(psicología)

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El juego de la motivación.
motivarse y motivar.
Autor: Santiago Scheele Izquierdo
• Consultor-Coach (Escuela de Inteligencia).
• Director de Estudios del Experto Universitario en Coaching Deportivo (Escuela
de Inteligencia – UCJC).
• Master en Coaching por la Universidad Camilo José Cela. (Madrid).
• Certificado por la International Coaching Community (ICC). Joseph O´Connor.
• ¿Qué mueve a un futbolista
a someterse a duros
entrenamientos, a competir
contra otros rivales, a llevar
un estilo de vida en el que
tiene que hacer muchas
renuncias de tipo personal?
• ¿Qué mueve a los miembros
de un grupo cuando son
capaces de aunar esfuerzos y
trabajar en equipo?
La explicación a estas preguntas está
relacionada directamente con factores que
tienen que ver con la motivación.

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Para entender los entresijos del arte de motivar es necesario que conozcamos la diferencia entre los
términos motivación, estar motivado y motivar.
La palabra motivación proviene del latín motivus (movimiento) y el sufijo –ción (acción y afecto). Motivus
también es la base de las palabras: motivar y motivo.
Podríamos definir la motivación como “La dirección e intensidad del esfuerzo” (Sage, 1977)
• La dirección del esfuerzo hace referencia a la orientación hacia donde se encamina el esfuerzo.
• La intensidad del esfuerzo tiene que ver con la cantidad de empeño o trabajo que se invierte en la
consecución de un objetivo.
“Es la situación emocional que se produce en una persona cuando existe un estímulo o incentivo
que le satisface una necesidad y le hace desarrollar una conducta determinada”. (Urcola, 2008)
Conviven y se interrelacionan factores personales y factores situacionales:
1. LAS 3MS. MOTIVACIÓN, MOTIVADO Y MOTIVAR. Cada deportista se encuentra en una situación
diferente, por lo que:
1. Valorará unas necesidades más que otras.
2. Sus expectativas serán diferentes.
3. Valorará las recompensas de manera
diferente.
Por otra parte, las motivaciones generan tres
tipos de sensaciones en el jugador:
1. Ansiedad o conflicto: la persona no tiene
los mecanismos que le permiten satisfacer
una necesidad. Es una situación de motivación
frustrada.
2. Apatía: existen los mecanismos que permiten
satisfacer distintas necesidades, pero la
motivación no se activa. Es una situación de
motivación solapada u oculta.
3. Satisfacción: el individuo tiene los
mecanismos para resolver las necesidades
concretas, y lo hace. Es una situación de
motivación satisfecha.
¿Qué es motivar? Motivar es una acción
externa que consiste en mover a una persona a
que realice algo que tenemos interés que haga,
mientras que motivación es algo interno que se
halla dentro de la persona y que le hace moverse
para conseguir lo que le interesa.
Es por esto que una de las claves para motivar es
conocer las necesidades de nuestros futbolistas,
saber qué es lo que les mueve internamente,
y para llegar a este punto debemos escuchar.
Cuando escuchamos, los deportistas se abren y
empiezan a confiar.
Nuestro objetivo como técnicos es que nuestros
deportistas estén motivados y sean capaces de
automotivarse, descubrir sus propios objetivos y
facilitarle los recursos y medios para alcanzarlos.
De esta manera ellos asumirán la responsabilidad
de su propia motivación y no tendremos la
sensación de estar tirando de un pesado carro,
sino que nuestro rol como técnicos será más bien
el marcar una hoja de ruta, inspirar y generar un
espacio de confianza en el que cada uno pueda
expresar su máximo potencial.
Un equipo de fútbol guiado de esta forma estará
más cerca de conseguir el éxito deportivo y,
además el éxito personal de cada uno de sus
miembros.
Factores personales:
• Necesidades
• Intereses
• Metas
• Personalidad
• Expectativas
• Creencias y valores
• Experiencias de éxito y fracaso
Factores situacionales:
• Estilos de liderazgo
• Clima del grupo o entorno más cercano
• Objetivos del equipo
• Resultados más recientes
• Opiniones del entorno
• La cultura o valores del club u organización
de la que forma parte
Conocer las motivaciones de los jugadores nos
informa sobre aquellos aspectos que influyen
decisivamente en el mantenimiento de niveles
adecuados de rendimiento. La motivación es un
proceso activo y continuo que está en continuo
movimiento.
Pasemos al siguiente punto, estar motivado.
Los jugadores se encuentran motivados cuando
observanunaprobabilidadaltadeobtenerresultados
y cuando constatan la eficacia de su desempeño; por
lo tanto, la satisfacción del deportista es un binomio
entre la rentabilidad a corto plazo y la aspiración a
largo, es decir, si obtiene resultados inmediatos en función de la etapa de su carrera deportiva y además
visualiza una mejora a largo plazo. Una persona motivada es “aquella que no necesita que la motiven,
que la impulsen hacia un determinado objetivo, ella misma sin necesidad de nadie tiene la energía
interior necesaria y está dispuesta a moverse hacia el destino deseado”. (Urcola, 2008).

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El objetivo fundamental del entrenador y del futbolista será conseguir progresivamente un desarrollo
de los desafíos y las habilidades para así conseguir estar cerca de la experiencia de flujo.
La experiencia flujo está directamente relacionada con la motivación, la creatividad y la satisfacción;
en palabras de Mihaly Csikszentmihalyi: “El flujo es un estado de conciencia que consume poco
esfuerzo aunque es altamente enfocado…(…); las personas que lo describen coinciden en afirmar
que existen elementos claves de esta experiencia placentera”. (Jackson y Csikszentmihalyi 2002):
1) Hay metas claras en cada paso del camino
2) Hay un feedback inmediato a las propias acciones: en un estado de flujo, sabemos cuán
bien lo estamos haciendo.
3) Hay un balance entre los desafíos y las habilidades: se siente que las habilidades están
bien ajustadas a las oportunidades de acción.
4) La acción y la conciencia están unidas: la concentración está enfocada en la tarea que
se realiza. Una mente unificada es requerida para el ajuste cercano entre los desafíos y
las destrezas, y se hace posible por la claridad de las metas y la constante disponibilidad
de feedback.
5) El flujo es el resultado de la concentración en el presente.
6) No hay miedo al fracaso: se conoce lo que debe ser resuelto, y las destrezas están
potencialmente adecuadas a los desafíos.
7) La autoconciencia disminuye: se está demasiado concentrado en la tarea como para
preocuparse de proteger el ego. Paradójicamente el Yo se expande con actos de auto
olvido.
8) Se distorsiona el sentido del tiempo.
9) La actividad se vuelve un fin en sí misma: encontramos en las tareas que estamos
realizando la satisfacción intrínseca en la propia actividad, independientemente del
resultado obtenido.
Los futbolistas deben buscar esta experiencia de flujo ya que así estarán más cerca del éxito. Cuando
la energía que implica una motivación no alcanza su meta y se orienta hacia otras formas de conducta,
se deben corregir los sentimientos creados; esto se podrá ver en el siguiente cuadro:
¿Qué podemos hacer para generar este espacio de motivación?
Diversos estudios nos han llevado a la conclusión de que son tres los pilares que nos inyectan energía
para alcanzar nuestros objetivos y acercarnos a nuestra excelencia personal y deportiva.
2. LOS TRES PILARES DE LA MOTIVACIÓN (Pink, 2010).
2.1. La autonomía y la responsabilidad.
Deja que aflore la capacidad innata del futbolista de autogestión ya que está es una de las necesidades
humanas básicas, “La motivación autónoma implica comportarse con un sentido de la voluntad y la
elección propias, mientras que la motivación controlada implica comportarse con la experiencia de la
presión y la exigencia de resultados determinados que provienen de fuerzas percibidas como externas a
la persona”. (Deci y Ryan, 1975).
Cuanto más autónomos se sientan los miembros de un equipo más sentirán como propios los objetivos
colectivos y las normas que los rigen; además se sentirán más seguros a la hora de tomar decisiones
en el terreno de juego en función de las circunstancias, que continuamente cambian, en definitiva se
adaptarán a las exigencias de la competición y a los cambios continuos del juego con mayor rapidez, y
esto, marca la diferencia.
Lo contrario a la autonomía o descentralización es la centralización de las decisiones o el control, que
en muchos casos se mantiene por miedo a perder ese control, y con él, la autoridad sobre el grupo.
Recuerda, “el control lleva a la obediencia; la autonomía lleva al compromiso”. (Pink, 2010).
2.2. El dominio.
Solo a través del compromiso podemos buscar el dominio, siendo la búsqueda del dominio una
necesidad fundamental para la autorrealización del deportista. Para gestionar la motivación de los
integrantes de un equipo debemos mantener un equilibrio entre los desafíos y las habilidades que estos
posean, guiándolos por el siguiente cuadro:
Tabla 1. Desafío y habilidades. Tabla 2. Corrección de desviaciones en la relación desafíos-habilidades

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Como cualquier cosa, el dominio también tiene sus leyes: (Pink 2010)
1) El dominio es un estado mental. Lo que creas que puedes conseguir es lo que conseguirás.
2) El dominio exige esfuerzo. “Ser profesional es hacer las cosas que te gusta hacer en los días en
que no te apetece hacerlas” (Julius Erving).
3) El dominio es una asíntota. Es una línea recta que se acerca a una curva pero nunca llega a
tocarla.
2.3. El sentido.
Los objetivos son nuestra principal fuente de motivación, es la visión hacia la que enfocamos nuestro
esfuerzo y nos dirigimos con entusiasmo. Cuanto más detallados sean estos objetivos, más energía
destinaremos a ellos. La mente inconsciente nunca deja de procesar información, para que pueda fun-
cionar con eficacia es importante desarrollar una percepción previa de los resultados que pretendemos
alcanzar.
Cuando la mente tiene un objetivo definido, puede enfocarse, dirigirse, volver a enfocarse y redirigirse
hasta llegar a él. En ausencia de un objetivo definido, esa energía se despilfarra en todas las direcciones.
Es necesario mantener un equilibrio entre los objetivos de proceso y los objetivos de resultado.
Además de la energía y el sentido que nos aportan los objetivos, la propia práctica deportiva así como
la competición nos aporta un sentido intrínseco a la propia actividad que va más allá de los premios o la
fama.
El autor, profesor y corredor de larga distancia Michael Murphy, en su libro con Rhea White, “In the
Zone” comenta: “Esta buena voluntad para sufrir tanto por el
deporte puede entenderse como una expresión concentrada
de nuestra necesidad por expresar una perfección más
profunda y una belleza que sentimos secretamente. Esa
perfección más profunda es más importante para muchos
deportistas que los premios y los aplausos”. (Murphy y
White 1995).
Sin embargo, este fluir no es gratuito o accidental, es el fruto
de la práctica, del entrenamiento, de tener un propósito
claro, devoción intensa y el enfoque.
Los entrenadores de élite
comparten que este
estado de
m á x i m a
elevación es
la recompensa de
duros años de trabajo,
enfoque y preparación. Este momento es el resultado de
la excelencia y poco tiene que ver con las medallas, los
títulos o la fama.
La motivación empieza por uno mismo, encontrando en nuestro interior lo
que queremos crear en el exterior, y motivar significa despertar en otros sus
fuerzas para buscar, actuar, disfrutar, esforzarse, amar y vivir intensamente. Es
un camino desde dentro hacia fuera que requiere valentía, honestidad, amor y
humildad. Escucha, confía, actúa, aprende y ama.
“Las batallas de la vida no siempre las gana el hombre más fuerte o el más
rápido. Pero más tarde o más temprano, el hombre que gana es el que piensa
que puede hacerlo”
Natkowski.
• Cousineau, P. (2008). “La Odisea Olímpica”. Ediciones Amara.
• Deci, E. con Flaste. R. (1955). “Why we do what we do: Understanding Self-
Motivation”.
• Deci, E. y Ryan, R. (2008). “Facilitating Optimal Motivation and Psychological Well-
Being Across Life´s Domains”, Canadian Psychology 49, n. I (Febrero).
• Jackson, S. y Csikszentmihalyi, M. (2002). “Fluir en el Deporte”. Editorial Paidotribo.
Barcelona.
• Murphy, M. y White, R. (1995) “In the Zone: Transcendent Experience in Sports”
(non-fiction, update to The Psychic Side of Sports, co-written with Rhea White).
• Pink, H. (2010). “La sorprendente verdad sobre qué nos motiva”. Grupo Planeta.
Barcelona.
• Sage,G.H.(1977).“IntroductiontoMotorBehaviour.ANeuropsycologicalapproach”.
Reading, M.A, Addison- Wesley.
• Urcola, J. (2008). “La motivación empieza en uno mismo”. ESIC.
3. BIBLIOGRAFÍA