El documento describe cómo la experiencia laboral cambia la perspectiva de cómo se recibió la formación y cómo las cosas realmente aprendidas son las puestas en práctica diariamente con las personas a las que se está formando. También reconoce que al salir del entorno de formación y enfrentarse a problemas reales, uno se da cuenta si valió la pena todo el esfuerzo y si estar enseñando es una vocación más que un deber.