La división internacional del trabajo en América Latina en la segunda mitad del siglo XIX llevó a la especialización de las economías en la producción de alimentos y materias primas para su exportación a cambio de manufacturas. Esto tuvo consecuencias sociales, políticas y económicas devastadoras para la región, incluida la sobreexplotación de los trabajadores y el despojo de tierras de los pueblos indígenas. Las potencias europeas y Estados Unidos promovieron esta división del trabajo para su propio beneficio estratégico y econ