La dependencia primario-exportadora del Ecuador ha sido un problema desde los inicios de la república, pues ha provocado que su economía sea altamente vulnerable a shocks económicos externos, principalmente vinculados con la volatilidad de los precios internacionales de las materias primas. Esta vulnerabilidad ha limitado la capacidad de planificar y ejecutar planes de desarrollo en el mediano y largo plazo, y ha afectado significativamente el desarrollo del país.