LA ECUACIÓN DEL NÚMERO PI EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS. Por JAVIER SOLIS ...
Comparación de las filosofías de Descartes y Nietzsche
1. Belén Camacho – IES Almenara – Vélez Málaga
Comparación Descartes – Nietzsche
El Racionalismo que inaugura Descartes va a tener su contestación,
dentro de la Filosofía Contemporánea, en el Vitalismo de Nietzsche.
Nietzsche ve a Descartes como otro representante más de la Cultura
Occidental que da la espalda a la auténtica realidad, cuyos valores
fundamentales se defendían en la Grecia Clásica, y la sustituye otra en la que
se ensalzarán el uso de la razón, la búsqueda de la Verdad, los conceptos
absolutos, el ideal ascético y lo trascendente. Por eso en su obra vemos,
primero, una crítica a la Filosofía, la religión Judeo-cristiana y la ciencia y, en
segundo lugar, una propuesta ética que intenta superar los problemas a los que
el hombre del siglo XIX se enfrenta.
Nietzsche nos contará en El nacimiento de la tragedia que en la
Grecia clásica imperaban las ideas de:
- que la vida era trágica y estaba formada por fuerzas apolíneas (del
orden, la armonía, que gobernaban usando la razón) y dionisíacas (que
ensalzaban la vida, el azar, el caos, las pasiones, el disfrute y el sufrimiento)
- la moral de señores era preferible a la de los esclavos.
- La vida, valor fundamental, era cambio y el tiempo se concebía de
forma circular, como un eterno retorno.
Usará el método genealógico para contarnos cómo estas ideas se
abandonaron y fueron sustituidas por las de la Cultura Occidental: La Cultura
Occidental surge como miedo a la vida y acaba en el nihilismo. Todos sus
valores son falsos valores, cuando éstos se derrumben llegará el nihilismo
pasivo y la negación de la vida misma y el hombre perderá el sentido de la
existencia, su vida quedará sin rumbo, sin meta.
En Filosofía, dice Nietzsche, frente a los valores de la Grecia Clásica,
Descartes:
- Ensalzará la razón como la única fuente de conocimiento.
- Entenderá al mundo como un cosmos inteligible que el hombre va a
poder conocer por completo, TODO entero.
- Va a buscar la Evidencia, el conocimiento absoluto.
- Defiende la importancia de un método para obtener conocimiento
evidente, absoluto, objetivo.
- La matemática y su método deductivo serán el modelo a seguir.
- En moral, va a defender una moral provisional que siga el
comportamiento de la mayoría.
- Dios, como Ser Perfecto, sustancia que crea a las otras y garantiza la
verdad de todo conocimiento.
2. Belén Camacho – IES Almenara – Vélez Málaga
- El hombre, aunque constituído por dos sustancias, es
fundamentalmente pensamiento.
- Y todo esto no es más que síntoma del odio a la vida y al mundo,
síntoma de un espíritu decadente que lucha por combatir/anular los
instintos.
Salvo Heráclito, todos los filósofos han contribuido a defender este
espíritu de decadencia que usa los grandes conceptos metafísicos como
trampas del lenguaje para construir una ficción vacía, una realidad
trascendente que es inventada (los conceptos de ser, yo, cosa en sí, causa,
sustancia, Idea,…)
Frente al Racionalismo de Descartes, Nietzsche va a proponer su
Vitalismo:
- Epistemológicamente:
- No es la razón la que nos va a permitir conocer lo que hay sino los
sentidos, que nos harán ver la realidad material, que cambia,
particular como la única que existe.
- usa el método genealógico para estudiar esos cambios, porque es el
único que contempla todas las circunstancias, todos los cambios.
- Este método nos aporta un conocimiento más amplio sobre el
mundo, pero nunca universal ni objetivo. El conocimiento depende de
la perspectiva de cada uno y es fenoménico.
- También Nietzsche defenderá que no son los grandes conceptos
(Sustancia, Dios, Ley general, Verdad Absoluta, Evidencia) los que
permiten al hombre conocer lo que hay. Antes bien, son conceptos
vacíos que engañan al hombre haciéndole ver que su existencia
depende de ellos (Dios es garante de nuestro conocimiento, Las res
cogitans y extensa dependen de Dios para existir…)
- En el siglo XIX, Nietzsche afirma “Dios ha muerto” porque ninguno de
estos grandes conceptos le sirven ya para orientar su vida.
- La ciencia occidental, abogando por las cualidades primarias, la
matemáticas y la razón para explicar científicamente la realidad
(Platón aboga por el uso de la razón, el conocimiento de las
matemáticas (=Dianoia); Galileo – El mundo está escrito en lenguaje
matemático), persigue conocer las leyes generales que imperan en la
Naturaleza y deja a un lado la explicación del cambio, los casos
particulares, la atención a lo material y sensible.
- La manera de hablar de la realidad es a través de la metáfora, la
música o el arte porque transmiten mejor el cambio que los
conceptos universales porque el lenguaje fija la realidad falseándola.
La Verdad es otra mentira, otra construcción engañosa de la Cultura
Occidental.
3. Belén Camacho – IES Almenara – Vélez Málaga
- Ontológicamente:
- la realidad del mundo “aparente”, material, el mundo verdadero es el
que se capta por los sentidos (fenomenismo=el fenómeno, lo que
vemos es lo que hay) y que no podemos conocer objetivamente sino
desde nuestra perspectiva (perspectivismo= no hay hechos, sino
interpretaciones; no hay cosas en sí, sino perspectivas)
- -El mundo aparente está sometido al cambio continuo y consta de
circunstancias particulares que son las que hay que estudiar.
- Antropológicamente:
- Para Nietzsche el hombre está formado por cuerpo, no por cuerpo y
alma y ha de ser fiel a la tierra, atender a sus sentidos, a sus
pasiones para vivir dignamente.
- Éticamente:
Frente a la moral provisional de Descartes, Nietzsche estudia la
evolución de la moral: En un primer momento, bueno era identificado con noble
y aristocrático y malo con simple, vulgar y plebeyo, pero la religión
judeocristiana ayuda a los que son considerados malos a realizar una
transmutación en la que ellos pasan a considerarse buenos y los nobles,
malvados: Los miserables son los buenos, los pobres, los impotentes, los que
sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes son los únicos piadosos, los
únicos benditos de Dios.
Por tanto, la moral cristiana surge como resultado de la rebelión de los
esclavos y es producto del resentimiento contra la vida, producto de un hombre
mediocre, que no destaca. Pero llegará un día en que se produzca una nueva
transvaloración y, yendo más allá del bien y del mal, se recobre la primitiva
inocencia y aparezca el superhombre reivindicando la validez de la moral de
señores de nuev
Para Nietzsche, la Vida en continuo cambio es la realidad radical. La
actitud correcta ante esto es la del niño, el artista que juega/crea/busca su
propio camino asumiendo que el tiempo es circular, un Eterno Retorno que hay
que enfrentar de forma activa (Nihilismo activo)
El hombre auténtico no es el científico que intenta conocer la realidad
centrándose solo en una parte de ella, las cualidades primarias, que una vez
realizado el ascenso dialéctico, vuelve a enseñar a sus conciudadanos,
tampoco el último hombre, el hombre del siglo XIX que desarrolla una actitud
de nihilismo pasivo ante la vida (=Dios ha muerto, luego ya nada tiene sentido.
No hay valores por los que regir mi vida, por los que merezca la pena luchar)
sino el Superhombre que se salva a sí mismo poniéndose en el lugar de los
4. Belén Camacho – IES Almenara – Vélez Málaga
grandes valores occidentales caídos (Dios, la Verdad, el Bien,…) y se convierte
en dios, un dios terrenal, el Anticristo, Zaratustra que se encara a la realidad, a
la Vida, usando su Voluntad de Poder y crea nuevos valores con los que ser fiel
a la Tierra (=a la vida, a los instintos y al cambio).
La Voluntad de poder es el poder de los creadores, de los artistas, no
fuerza a nadie a seguirlo, se opone a la voluntad de igualdad. Cuanto más
poderosa sea una vida más impondrá la jerarquía y la desigualdad, cuanto más
débil e impotente, más tratará de imponer la igualdad, que es un intento de
reducir todo lo excepcional y original a ordinario y mediocre. Tampoco igualdad
es sinónimo de justicia, como han querido defender la Filosofía y la Religión
afirmando que todos somos iguales ante Dios.
La voluntad de Poder permite la libertad verdadera, creadora, sin
ataduras, representa la existencia como aventura y juego, es el natural y
sincero decir sí a la vida.