiplicaciones.
6. ¿Cómo estudiar matemáticas en la
Edad Media?
En la Edad Media, si un padre quería
que su hijo llegara a ser un buen
calculista debía costearle un largo
viaje de estudios por Europa. Si el
joven quería especializarse en el
“cálculo”, debía estudiar en
universidades alemanas o francesas
para aprender a sumar o restar, pero
debía acudir a las escuelas italianas
si lo que ambicionaba era aprender a
multiplicar o dividir.
7. El enigma de la edad de Diofanto
“Esta es la tumba que guarda las cenizas de
Diofanto. Es verdaderamente maravillosa,
porque gracias a un artificio geométrico,
descubre toda su existencia. Dios le
permitió ser niño durante 1/6 de su vida;
luego de 12 sus mejillas se cubrieron de
barba; después de 1/7 se encendió la llama
del matrimonio, del que , a los 5 años, tuvo
un hijo…. Que murió apenas llegó la mitad
de la vida alcanzada por su padre, el cual
vivió 4 años más… con investigaciones
sobre la ciencia de los números”
8. Izquierda y derecha en la naturaleza
Las preferencias izquierda y derecha se manifiestan
de forma muy patente en la naturaleza. Cuando se
vacía un recipiente, el agua forma un remolino en el
sumidero que gira en sentido contrario a las agujas
del reloj, como se puede comprobar en la cocina o en
el cuarto de baño. Pero esto sucede aquí, en el
hemisferio norte. Si estuviéramos en Argentina, por
ejemplo, veríamos cómo lo hacen en sentido
contrario. Este es un fenómeno debido a la llamada
aceleración de Coriolis, que aparece cuando un
cuerpo se mueve en la superficie de otro que está
girando.
9. El meridiano de Greenwich
En 1884 se celebró en Washington el Congreso
Internacional del Meridiano, en el cual se
estableció, por un acuerdo suscrito por 26 países,
que el Meridiano de Greenwich sería a partir de
entonces el meridiano cero o primer meridiano
que se tomaría como referencia para los husos
horarios de todo el mundo. A pesar de ello, los
franceses siguieron considerando, hasta finales de
1911, que el meridiano cero era el que pasaba por
el Observatorio de París.
10. Un problema de altura
En un viaje que Thales de Mileto
hizo a Egipto le pusieron esta
prueba:
“Ser capaz de determinar con
precisión la altura de una pirámide”.
Thales clavó su bastón en el suelo a
cierta distancia de la pirámide y
esperó a que la longitud de su
sombra coincidiera con la altura.
Ahora, dijo, no tenemos más que
medir la longitud de la sombra de la
pirámide y sabremos su altura.
11. La milla
La expansión del Imperio
Romano llevó a la utilización
de una medida estándar que
era el numero de pasos que se
daban para recorrer una
determinada distancia. Se
estableció en unidades de mil,
de forma que se decía que
había recorrido una cierta
cantidad de millia pasum,
unidad de la cual derivó la
milla inglesa.
12. Textos extraídos de “JUEGOS DE INGENIO”
Editado por RBA Coleccionables S.A. 2008