El maestro enseña sobre el gran poder de las palabras y cómo pueden exaltar o calmar a las personas. Para demostrarlo, provoca intencionalmente la ira de un hombre en la audiencia usando palabras ofensivas, pero luego lo calma disculpándose sinceramente. El maestro concluye que debemos pensar con cuidado antes de hablar y ser conscientes de que las palabras pueden afectar nuestro destino y el de los demás.