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El gobierno de colombia versus el gobierno de venezuela
1. El Gobierno de Colombia Vs. El Gobierno de Venezuela
En pasado reciente escribì dos artículos (“El mandadero” y “El mandadero segunda parte”). En
los mismos tipifiqué la posición del señor presidente de Colombia, Ivàn Duque Márquez,
respecto a la situación que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela. En resumen: ejerce
como corifeo de la politica de Donald Trump para Amèrica Latina y, particularmente, respecto al
gobierno de Nicolàs Maduro Moro.
El día martes 29 de abril de 2019, Juan Guaidò, quien se ha autoproclamado (con la ayudantía
del gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, de los gobiernos que integran el denominado
Grupo de Lima y de algunos países de la Unión Europea) presidente interino de la República
Bolivariana de Venezuela; realizó burda maniobra de “liberación” de Leopoldo López, apoyado
por un exiguo número de militares venezolanos en la base “La Carlota en Caracas. Por esta
misma vìa, convocó a alzamiento general de la población y de la cúpula militar para derrocar a
Nicolàs Maduro.
En elemental análisis del hecho, queda claro que la opción propuesta por Juan Guaidò, no
es otra cosa que delito asimilado a lo que en Colombia se denomina rebelión. Es
decir, la convocatoria, debe ser entendida como posición en contravía del mandato
constitucional en Venezuela. Nicolàs Maduro Moro, es el presidente. Por lo tanto, entonces,
cualquier acción que pretenda deponerlo tiene que ser entendida por fuera de la normatividad
vigente. En Venezuela y en cualquier país del mundo, constituye delito. Quien o quienes la
promuevan son sujetos inmersos en el mismo y deben ser procesados en el contexto del poder
judicial y sus instrumentos jurídicos vàlidos y vigentes
Ahora bien, existe un agravante: Juan Guiadò actúa con el respaldo de gobiernos extranjeros.
De por sí, esto, constituye otro delito asimilado a traición a la patria. Por lo mismo que
se configura una confabulación con esos gobiernos extranjeros para actuar en contra del
gobierno legítimo, en este caso, de la República Bolivariana de Venezuela.
Desde mi opción conceptual y politica precisa, escribì un artículo “Nicolasito, a propósito
de una revolución socialista espuria”. En el mismo tipifico al gobierno de Nicolàs
Maduro y,, en general, el denominado movimiento politico chavista; como una
opción politica, económica e ideològica en contravía de los postulados del marxismo
ortodoxo, teoría absolutamente necesaria, tratàndose de cualquier revolución
socialista cierta, creíble.
Quiere decir lo anterior que no postulo una defensa del gobierno actual en Venezuela. De lo
que se trata, al menos de mi parte, es de señalar que el presidente de la República de
Colombia, ha venido ejerciendo como idiota útil en el proceso liderado por el presidente
de Estados Unidos de Norteamérica, de los integrantes del Grupo de Lima y de algunos países
de la Unión Europea. Ha auspiciado el éxodo hacia nuestro país de venezolanos y venezolanas;
por la vìa impropia del populismo aberrante; aprovechándose de las necesidades de un
amplio sector del pueblo venezolano. Inclusive, modificando la estructura
económica de nuestro país (ver mi artículo “Flexibilización de la regla fiscal”). Es
absolutamente claro que Colombia no tiene la capacidad económica ni de
infraestructura para soportar el impacto causado por el ingreso masivo de población
venezolana. Ni siquiera en nuestro propio país, sucesivos gobiernos, han logrado
superar las inmensas desigualdades. Como prueba de ello està la situación en todo
el pacífico chocoano, en los departamentos de Nariño , Cauca y Valle del Cauca (ver
mi escrito sobre Buenaventura). Santa Marta no tiene servicio de acueducto;
Cartagena sigue partida en dos: la de mostrar a turistas y aquella en donde no
existe ni acueducto, ni alcantarillado. La Guajira sigue sin agua. A líderes y lideresas
2. sociales los siguen matando de manera general y selectiva. Los y las indígenas
siguen siendo tratados como si fuesen quistes que es necesario extirpar (ver mi
artículo “Dónde està el presidente”).
Además, el gobierno de Ivàn Duque Márquez, no ha honrado el compromiso inherente a
relaciones exteriores entre los países. Al respeto de la inmunidad diplomática. Prueba de ello,
tiene que ver con su actitud permisiva ante la violentación de la sede del Consulado
de Venezuela en Bogotá D.C., promovida por manifestantes venezolanos el día 29 de
abril de 2019.El hecho de la ruptura oficial de relaciones de Colombia con la República
Bolivariana de Venezuela, no constituye justificación. Tanto la sede de la embajada y de los
consulados, siguen teniendo el estatus que le confiere la normatividad internacional.
Corresponde al pueblo venezolano, de manera soberana, luchar por superar la
honda crisis politica, económica y social hoy vigente en la República Bolivariana de
Venezuela. Nosotros, como colombianos, no podemos validar la opción propuesta por el
presidente Ivàn Duque Márquez. Por lo mismo que, esa opción, es constitutiva de
injerencia ilegítima en los asuntos internos de Venezuela. Esa opción no està
centrada en reivindicar el derecho internacional humanitario. Es, màs bien, la
participación irresponsable en la orquestación muy propia de lo que ha sido la politica de
sucesivos gobiernos de Estados Unidos de Norteamérica, con respecto a Amèrica Latina; para
hablar del caso que hoy resalto y que motiva este escrito