3. “ Después de este soneto, tuve una admirable visión, en la que vi cosas que hicieron que me propusiera no decir más de esta bendita hasta que yo pudiera más dignamente tratar de ella. Y para llegar a ello estudio cuanto puedo, así como ella lo sabe de verdad. De modo que si pluguiere a aquel por quien todas las cosas viven, que mi vida dure por algunos años, espero decir de ella lo que nunca fue dicho de ninguna . Y después quiera aquel que es sire de la cortesía, que mi alma puédase ir a ver la gloria de su dama.” Dante, Vita Nova, XLII
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5. CRONOTOPO DANTESCO “ Dante emprendió en la Divina Comedia la tarea de presentar la totalidad del mundo terrenal e histórico como ya ordenado , como ya sometido al juicio final de Dios, y con ello colocado en el lugar que le corresponde propiamente según el juicio divino, de manera que a cada uno de los personajes no se le arrebata ni se le debilita su carácter, sino que se le asigna el desarrollo individual de su naturaleza terrenal e histórica identificándolo con su destino final .” Erich Auerbach
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7. Divina Comedia, Canto V: Francesca de Rimini y Paolo Malatesta “ El amor, que se apodera pronto de los corazones nobles, hizo que éste se prendase de aquella hermosa figura que me fue arrebatada del modo que todavía me atormenta. El amor, que al que es amado obliga a amar, me infundió por éste una pasión tan viva que, como ves, aún no me ha abandonado. El amor nos condujo a una misma muerte . El sitio de Caín espera al que nos quitó la vida”.
8. Dante, hombre y Dios Dante comprende y no perdona; tal es la paradoja insoluble. Yo tengo para mí que la resolvió más allá de la lógica. Sintió (no comprendió) que los actos del hombre son necesarios y q ue asimismo es necesaria la eternidad, de bienaventuranza o de perdición, que éstos le acarrean. J. L. Borges
12. INFIERNO PURGATORIO PARAÍSO TERRESTRE LOS TRES MUNDOS Los Cielos son los estados superiores del ser; los Infiernos, como su nombre mismo lo indica por lo demás, son los estados inferiores; y, cuando decimos superiores e inferiores, eso debe entenderse en relación al estado humano o terrestre, que se toma naturalmente como término de comparación, porque es el que debe servirnos forzosamente de punto de partida. René Guénon
16. INFIERNO, CANTO I A la mitad del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura , por haberme apartado del camino recto
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19. Un gran libro como la Divina Comedia no es el aislado o azaroso capricho de un individuo; muchos hombres y muchas generaciones tendieron hacia él. Investigar sus precursores no es incurrir en una miserable tarea de carácter jurídico o policial; es indagar los movimientos, los tanteos, las aventuras, las vislumbres y las premoniciones del espíritu humano. J. L. Borges
20. LA VISIÓN DE FURSA Fursa fue un asceta irlandés que había convertido a muchos sajones. En el curso de una enfermedad fue arrebatado por los ángeles en espíritu y subió al cielo. Durante la ascensión vio cuatro fuegos que enrojecían el aire negro, no muy distantes uno de otro. Los ángeles le explicaron que esos fuegos consumirán el mundo y que sus nombres son Discordia, Iniquidad, Mentira y Codicia. Los fuegos se agrandaron hasta juntarse y llegaron a él; Fursa temió, pero los ángeles le dijeron: No te quemará el fuego que no encendiste. En efecto, los ángeles dividieron las llamas y Fursa llegó al paraíso, donde vio cosas admirables. Al volver a la tierra, fue amenazado una segunda vez por el fuego, desde el cual un demonio le arrojó el alma candente de un réprobo, que le quemó el hombro derecho y el mentón. Un ángel le dijo: Ahora te quema el fuego que has encendido. En la tierra aceptaste la ropa de un pecador; ahora su castigo te alcanzará. Fursa conservó los estigmas de la visión hasta el día de su muerte.
21. “ La visión del viaje hecho por Fursa a los infiernos, en edición medieval de la obra del santo, hubiera podido fácilmente ser el motivo de inspiración que indicó el camino al autor de la Divina Comedia, quien, lo mismo que Colón, mereció los honores de la posteridad, por ser el último en hacer la pintura de las tres regiones del alma” James Joyce
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23. Dante elige una experiencia total de conocimiento de su ser desde la imaginación y desde el sueño que lo introducen en la selva oscura. Es decir, el destino que Dante da a Ulises como titán, también se lo atribuye a sí mismo. Dante ve de frente a Dios, juzga a la manera de él, le da voz como si fuese un inspirado o un profeta. J.L. Borges CANTO XXVI
24. Segunda Odisea (Constantino Kavafis) Odisea segunda y grande, mayor quizás que la primera. Pero ay, sin Homero, sin hexámetros. Era pequeña su casa paterna era pequeña su ciudad paterna y toda su Ítaca era pequeña. La ternura de Telémaco, la fe de Penélope, la ancianidad del padre, sus antiguos amigos, el amor del abnegado pueblo, el feliz reposo del hogar, penetraron cual rayos de alegría en el corazón del navegante. Y cual rayos se apagaron.
25. La sed del mar se despertó dentro de él. Odiaba el aire de la tierra firme. Su sueño turbaban por la noche los fantasmas de Hesperia. Lo venció la nostalgia de los viajes, y de las llegadas matinales a los puertos donde, con qué alegría, entras por primera vez. La ternura de Telémaco, la fe de Penélope, la ancianidad del padre, sus antiguos amigos, el amor del abnegado pueblo, y la paz y el reposo de la casa lo aburrieron. Y se marchó.
26. Cuando las costas de Ítaca se desvanecían poco a poco frente a él y navegaba hacia occidente a toda vela, hacia Iberia, hacia las columnas de Hércules,- lejos de todo mar aqueo-, sintió que revivió, que arrojó las pesadas ataduras de cosas conocidas y domésticas. Y su corazón aventurero se regocijaba fríamente, vacío de amor.
27. Dante era teólogo; muchas veces la escritura de la Comedia le habrá parecido no menos ardua, quizá no menos arriesgada y fatal, que el último viaje de Ulises. Había osado fraguar los arcanos que la pluma del Espíritu Santo apenas indica; el propósito bien podía entrañar una culpa. Había osado equiparar a Beatriz Portinari con la Virgen y con Jesús. Había osado anticipar los dictámenes del inescrutable Juicio Final que los bienaventurados ignoran. J.L. Borges
28. ¡No conozco nada más miserable bajo el sol que vosotros, dioses! Pobremente sustentáis con sacrificios y aliento de oraciones vuestra majestad, y moriríais si pordioseros y niños no enloqueciesen de esperanza (…) Aquí estoy y me afianzo; formo hombres según mi idea; un linaje semejante a mí, que sufra, llore, goce y se alegre, ¡y que no te respete, como yo! Goethe PROMETEO: UN TITÁN