La educación en el imperio inca se caracterizó por ser principalmente práctica y no formal, transmitida de generación en generación por padres y ancianos en el hogar y comunidad. Los niños recibían enseñanzas sobre agricultura, artesanía, moral y religión apropiadas para su nivel social. El imperio estaba organizado en provincias y unidades más pequeñas donde cada grupo etario, incluidos los niños, tenían tareas específicas como la construcción, cultivo o pastoreo que cumplían como forma de pago de impuestos. Los