El documento contrasta la modernidad sólida con la posmodernidad líquida. La modernidad sólida se caracteriza por instituciones fuertes que vigilan y castigan para mantener el orden, mientras que la posmodernidad líquida no tiene límites de espacio o tiempo y se adapta a la estructura. Los niños tienen una "tecnoidentidad" y viven conectados, mientras que las instituciones ya no aseguran el poder sino que lo pierden a medida que cambian las bases sociales.