El arte desde la primera infancia brinda diversos beneficios físicos, emocionales e intelectuales a los niños, ayudándolos a desenvolverse mejor en la sociedad. Estimula el desarrollo del cerebro, mejora la capacidad de expresión, fomenta el diálogo y el respeto por los demás. Además, el arte es una forma para que padres e hijos se comuniquen y se conozcan mejor.