El documento habla sobre el humanismo francés y algunos pedagogos notables de Francia como Francisco I, Rabelais, y Montaigne. Resalta que Rabelais criticó la educación formalista de su época y promovió una educación más práctica, mientras que Montaigne consideraba que el conocimiento que viene solo de los libros es insuficiente y abogaba por una educación basada en la vida real.