Los CFDs (contratos por diferencia) permiten invertir en activos financieros como acciones, índices, materias primas y divisas sin poseerlos realmente. Se basan en la diferencia entre el precio de apertura y cierre de una posición. Ofrecen apalancamiento, por lo que solo se requiere un pequeño depósito como garantía. Pueden operarse a la alza o a la baja para aprovechar las tendencias de los mercados de forma flexible las 24 horas en múltiples mercados globales.