Europa dominó el mundo en el siglo XIX aprovechando su superioridad técnica, financiera y militar. Necesitaba nuevos mercados y materias primas para su producción, y la política colonial permitía emigrar y expandirse territorialmente. Dividió África y Asia en colonias que organizó para controlar y explotar sus recursos. Gran Bretaña y Francia lideraron la colonización y crearon grandes imperios, mientras que también Estados Unidos y Japón iniciaron su expansión colonial. Las colonias sufrieron transformaciones económicas, sociales y