El documento describe el Shabat como el cuarto mandamiento dado por Dios a Moisés. Explica que el Shabat se encuentra estratégicamente ubicado en el decálogo para tratar la relación del hombre con Dios, y que a pesar de ser el mandamiento más despreciado por las religiones cristianas, ordena apartar el día como santo para Dios. Finalmente, resume las instrucciones del mandamiento de recordar, santificar, reposar y honrar el Shabat.